Cuenta la fábula que cierto Rey, atribulado por sus consejeros sobre la necesidad de dar una respuesta al pueblo desesperado por la falta lluvias, acabó sentenciando iluminadamente: “pues haremos una máquina de hacer lluvias”.
Tal historia parece repetirse cuando el país se enfrenta a una de las situaciones macroeconómicas más sombrías de los últimos 10 años. Con un crecimiento proyectado del PBI que no superará el 4%; con déficit fiscal proyectado, con decrecimiento vertiginoso de las exportaciones y en consecuencia aumento de desempleo. La economía no crece lo suficiente para emplear a la nueva PEA que entra al mercado y menos para disminuir el desempleo que ya existía antes de la crisis. Atribulado el Ejecutivo ante la presión social que se le viene, no se le ocurrió mejor idea que lanzar su “máquina de crecimiento” es decir el Plan de Diversificación Productiva.
El Plan de Diversificación Productiva no es más que un rosario de buenas intenciones que mezcla deseos de disminuir las trabas burocráticas, facilitar inversiones y hacer estudios para promover nuevos motores de la economía. Todo esto sin propuestas de política pública tangibles para el año 1, 2, 3, 5, 10 etc. En este estado de cosas recurrir al referido Plan para decir que el Ejecutivo está actuando equivale a decir “Dios Proveerá”.
También es cuestionable de que exista un Plan de Diversificación Productiva promovido desde un sector como el PRODUCE y por otro lado actúen a la deriva el CEPLAN y el Consejo Nacional de la Competitividad. Esta última institución acaba de presentar el mapeo nacional de los potenciales clústeres a promover, presentando algo tan etéreo y general como el “clúster de las agroexportaciones de la costa”.
Hace bien la nueva Presidenta del Consejo de Ministros en buscar, por adelantado, la confianza que debe recibir del Congreso de la República. Esto le evitará al país lo bochornoso de una confianza negada. Sin embargo muy poco la ayudan varios de sus ministros, personajes de los que no se sabe si son funcionarios públicos, asesores de empresas privadas, lobistas, asesores de imagen o buenos samaritanos. Se ha llegado al absurdo de que deban mostrar sus correos electrónicos para recuperar, según ellos, credibilidad.
REORGANIZACIÓN EN EL MINAGRI
Causa buena expectativa la reorganización que ha hecho el MINAGRI. Celebro el encargo a Marco Vinelli en la nueva División de Negocios. Ya era hora que el Ministerio tenga una intervención más focalizada, donde los presupuestos lleguen efectivamente al campo.
En efecto, si se coordina la Promoción de Mercados, con Articulación Comercial y los recursos de AGROIDEAS más Infraestructura de Riego entonces sí habrá un combo contundente que efectivamente favorezca al productor agropecuario. Después, entrará AGROBANCO para darle sostenibilidad al negocio.
Agricultura con cientos de miles de agricultores capitalizados, con mejor acceso al mercado, con infraestructura de riego; Transportes con sus miles de kilómetros de carreteras a construir y en adición algún ferrocarril; Vivienda con tantas nuevas casas de interés social y los demás sectores con metas definidas para el 2014, 2015 y 2016 sí pueden armar un paquete de reactivación contundente de crecimiento con impulso público que sin duda será acompañado de la inversión privada. Aquí hay que añadir algo que hacia bien el gobierno de Fujimori: “La compra del millón” que ahora deberá ser “la compra de los 10 millones” en uniformes escolares, abrigos, buzos, zapatos etc; es decir todo lo que necesiten los niños pobres del país.
Se requiere un Estado eficiente para impulsar al sector privado, esto es más importante que intercambiarse correos electrónicos y reuniones de camaradería.
14 de Agosto del 2014