26 julio 2022 | 09:31 am Por: Redacción

Se estima que en 2030 Colombia tendría 30.00 hectáreas productivas del fruto

Agroindustriales chilenos de la palta se expanden  en Colombia

Agroindustriales chilenos de la palta se expanden  en Colombia
Mejores condiciones climáticas y agua suficiente han sido la clave de la expansión de una industria que no solo se ha visto afectada por la sequía, sino que por una reputación que le ha sido esquiva, al ser sindicados como uno de los grandes responsables de la crisis hídrica de Petorca.

(Agraria.pe) En 2016, Colombia salió a buscar inversionistas. Si bien la primera aproximación fue lenta, hoy los productores chilenos han decidido apostar por la producción de palta Hass en ese país. Los datos ya muestran que a lo menos 10 empresas chilenas han adquirido grandes superficies en ese mercado. Empresarios de la talla de Isidoro Quiroga e Ignacio del Río se han posicionado como actores relevantes en ese sector, uno que en Chile ha anotado una reducción en su superficie productiva, en medio de una fuerte sequía que los ha tenido como blanco de críticas. Algunos también se trasladan a otras ubicaciones en Chile en búsqueda de agua.

En 2019, el holding agrícola chileno San José Farms decidió expandir su producción de paltas a Colombia. A través de la comercializadora y exportadora Baika, la firma ligada al empresario Ignacio del Río Goudie aterrizó en ese mercado. “Vimos a Colombia como un complemento clave para nuestra producción en Chile”, señala el gerente de Baika Colombia, Sergio Plata. Su estrategia apuntaba a abastecer a sus clientes los 365 días del año. Hoy manejan 605 hectáreas en ese país, 150 de las cuales entraron en producción este año. “La contribución de Baika Colombia a la compañía aún es baja, dado que el estado de desarrollo de nuestros campos es muy prematuro. En un par de años nuestra expectativa es que Colombia sea una parte relevante del negocio, llegando al 20% del total”, indica Plata.

Colombia ha ido ganando terreno en la inversión chilena de palta Hass, o aguacate Hass, como se le llama en el país cafetero. Tal como Ignacio del Río, empresarios como Isidoro Quiroga -con más de 2.000 hectáreas a través de Green SuperFood- o compañías como Altos del Valle y Cabilfrut han decidido poner un pie en esa nación... mejores condiciones climáticas y agua suficiente han sido la clave de la expansión de una industria que no sólo se ha visto afectada por la sequía, sino que por una reputación que le ha sido esquiva, al ser sindicados como uno de los grandes responsables de la crisis hídrica de Petorca.

Si bien varias fuentes del rubro reconocen estar molestos y cansados de esa situación, hoy son claros en enfatizar que la expansión internacional responde a una oportunidad. “Más que se produzca una fuga de decir ‘no voy a producir más palta en Chile’, se está aprovechando una oportunidad en Colombia, lo que se mezcla con que también es difícil encontrar zonas en Chile para la producción”, subraya el presidente del Comité de Paltas de Chile, José Gabriel Correa.

En Procolombia revelan que en los últimos seis años se han identificado proyectos de inversión que superan los US$100 millones, destinados a la adquisición de tierras para comenzar las adecuaciones, siembra, cultivo y cosecha de aguacate Hass en Colombia. Varias de las compañías han construido plantas de empaque para la exportación, en las cuales ya se contabilizan unas 10 chilenas.

La búsqueda de inversión
El 2016, Colombia -cuentan en el sector- impulsó un plan para volver a recuperar el agro. Se había firmado recientemente el acuerdo de Paz entre el gobierno y la guerrilla y el objetivo era volver a conquistar el mundo rural. José Gabriel Correa recuerda que el país mapeó todas las zonas para ver cuáles eran las de mejores condiciones para el aguacate Hass. Y salieron al mundo a promocionar esas oportunidades. Dado ello, en un corto tiempo obtuvieron los permisos sanitarios para poder exportar el producto, requisito clave para que nuevos inversionistas extranjeros apostaran por el negocio.

