Autor: Fenando Cillóniz
Algunos ven mal que el proceso de fraccionamiento de la propiedad agraria esté revirtiéndose para dar paso a la agricultura empresarial en el país. Los más retrógrados le llaman peyorativamente “neolatifundismo” al proceso en cuestión. Pero lo que no dicen –o no ven– estos 'antis’ de la agricultura empresarial es que la mayoría de campesinos que está vendiendo sus parcelas son personas de avanzada edad, muchas de las cuales se encuentran enfermas y pobres y, sobre todo, solas y abandonadas. Muchas de estas personas han enviudado, sus hijos han emigrado a las ciudades –donde les va muy bien– y, por ende, no quieren trabajar en el campo. Por otro lado, el valor de las tierras ha subido mucho en los últimos años, precisamente por el resurgimiento de la agricultura empresarial. Y, ¿qué hace un campesino pobre, anciano, enfermo y abandonado sentado sobre una parcela que vale al menos US$50,000 o más? Pues vende. Bien por el empresario que compra, y mejor aún por el campesino que vende.
Fuente: Peru21.pe