Nuestra región que se conoce como Lima–Provincias reúne a las provincias de Yauyos, Cañete, Huarochirí, Canta, Huaral, Huaura, Oyón, Cajatambo y Barranca. Tenemos un nombre heredado de la antigua departamentalización del país y que transformado a regiones, resultó en un departamento separado de la ciudad capital. “Lima Provincias” es un nombre impuesto por la geopolítica pero lejano a nuestra identidad.
Nuestras nueve provincias por sus cualidades productivas: mar, valle y quebradas andinas han albergado poblaciones de miles de años de antigüedad. En mi caso particular, en la infancia cañetana solía jugar en las huacas que albergaban muros de barro de antigua data.
Para grandeza nuestra, albergamos a los mejores valles del país, con ríos bastante regulares en su caudal de agua; tenemos al mar que nos permite tener una importante pesca artesanal e industrial y tenemos nuestra cordillera andina que nos regala las quebradas productivas y las montañas con riquezas minerales que esperan ser extraídas con respeto a la naturaleza. Pero lo más importante, es que tenemos cerca de un millón de habitantes que reúnen capacidades que hemos venido desarrollando a lo largo de los siglos.
Nuestra población tradicional se ha visto incrementada con las migraciones de familias de otras regiones, que se han integrado a nuestra vida económica, social y política. De este modo reunimos conocimientos de gente que sabe de agricultura, de ganadería, de pesca, de comercio, de minería, de salud, de educación, de artesanía, de turismo, de industria etc.
Todo lo anterior requiere de algo que es importante en todo proceso de consolidación de las civilizaciones y es su identidad: el orgullo por la tierra, su historia, confianza en el futuro. Necesitamos creer en que nuestra región tiene un buen porvenir y para eso debemos trabajar ahora y no ponernos de espaldas ante las responsabilidades que requiere un mayor involucramiento en nuestra institucionalidad política y social.
Necesitamos ir fortaleciendo nuestra identidad más allá de lo provincial; y en mi modesta opinión denominarnos "Lima" o "LIma Provincias" no nos ayuda. Debemos iniciar un proceso de diálogo para establecer un mejor nombre para nuestra región, un nombre que nos caracterice y unifique. Mi propuesta que someto a consideración de la población es denominarnos “Región Caral” y me explico:
Caral, con sus 5,000 años de antigüedad, fue la primera ciudad construida en todo el continente americano; comparable, en tiempo, a la formación de las civilizaciones de Egipto, China e India. Somos el origen de lo que es vivir en sociedad urbana en todo el continente. Esta ciudad que abarcó 66 hectáreas, se desarrolló en casi todo el valle de Supe en Barranca.
Tenemos un liderazgo de origen en nuestra historia que no lo tiene ninguna otra región del país y allí la fortaleza. Caral fue una sociedad que desarrolló la agricultura con sus camotes, algodón, frijol, zapallo, calabaza, papa, maní, palta, ají, pacaes, guayabas y maíz; en lo marino con los choros, machas y anchovetas secas y tuvo un importante desarrollo en la música ya que se han encontrado vestigios de flautas y antaras; monitoreaban el clima y los astros mucho antes que los nazcas.
Caral es un orgullo para el país y de todos nosotros, es un gran nombre; no tiene consenso acerca de su etimología y allí radica la gran oportunidad de utilizarlo para que nos unifique. La potencial Región Caral con mejor gobernanza pública, mayor inversión privada y con la confianza de su gente; está llamada a ser la primera región del país.
23 de Abril del 2014