Colombia era en ese entonces y es hoy el tercer productor de aguacate -no Hass- del mundo. Produce más de 550 mil toneladas anualmente de aguacate colombiano -de mayor calibre que Hass y destinado básicamente a ensalada-, siendo sobrepasados solo por México y República Dominicana. De hecho, tiene dos floraciones en el año, por lo cual puede producir los 12 meses, a diferencia de Chile, que tiene una temporada: de septiembre a febrero. El objetivo de Colombia ahora era expandirse a la Hass, una especie cotizada para la exportación, ya que resiste más de 45 días en buenas condiciones poscosecha, a diferencia de otras variedades... y Chile tenía el know how y una larga experiencia en eso. En 1950 se había plantado el primer huerto industrial de Hass en el país, el Huerto California en Quillota. Hoy, Chile es el quinto exportador de paltas del mundo. Los líderes son México y Perú.

Correa señala que justamente en 2016 comenzaron los primeros viajes de chilenos para sondear ese mercado. Fuentes sostienen que existía una cierta aprensión inicial dado todo lo que había ocurrido con la FARC. Sin embargo, se dio que justo el lugar de plantación estaba en una zona segura -en la parte occidental y central-, ni en la frontera con Venezuela ni con el límite con Ecuador ni en la costa. “Eso permitió que el chileno se atreviera”, relata un agricultor.

Hoy, el país cuenta con 1,1 millones de hectáreas con aptitud alta para el cultivo de Hass. De ellas, la mayor proporción está en Antioquía y Caldas, en el llamado eje cafetero. Y el agua sobra. “Tienes condiciones agroclimáticas que no se dan en Chile. Tiene algo superrelevante que es el riego. Aquí en forma natural tienes agua. Además, hay una ubicación geográfica que es súper interesante, que es de fácil acceso al mercado europeo y el mercado norteamericano”, señala la directora comercial de ProChile en Colombia, Marcela Aravena. Colombia está a cinco días en barco de Estados Unidos, a 11 días de España y a 13 días de Holanda e Inglaterra.

Todo eso en un contexto donde la sequía lleva una década afectando a este lado del mundo. Casi el 70% de los cultivos de palta en Chile están en la llamada V Norte, en la comuna de Valparaíso, puntualmente en Quillota y Petorca, lugar donde ha habido una creciente ofensiva contra los palteros, acusándolos de ser uno de los grandes responsables del déficit hídrico en la zona. A nivel mundial, estudios dan cuenta de que una palta consume del orden de los 2.000 litros de agua por kilo, aunque en Chile datos del INIA muestran que tal cifra se reduce a 410 litros, dada la eficiencia en la producción, menos que los ciruelos o los olivos, argumento que han repetido ante sus detractores, pero los cuestionamientos han continuado... y la sequía también.

De hecho, en la V Región la producción frutícola ha caído un 7,68% desde 2008 a 2020, según Odepa. Los palteros, fundamentalmente por falta de seguridad hídrica, han comenzado a trasladarse a la VI Región. “Hay productores que están haciendo las dos cosas, se están yendo fuera de Chile para diversificar y se están trasladando también a la VI Región”, subraya Correa. Hoy existen 30.000 hectáreas de paltos en Chile, cifra que, si bien se ha mantenido sin mayores variaciones en los registros, en el sector dice que ha ido a la baja. Explican que más de la mitad de las hectáreas en la V Norte están con las llamadas reducciones a tocón, que consiste básicamente en cortar los árboles, dejando sólo la base y así evitar que requieran agua -y que produzcan claramente- hasta que mejoren las condiciones, una situación que se ha profundizado en los últimos dos años, lo que se refleja en las toneladas producidas: de 245.000 a 140.000 en cinco años.

La escasez de agua y los exigentes requisitos que requiere un terreno para paltos -no puede sufrir heladas en ningún período del año- han disparado el valor del suelo a unos US$40.000 la hectárea; en Colombia cuestan cerca de US$10.000. A ello, se suma el hecho de que no es necesario invertir en sistemas de riego, porque el agua abunda. Tal es así que Sergio Plata, de Baika, explica que en sus campos pueden caer en promedio 2.000 milímetros de agua en un año normal, lo que conlleva a un trabajo exhaustivo de canalización de aguas para evitar afectaciones de las plantas y el terreno.

