02 marzo 2023 | 09:28 am Por: Edwin Ramos | prensa@agraria.pe

Una apuesta nacional para competir con el tomate Cherry

El Perú puede tener su gran industria del microtomate

El Perú puede tener su gran industria del microtomate
Ejemplares de la variedad Solanum pimpinellifolium se trajeron desde Santa Rosa de Quives al Campus Villa de la Universidad Científica del Sur, donde se estudia a profundidad sus características y propagación para conocer su potencial comercial. Muestras serán entregadas a conocidos chefs, que evaluarán sus cualidades en diversas preparaciones

(Agraria.pe) Un grupo de chefs seleccionados empezarán a recibir en los próximos días varias muestras de curioso un microtomate peruano. Los podrán incluir en sus propuestas gastronómicas y obtener así un veredicto sobre su potencial como negocio. Y puede ser el punto de inicio para una nueva industria dentro de la agricultura peruana: la industria del microtomate.

Diego Aliaga, responsable del Centro de Innovación Agroforestal de la Universidad Científica del Sur (UCS), contó a Agraria.pe que la etapa recién descrita es una ramificación del trabajo de recolección y estudio que vienen realizando desde el año pasado, cuando empezaron con una colecta de especies de microtomate en el valle del río Chillón, en la zona de Santa Rosa de Quives (Canta). “Se hicieron ensayos con cuatro variedades y se escogió la variedad Solanum pimpinellifolium, con la que se inició el desarrollo de almácigos y se concatenó con la posterior evaluación bromatológica, y transversalmente se buscará la promoción para gestionar el producto y ponerlo en el mercado”, explica.

Este proyecto empezó como una iniciativa tanto ambientalista, como conservacionista y de puesta en valor de especies con potencial en el mercado. En el caso del tomate silvestre peruano, señala, el Perú cuenta con 11 de las 13 variedades existentes en el mundo, pero no todos se aprovechan comercialmente y muchos, al encontrarse en las afueras de Lima, están expuestos a la expansión urbana, lo que causa un impacto que se traduce en una reducciín continua de su hectareaje y posible extinción.

Una de las características del microtomate que estudia la UCS es su calibre pequeño al compararse con un tomate comercial tradicional, al punto que puede medir apenas un par de centímetros como máximo, lo que lo hace más pequeño que el conocido como Cherry. 

Para Aliaga, esta característica es una ventaja, ya que permite en un solo bocado comer de cinco a seis tomatitos, lo que ocasiona una “explosión de sabores”. “Los hemos usado internamente en ensaladas o salteados. Y ahora estamos pendientes de entregar pequeñas colaboraciones a algunos cocineros y chefs conocidos para que den su veredicto sobre el potencial gastronómico. Mi opinión es que se trata de una explosión de sabores en un solo bocado y con una acidez y contraste similar al tomate Cherry, pero más pequeño y con un aspecto estético importante que puede ser valorado”.

Mercado local e internacional
La idea del piloto, que se desarrolla en el campus de Villa de la UCS, es obtener lo más pronto un perfil completo de la fenología del cultivo, así como la combinación de sustratos necesaria para la producción, con lo que se tendrá una proyección de la capacidad productiva de las plantas. La idea es que el cultivo se propague y sea asumido como una opción por la agroindustria para su desarrollo en el mercado local primero y luego internacional, aprovechando además tendencias como la alimentación saludable, a la que se podría sumar con un buen manejo integrado de plagas que lo convierta en un cultivo lo más orgánico posible.

“Nuestra propuesta es extender estos manejos productivos al agricultor interesado y promoverlo en la agroindustria con un enfoque transversal. El estudio de mercado será importante para determinar la rentabilidad. Algo que sí tiene este cultivo en particular es que su manejo de baya es delicado, muy manual y artesanal, por lo que la mano de obra será clave definitivamente. Los involucrados serán estratégicos para tener una buena cosecha de planta y no dañarlo, ya que la tecnología para cosecha de estos microtomates demorará en desarrollarse, por lo que se requiere un manejo acucioso para que el consumidor tenga un producto apreciado y con valor”, describe Aliaga.

Hasta el momento, el cultivo ha demostrado versatilidad, ya que se ha desarrollado bien en el Campus Villa de la UCS a 150 metros del mar, luego de venir de los 350 metros de altura en que está Santa Rosa de Quives. Esto haría inferir que su comportamiento es similar a los cultivos de tomates comunes que se encuentran a lo largo de la costa sur.

“Por el calibre que tiene esta baya es interesante y entendemos que hoy el mercado es más exigente, por lo que con la institucionalidad de la gastronomía en el Perú tiene potencial para la industria. Es un producto novedoso para innovar en platillos […] Esperamos publicar este año ya una investigación. Contamos con el primer piloto, tenemos los frutos, los hemos probado y hay expectativas de conocer más, trabajar la investigación a corto, mediano y largo plazo a nivel de propagación del microtomate”, concluye el investigador.

 

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