(Agraria.pe) Desde el inicio de la campaña 2023/2024 hasta el cierre de la semana 10, Perú exportó 75.167 toneladas de mango fresco, lo que representó una caída de -66.87% frente a las 226.907 toneladas despachadas en igual periodo de la campaña anterior (2022/2023).
Así lo informó el presidente de la Asociación Peruana de Productores y Exportadores de Mango (APEM), Carlos Iván Vílchez Peralta, quien indicó que aún quedan 2 semanas para culminar la presente campaña, pero los volúmenes a despachar son poco significativos.
Detalló que esta caída en los despachos se debe a la baja producción generada por los fenómenos climáticos que afectaron al cultivo. “Las fuertes precipitaciones en abril y mayo del 2023 a causa del ciclón Yaku ocasionó que los terrenos, especialmente los retentivos, tuvieran mucha humedad, afectando también la infraestructura de canales de riego, carreteras, condiciones desfavorables para que el agricultor pueda trabajar el campo una vez que culminó la campaña 2022/2023, eso impactó en el campo, la tierra y las plantas”.
A ello se sumó las altas temperaturas registradas por la presencia del Niño Costero y Niño Global, que afectaron la producción en la campaña 2023/2024. Detalló que las temperaturas registradas en julio y agosto del 2023 fueron más altas a las registradas en esos meses de los últimos 50 años.
Vílchez Peralta señaló que de las 75.167 toneladas despachadas hasta la semana 10 de la presente campaña, más del 90% de los envíos de mango fresco pertenecen a la variedad Kent. Le siguen Ataulfo, Keitt y Edward.
Detalló que, a pesar de la alta participación del mango “Kent” (cuenta con el mayor número de áreas), esta fue la variedad más afectada por las altas temperaturas. Al respecto, dijo que para que esta variedad tenga buena floración requiere no tener humedad en el suelo, además las temperaturas que necesita son menores a 19 grados, sin embargo, entre junio y agosto del 2023 se presentaron temperaturas mayores a lo requerido, impactando directamente al cultivo.
Sobre los destinos del mango fresco procedente de Perú, indicó que en el caso de los despachos vía marítima (que ascendió a 62.000 toneladas), el principal mercado fue Estados Unidos, que concentró el 38% del total exportado por esta vía. Le siguió Holanda con el 35% del total, Alemania con 7%, Inglaterra con 6.7%, Canadá con 3.89%, Corea del Sur con 2.43%, Suiza con2.35%, Bélgica con 2.26%, España con 1.54%, otros con 1.16%.
En el caso del mango aéreo (se despachó 11 mil toneladas por esta vía), destacan los mercados de España, que participó con el 40% del total; Holanda con 17%; Francia con 14%; Corea del Sur con 13%. Mientras que a través de la vía terrestre se despacharon 1.7 toneladas, siendo su destino Chile.
En cuanto al mango congelado, señaló que por lo mismo que no habido mucha fruta disponible, el impacto en los despachos también han sido bastante fuerte, por lo que la campaña es mínima.
Impacto social
El presidente de APEM destacó que, si bien los números que deja la exportación de mango en la presente campaña son preocupantes, el tema social es más crítico, ya que ha habido campos y plantas industriales que no abrieron labores.
“En la campaña 2023/2024 el 70% de la población que trabaja en el cultivo mango no tuvo labores porque hemos tenido 70% menos de fruta. Ha habido plantas que no aperturaron labores, los campos han necesitado menos colaboradores, la cosecha ha sido muy baja en esta campaña, por lo cual se requirió menos personal”, manifestó.
Detalló que en Perú existen 35.000 hectáreas de mango, de las cuales el 90% corresponde a predios menores a 5 hectáreas; además, el 75% de las áreas corresponden a predios menores de 2 hectáreas, por lo que hablamos de un promedio de 9.000 agricultores. Sólo en Piura existen 30.000 ha de esta fruta.
Señaló que para atender 1 hectárea de mango en un año con producción normal se requiere de 3 personas, por lo que para atender las 35.000 hectáreas se requiere 105.000 personas (105 mil familias). Sin embargo, el impacto que ha generado esta menor floración (y menor producción) es que en la presente campaña ya no se haya requerido esas 3 personas por hectárea sino sólo 1, por lo que de las 105.000 personas que se necesitan normalmente ahora sólo se requirió a 35.000, mientras que el resto (70.000 personas, que representa cerca del 70%) se quedaron sin empleo.
“Estas 70.000 familias tienen un hogar, cada hogar está integrado por 3 personas, por lo que son aproximadamente 210.000 personas directamente afectadas, ojo, hablamos sólo en el campo, a ello hay que sumarle la menor disponibilidad de puestos de trabajo en las plantas industriales, donde muchas no han abierto y muchas sólo han trabajado en un 20%, por lo que el impacto también estaría en el orden del 70% menos”, finalizó.
