Por: Daniel Bustamante, presidente de Proarándanos
(Agraria.pe) El crecimiento vertiginoso del arándano peruano viene entrando a una nueva etapa. Los mercados se van especializando y demandan ciertas características o atributos que buscan ser satisfechos por los productores de todo el mundo. Y es aquí donde el arándano peruano otra vez tiene una gran oportunidad.
Las favorables condiciones climáticas de la costa peruana y algunos valles interandinos, abrieron una enorme posibilidad para el rápido desarrollo de la industria del arándano en el Perú en la segunda mitad de la década pasada. Contrario a lo que se creía, el desarrollo del fruto en un clima templado fue desbordante; claro está, gracias también a la disponibilidad de variedades con baja demanda de horas frío. La combinación de un eficiente órgano de control sanitario como el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), además de un pujante sector empresarial agroexportador con alto grado de profesionalismo, fueron un factor determinante para la expansión de áreas de cultivo de arándano, permitiendo la apertura a mercados internacionales que son abastecidos ahora con una fruta de calidad y alta conciencia empresarial. Todo esto no hubiera sido posible sin un marco jurídico promotor e impulsor de la inversión privada, el mismo que fue revocado anticipadamente a finales de 2020.
La primera etapa de la industria del arándano en el Perú buscó llenar una demanda insatisfecha en contra-estación a los productores del hemisferio norte y extremo sur (Chile). Esta demanda insatisfecha fue cubriéndose de fruta de múltiples orígenes, y ahora el consumidor final puede encontrar arándano de calidad cualquier semana del año, donde el Perú se ha consolidado como el principal exportador por tercer año consecutivo.
En la nueva etapa que estamos iniciando, los atributos de cada una de las variedades van encontrando su espacio dentro de las preferencias específicas de cada consumidor. En comparación con otras zonas productivas, el cambio varietal pasa por un ciclo más rápido de prueba y validación en el Perú, permitiendo así a la industria de arándano peruano adaptarse con mayor rapidez y eficiencia a la cada vez más exigente demanda mundial.
Tanto el abastecimiento continuo a lo largo del año, como el producto adaptado a las preferencias del consumidor, son grandes impulsores del crecimiento de la demanda. En Proarándanos creemos firmemente que el arándano, en su condición de “Super Food”, es uno de esos productos que tiene todos los atributos necesarios para generar un crecimiento importante en la demanda a nivel mundial. Sin embargo, esto debe estar soportado por una eficiente labor para su promoción y difusión.
El sector agroexportador en general, y particularmente el del arándano, es un gran dinamizador de la economía peruana. La alta demanda por mano de obra contribuye a sacar de la pobreza a miles de personas en las zonas rurales, muchas veces olvidadas por el Estado. Los estándares internacionales por los que se rige el sector, y la responsabilidad social empresarial de sus actores contribuyen a dar acceso a las personas a un salario justo que les permita insertarse en la economía formal.
Queda pues todavía un largo camino por recorrer en la industria peruana. Es fundamental el trabajo conjunto y articulado tanto de las entidades responsables de la promoción de nuestros productos exportables, como de los empresarios agroexportadores y un gobierno que actúe de manera responsable con el sector y la población. Es vital que trabajemos juntos para que el Perú mantenga su liderazgo.
Fuente: Visión Frutícola