Empresario agroexportador pidió una prórroga de 20 años para la Ley de Promoción Agraria a partir del 2021 pues “aún no se ha hecho ni el 5% de lo que se podría”. Destacó que ya cuentan con 1,600 hectáreas dedicadas al arándano, lo que la convierte en la empresa con la mayor plantación de este tipo en el mundo.
(Agraria.pe) Samuel E. Dyer Ampudia es uno de los nombres más conocidos en el sector agroexportador peruano y sus puntos de vista siempre son referencia para la industria. Su optimismo sobre el futuro agroexportador nacional es grande, al punto que proclama que de seguir por el camino que hemos venido transitando en las últimas décadas, “Perú va a ser un proveedor de alimentos de talla mundial, visionamos que si seguimos por este camino en 20 años estamos entre los cinco principales productores de alimentos en el mundo”.
Un futuro promisorio en el que, desde su punto de vista, la Ley de Promoción Agraria tiene por jugar todavía un rol muy importante. Destacó que en los años de vigencia que lleva ha sido fundamental para atraer inversión, impulsando no solo al gran inversionista sino también al mediano otorgándole estabilidad jurídica.
“A nombre del sector agroexportador, de todos los inversionistas, diría que la Ley de Promoción Agraria, que fue dada en los años 90, fue una ley visionaria muy apoyada y dada por una persona como el señor Chlimper que conoce el agro. Luego, coincidió con una etapa de estabilidad democrática e institucional del país. Esta ley termina el 2021 y ojalá la prorroguen porque si no vamos a parar un jet que está despegando. Todavía no hemos hecho ni el 5% de lo que podemos hacer”, comentó el empresario.
Agregó que, si bien en los debates políticos de la segunda vuelta electoral se ha hablado hasta de derogar esta ley, es imposible que eso suceda en la realidad pues “quien entre de Presidente, si está hablando de estabilidad jurídica y Estado de derecho, no puede intervenir, los inversionistas que apostaron en base a esta ley tendrían que ser indemnizados y los extranjeros irían a juicios internacionales. En política se dice cualquier cosa para ganar votos, pero nosotros no somos políticos, somos empresarios y pedimos seriedad”.
Señaló que más del 50% de trabajadores del sector agroexportador gana más del doble del sueldo mínimo y que la Ley ha permitido formalizarlos a gran escala. Desmintió que no se respetaran los derechos laborales y aseguró que todos se encuentran en planilla, tienen fondo de pensiones, CTS, vacaciones, acceso a vivienda y se han convertido en sujetos de crédito.
Factores para el éxito
De otro lado, resaltó que otros elementos que garantizan el éxito peruano en el sector agroexportador son sus ventajas competitivas como los 3,000 kilómetros de arenas junto al litoral peruano, las montañas de la sierra y los recursos de la Amazonía, lo que se debe combinar con el riego tecnificado en zonas puntuales. Punto aparte es la calidad de los trabajadores, con los cuales, de acuerdo a Dyer, la empresa tiene una estupenda relación. En ese sentido, detalló que Camposol cuenta actualmente con 15 mil colaboradores con los que hay una paz social ejemplar para el mercado.
Justamente, una muestra de este buen nivel de relaciones, sería el desarrollo de una nueva ciudad en Olmos, que ya fue terminada en su primera etapa con apoyo del programa Techo Propio del Estado, y que ha entregado las primeras 500 viviendas para los trabajadores. Los planes de Camposol para este proyecto son grandes e incluyen, informó, la construcción de un hospital, supermercados e instalación de sistemas de seguridad. Acápite especial será la educación, en la que se impulsará un sistema bilingüe para que todos los hijos de los trabajadores de la empresa hablen como segundo idioma el inglés.
El empresario resaltó que esta iniciativa ha despertado el interés de otros 10 representantes de empresas agroindustriales, quienes intentarían emular el proyecto y con quienes ya se ha reunido.
Arándanos e infraestructura
En otro momento, refiriéndose al plano productivo, el directivo de Camposol comentó para Agraria.pe que la empresa proyecta cerrar el presente año con 1,600 hectáreas dedicadas al cultivo del arándano, lo que convierte a la empresa en la que tiene la plantación de este tipo más grande en el mundo. Camposol se había propuesto llegar a las 2,000 hectáreas de arándanos hacia el 2017, por lo que se prevé que alcanzará largamente su objetivo.
“Fue un trabajo científico de cuatro años. Probamos 15 variedades y creamos un instituto dedicado. No improvisamos. Somos emprendedores por naturaleza, tenemos una clase trabajadora espectacular. Y queremos invertir más, pero el Estado tiene que avanzar más también. Hay que desterrar la corrupción, que es un cáncer, el crimen, la inseguridad, desarrollar carreteras, aeropuertos”.
Explicó que la inversión en infraestructura es clave para la empresa pues ha variado su foco estratégico de conservas a alimentos frescos exclusivamente, por lo que necesita puertos, carreteras y aeropuertos para sacar los productos lo más rápido posible. Como dato anexo reseñó que si toda esta infraestructura existiera en un nivel óptimo, Camposol habría terminado el año en azul a pesar de la caída de 30% en productividad que les ocasionó el Fenómeno de El Niño.
Dato
.Samuel Dyer comentó que el 25 de mayo los campos de su empresa fueron visitados por funcionarios de la FDA de Estados Unidos (Administración de Alimentos y Medicamentos) y recibieron de ellos felicitaciones por su trabajo pues no tuvieron ninguna observación de tipo sanitario.
.Este nivel de calidad en la producción, que incluye auditorías de sostenibilidad social y 15 calificaciones internacionales, le permite a Camposol vender a las 10 cadenas más importantes del mundo de supermercados.
.El empresario dio estas declaraciones durante su participación en un panel de empresarios organizado por CNN en Español en la ESAN Graduate School of Business.