“La diferencia con Chile está en el precio de la tierra y en que la inversión es menor porque no es necesario poner riego tecnificado ni controles de heladas, lo que te permite proyectarte a largo plazo y defenderte muy bien en los períodos de precios más bajos”, subraya José Gabriel Correa.

Y el desarrollo ha sido creciente. Llevan recién un quinquenio de apertura y han pasado de 16.642 hectáreas sembradas en 2016 a más de 26.000 en 2020, de las cuales 20.000 son productivas. Un palto requiere cuatro años para entrar en producción.

“Chile está prácticamente en las mismas hectáreas que tiene Colombia y ellos llevan mucho menos tiempo, pero les va a costar, porque a los orígenes les cuesta madurar, entonces llegar a niveles promedio de producción por hectárea de nivel peruano o incluso en los niveles chilenos es complejo”, explica Correa. Hoy los rendimientos peruanos están en 12 y 15 toneladas por hectárea; Chile está en unas 11 -aunque hay algunos que se disparan en torno a las 25 toneladas-, y Colombia, en 10.

Según datos del Ministerio de Agricultura de Colombia, unos 4.000 productores están ya en el rubro. “La producción ha recibido inversión extranjera principalmente de Chile, Perú, México, Estados Unidos y Sudáfrica”, destaca el director ejecutivo de la Corporación de Productores y Exportadores de Aguacate Hass de Colombia (Corpohass), Jorge Restrepo.

Las estimaciones apuntan a que en 2030 Colombia ya tenga 30.000 hectáreas productivas. De hecho, Baika apunta a tener 1.000 hectáreas -395 más que ahora- hacia 2027. En Chile, mantienen 1.058 en campos en Coquimbo, Valparaíso y O’Higgins.

Igualando en envíos
En agosto de 2017, las exportaciones de palta Hass desde Colombia comenzaron su crecimiento. Ese mes, empezaron los primeros envíos a Estados Unidos, el mayor importador de aguacate del mundo. Si ese año enviaron en total US$52,9 millones en paltas, en 2020 saltaron a US$146 millones y 77 mil toneladas, para llegar al año siguiente a US$203 millones y 96.300 toneladas, prácticamente empatados con Chile, que exportó 97.900 toneladas y unos US$255 millones. Y este 2022, Colombia va arriba, al menos en volumen: 38 mil versus 36 mil toneladas, pero en valor, Chile va 14% arriba.

Altas fuentes del agro chileno tienen clara esta realidad. El destino del mercado cafetero debiera ser sobrepasarlo. De hecho, apuntan a ser un segundo México y esa fue la apuesta inicial. Según el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA), el país cuenta con más de 3.000 predios con registro predio exportador, lo que representa más de 25.500 hectáreas. Los principales destinos son Países Bajos y España. Y hace un año, las autoridades colombianas y chilenas alcanzaron un acuerdo para comenzar el envío de Hass desde Colombia a Chile. Los primeros embarques comenzarían a llegar a fines de este año.

Su objetivo es fortalecer su carácter agroexportador... de la mano, en parte, de chilenos. Según los registros de exportación del Departamento Administrativo Nacional de Estadística de Colombia y la Dirección de Impuestos y Aduanas, el séptimo exportador de Hass desde Colombia es Baika, de Ignacio del Río, seguida en la octava posición por Green Superfood, de Isidoro Quiroga; son las primeras exportadoras de capitales extranjeros entre los líderes, tras la sudafricana Westfalia Fruit, con la segunda posición del ranking.

“Tenemos el gusto de conocer algunos campos de productores chilenos en Colombia y vemos que están llegando al país al igual que nosotros a aportar y crecer conjuntamente de la mano de una industria que apenas está dando sus primeros pasos”, indica Sergio Plata.

Fuente: latercera.com

 

Etiquetas: palta
Más de: Negocios