(Agraria.pe) En el marco del lanzamiento de la denominada Segunda Reforma Agraria en el Cusco, mientras el presidente Pedro Castillo desempolvaba eslóganes velasquistas frente a su audiencia (“Los hacendados ya no comerán del sudor de los campesinos”), Pedro Francke, ministro de Economía y Finanzas, intentaba desde su cuenta de Twitter atemperar el telúrico ambiente.
“La Segunda Reforma Agraria implica apoyar nuestra agricultura familiar, la que nos alimenta todos los días. Desde el MEF apoyamos cambios para frenar la competencia desleal de alimentos importados, mejorando la franja de precios de manera técnica para proteger el agro nacional”, escribió.
El tono mesurado del economista contrastaba con lo que Castillo iba diciendo en Sacsayhuamán: “A pesar de haber pasado más de 50 años, al fin el Perú se pone de pie contra la explotación y la desigualdad sobre la que se sostiene el agro”.
Francke se apuró a reiterar con otro trino que el nuevo viento reformista no implica expropiaciones, de las que abundaron con Velasco y que hasta hoy no terminan de pagarse, sino que tiene más bien un ánimo de inclusión. Esto significaría “más mercado para nuestros productores, con compras públicas de alimentos de más de 600 millones de soles anuales en los próximos tres años e inversiones en mercados de productores en las provincias del país”.
“¡Basta de lastimar al agricultor peruano!, ¡Basta de lastimar al agricultor peruano!”, gritaba el mandatario mientras, como colofón de una narración autobiográfica de infancia en la que él y su familia entregaban parte de la cosecha que trabajaban a un terrateniente.
“Segunda Reforma Agraria es que los mercados agrarios funcionen mejor”, acotó Francke. Para ello, continuó, el MEF está apoyando la reactivación agraria con una línea de crédito de 600 millones de soles vía AgroPerú, el apoyo a FAE-AGRO.
“Impusaremos una banca de fomento agrario”, culminó el ministro, sin dar mayores detalles sobre el tema.
