Mi amiga Celfia Obregón, quien lidera el CITE papa, acaba de publicar un importante estudio sobre el uso y destino de la papa importada en el Perú. El estudio menciona que importamos 50 mil TM de papa procesada, de ellas 33 mil TM corresponden a papa pre-cocida congelada, el resto es almidón o fécula de papa en su mayor parte.
Estas 33 mil TM de papa se importan a un valor de 0.84 USD/kg dando un total importado de USD 28.1 millones en el 2019. De las casi 250 mil TM de papa procesada que insumen las pollerías y centros de comida rápida, 33 mil TM son importadas. Es decir solo el 13% de la demanda local de papa, pre-cocida congelada, es importada.
Esas 33 mil TM importadas representan menos del 1% de la producción nacional, que bordea los 5 millones de TM. No se entiende, muchas veces, el alboroto si lo importado es ínfimo.
Sin duda, la polémica está en que nos importen 33 mil TM a un país como el Perú, que tiene más de 3 mil variedades y es el lugar donde nació la papa. Más aún que nos importen una variedad tipo UNICA que fue liberada por el Centro Internacional de la Papa a fines del siglo pasado, investigación y desarrollo que se hizo precisamente en nuestro país.
Esos USD 28.1 millones de papa pre-cocida congelada importada, tampoco es un negocio despreciable. Perú tiene una capacidad instalada agroindustrial de congelado de frutas, de las más importantes del mundo. ¿Por qué estas empresas no han entrado al negocio?
Lo mismo me preguntaron en RPP hace un par de años y mi respuesta fue que hacerlo, aquí, no es muy competitivo. Me explico:
El valor de importación aproximado de USD 0.80 por kilogramo es por un producto puesto en Lima. Imaginemos que un agroindustrial quiere ofertar este tipo de papa, vamos a ir para atrás para ver cuánto podría pagar por la materia prima.
Precio de venta por kilogramo es USD 0.80, menos 20% de utilidad bruta, queda USD 0.64, a ello restemos USD 0.25 de costo de procesamiento, queda USD 0.41. A ello restemos 20% que es la merma del proceso queda USD 0.32, a ello restemos USD 0.08 de logística y flete interno entonces queda USD 0.24 (S/ 0.80) para pagar en chacra por una papa de primera calidad y gran tamaño.
Esos 80 céntimos le conviene el agricultor cuando el precio está bajo, pero cuando el precio sube no es negocio, entonces la industria se quedará desabastecida. De modo que el riesgo de abastecimiento de materia prima, a precio competitivo, es el principal cuello de botella para este negocio.
¿Cómo se resuelve esto? Haciendo una integración vertical completa. La agroindustria debe sembrar su propia papa, principalmente en costa y en terreno arenoso para ganar tamaño y pocas imperfecciones. Es posible hacerlo, pero aún hay opciones mucho más rentables para las empresas en otros productos; y por eso no lo hace todavía. Lo hará más adelante, estoy seguro que sí.