En el 2016 el pescado perico fue el producto de exportación más rechazado. Los principales problemas con los despachos tienen que ver con la limpieza y el rastro de pesticidas y demás productos no autorizados en los alimentos.
(Agraria.pe) La exportación de alimentos no es una labor sencilla, pues hay que cumplir una serie de requisitos mínimos que varían según el destino. Esta dificultad está quedando en evidencia en el caso de la exportación de alimentos, pues en lo que va del año, se han registrado 12 casos de rechazos de embarques peruanos al llegar a territorio de la Unión Europea.
Según información elaborada por Promperú y compartida por Katia Rosas, especialista del departamento de Gestión de Calidad de la institución, el total de casos de rechazos se presentó según esta proporción: Uvas (9%), pota congelada (9%), mango (9%), hojas deshidratadas de stevia (9%), espárragos (8%), postres de gelatina y bebidas saborizadas (8%), espárragos verdes (8%), chile en polvo (8%), maca en polvo orgánica (8%), páprika en polvo (8%), langostinos congelados (8%) y cañihua orgánica (8%).
Entre las razones por las que no se permitió el ingreso de estos productos figura principalmente el registro de rastros de pesticidas y sustancias no autorizadas como el metomillo, trazas de metal, tebuconazol, cadmio, colorantes no autorizados, clorpirifos, ocratoxina A, benzalconio y sulfito, entre otros.
Asimismo, la funcionaria detalló que el producto de exportación más rechazado durante el 2016 fue el pescado perico, que representó el 87% del total de estos casos. Le siguieron, bastante de lejos, la quinua (4%), pota (2%), pimientos (2%), arvejas chinas (1%), semillas comestibles (1%) y páprika (1%).
Agregó que, en términos generales, se ha determinado que los factores causantes de rechazo son la suciedad (91%), pesticidas (5%), lista de ingredientes (2%), falta de proceso (1%), no presentarse en idioma inglés (1%). Según la experiencia recopilada en el caso peruano, estas fueron las razones para el total de los 150 rechazos registrados el año pasado.
Finalmente, Katia Rosas apuntó que estas situaciones acarrean una mala imagen no solo para la empresa sino para el país, además de implicar sobrecostos y poner en riesgo el negocio.
