El término “agregada” se utiliza en economía para consolidar una sumatoria de partes y por lo general obtener el total nacional. El día de ayer escuché una frase que me dejó pensativo “la actividad agropecuaria no genera riqueza” y se sustenta en que las empresas del sector no están lo suficientemente capitalizadas o con briosos ratios financieros como para decir que esta actividad los ha beneficiado enormemente. Adicionalmente se menciona la experiencia de los tigres asiáticos quienes han pasado a tener un PBI/per cápita que supera los 25,000 USD en menos de 30 años, no con actividades agropecuarias sino con industria intensiva en tecnología.
En términos gruesos nuestra Sierra debe tener 10 millones de habitantes con un ingreso per cápita de USD 2,500, es decir la riqueza que se genera en nuestra Sierra cada año es del orden de los USD 25,000 millones de los cuales cerca del 20% corresponde al sector agropecuario es decir unos USD 5,000 millones repartidos en cerca de un millón de productores agropecuarios. En promedio cada unidad agropecuaria genera USD 5,000 de riqueza anual.
En un análisis de sensibilidad si nuestro sector agropecuario en Sierra creciera 10% al año (la mitad de la tasa de crecimiento de nuestras agroexportaciones) los USD 5,000 de riqueza promedio que se genera ahora, por unidad productiva, en 30 años llegaría a superar los USD 80,000.
Donde quiero llegar es que independientemente de la actividad a la que nos dediquemos, podemos llegar al desarrollo en términos económicos si crecemos sostenidamente a tasas que se asomen al 10% anual. Obviamente a mayor diversificación de actividades económicas mayor probabilidad de éxito. Si en la Sierra se implementan los polos petroquímicos, los polos industriales metal-mecánicos, los polos hidro-energéticos entonces se avanza más rápido y de forma más contundente.
Pero regresando al tema inicial “la actividad agropecuaria no genera riqueza” lo cierto es que toda actividad competitiva crece sostenidamente y genera riqueza, el problema es que el crecimiento sostenido requiere de un proceso de maduración de mediano plazo, durante este periodo los agentes económicos empiezan sus emprendimientos, van afinando sus modelos de negocios, se tropiezan, se levantan, aprenden a competir, adquieren tecnología, afianzan sus procesos y recursos humanos, se vuelven competitivos, se capitalizan y ya nadie los para. El problema ha sido que en el Perú los procesos de consolidación se han interrumpido en forma complementaria por reformas agrarias, terrorismo, fenómeno del niño, desgobierno e inflación etc.
No obstante ahora podemos decir que tenemos un grupo de 10 o 15 empresas agroindustriales que ya han empezado la senda de la consolidación y serán las locomotoras del crecimiento sostenido agropecuario. Imaginemos dónde estarán en 20 años, el cielo es el límite.
Es ambicioso esquematizar cómo nuestra Sierra puede crecer sostenidamente cuando las granizadas, las heladas (seguros climáticos) y la falta de infraestructura hídrica, carreteras y líneas ferroviarias son limitantes. Sin embargo algo se ha avanzado y podemos decir que tenemos parte de la Sierra bien conectada y el promover que estas zonas se desarrollen hará que se generen corredores económicos cada vez más dinámicos, por esto celebro que Sierra Exportadora y el proyecto PRA de USAID se hayan fusionado y empiecen a trabajar juntos en articular mejor la oferta productiva de la Sierra con los mercados nacionales e internacionales, en una intervención focalizada que permita incorporar valor en las cadenas productivas/comerciales; valor que se logra con un mejor acceso al mercado, mayor productividad, menores costos, gobernanza local de promoción, formación de capacidades y acceso a la capitalización y crédito agropecuario.
Esta alianza por la Sierra permitirá que el mercado no sea el cuello de botella para el crecimiento –tanto la demanda interna como externa van en aumento- permitirá que se vayan construyendo las locomotoras que deben jalar e integrar progresivamente a un mayor número de unidades agropecuarias y también se incuben nuevos emprendimientos y una revolución tecnológica. Mejorando de a pocos (10%) cada año, la riqueza agregada de las unidades productivas agropecuarias de nuestra Sierra alcanzará la dimensión de procesos de industrialización tecnológica de otros países; aunque acometer ambos procesos seria grandioso.
Lima, 25 de febrero del 2012