(Agraria.pe) Los últimos años han sido en extremo difíciles para esta hortaliza. Si bien fue el cultivo que posicionó al Perú en la escena agroexportadora mundial, una serie de hechos que empezaron con la obligatoriedad del tratamiento cuarentenario en Estados Unidos, seguido de la feroz competencia mexicana y ahora las complicaciones logísticas pospandémica originaron que los volúmenes se estanquen en aproximadamente 130 mil toneladas anuales, muy lejanas a las casi 400 mil toneladas registradas en el año 2011.
Luego de 10 años de negociaciones con el Servicio de Inspección Sanitaria de Animales y Plantas (Aphis, siglas en inglés) de Estados Unidos, se acordó el próximo levantamiento de la fumigación, pero aún faltan algunos trámites previos para que entre en vigencia a inicios de abril. Para el sector, la medida significará un “alivio” en 2023, y ya luego se verá qué tanto dinamizará al sector este nuevo escenario, comenta Juan José Gal´Lino, presidente del Instituto Peruano de Espárragos y Hortalizas (IPEH). Todo ello gracias a lo que significa no fumigar: un menor costo, diversificación de presentaciones y una mayor vida en anaquel.
Lo que sí afirma es que el 2023 veremos similares volúmenes de exportación, debido a que habrá que esperar si los actuales o nuevos jugadores en este negocio apuestan por sembrar más espárragos que hoy se calcula en 20.425 hectáreas.
Se anunció el fin de la fumigación de los espárragos para ingresar a Estados Unidos ¿Cuándo arrancará?
Si bien ya toda la parte normativa está completa, todavía faltan las publicaciones formales. Según el calendario que manejamos esperamos que a inicios de abril recién se pueda hacer efectiva la disposición. Esta es una modificación fitosanitaria, entonces, todavía faltan algunos trámites formales.
En la práctica, ¿qué significará para los exportadores el no tener que fumigar sus espárragos?
Esto implica un ordenamiento en la industria en cuanto a un mejor control de plagas en campo y en empaque. La fumigación hizo que de una u otra forma no nos preocupemos mucho por el tema fitosanitario. El que eliminen la fumigación pasa por el compromiso de cumplir una serie de requisitos, de controles sanitarios, como reportar semanalmente en la web de Senasa las capturas que tenemos en campo. No es algo fácil y de hecho muchas empresas se acostumbraron a no hacerlo. Para pedir la eliminación de la fumigación, hemos tenido que ordenarnos, pero luego de más de diez años (desde que se inició el trámite del levantamiento de la medida) estamos viendo la luz al final del túnel.
¿Qué hizo posible que finalmente se destrabara la negociación con las autoridades sanitarias de Estados Unidos a nuestro favor?
Hemos tenido en los últimos dos años un plan piloto con algunas empresas para demostrar que éramos capaces de cumplir con las normas que ellos establecían. Hemos discutido en diferentes oportunidades sobre las plagas que existen en el Perú, sobre la mejor forma de controlarlas caso por caso. Han sido dos años de pruebas, ensayos, visitas de autoridades y de reuniones bilaterales entre Senasa y el Aphis. En su momento, el Aphis hizo un estudio y detectó la presencia de plagas de mayor sensibilidad. Sin embargo, en un estudio reciente se demostró que, si bien estas plagas para ellos eran importantes, la presencia en el espárrago era menor, con nula probabilidad de contagio o de propagación en los Estados Unidos. Estas son Prodiplosis longifila (riesgo muy leve), así como Agrotis, Helicoverpa, Spodoptera y Copitarsia que pueden ser mitigadas durante el proceso de cosecha y empaque.
¿En qué situación se encuentra el negocio esparraguero ahora que se retirará la fumigación?
Es una medida que llega en un momento en que la industria esparraguera ha sido bastante golpeada. Es una industria que no ha crecido significativamente en los últimos años, al contrario, se registra un cierto decrecimiento. El espárrago es un cultivo con un ciclo de vida de 12, 14, 15 años. Luego de ese ciclo, muchos productores han venido evaluando otras alternativas más rentables como el arándano o la uva de mesa en su momento.
¿Qué beneficios directos traerá la medida?
Lo primero es que se elimina el costo de la fumigación que es de US$ 0.30 a US$ 0.35 por caja. Por el volumen de envíos, la industria gasta entre US$ 5 millones a US$ 6 millones por fumigación al año. Además, el hecho de eliminar la fumigación permite mantener la cadena de frío, que llegue el producto más fresco y tenga una vida más larga. También permite que Perú pueda hacer otras presentaciones en cuanto a formatos con un mayor valor agregado. Lo que pasa es que el espárrago solamente se puede enviar a granel, en cajas de 5 kilos por la fumigación. No tenemos desarrollado ningún tipo de embalaje para Estados Unidos, porque tenemos que empacarlo de modo tal que permita la fumigación.
¿Cuánto más podría durar el espárrago sin la fumigación?
El espárrago podría durar fácilmente de cinco días a una semana más, evitando la fumigación. Esa es una gran ventaja, pues un producto fumigado tiene que moverse muy rápido.
¿Cree que esto traerá un nuevo brillo al negocio?
En primera instancia, diría que esto traerá un respiro en el sentido de que aquellas empresas que pudieran estar pensando en cambiar el cultivo, ya no lo hagan. Veo difícil que haya un incremento en el número de hectáreas, porque hay alternativas económicamente más rentables. Entonces, lo más objetivo es pensar en un respiro para el sector en el corto plazo.
En cuanto a la campaña 2022, ¿cómo viene cerrando el sector?
Los precios no han estado muy buenos. Es la tendencia de los últimos años con el Covid-19. No esperamos nada extraordinario o algo distinto de lo que vemos en los últimos tres años. Se manejarán similares volúmenes de exportación de 130.000 toneladas, incluso quizá una leve baja.
¿El próximo año podría ser determinante, en todo caso, en cuanto al curso que tomará el negocio?
Sí, pero primero hay que ver cómo camina la implementación de la no fumigación y cómo se van cumpliendo los nuevos protocolos de ingreso. Hoy día, concretamente, es simple porque llegas, fumigas y sales. Sospecho que en un inicio todo va a caminar lento. Entonces, si hay trámites engorrosos se irán haciendo ajustes y evaluando en el camino los resultados.
Fuente: Redagrícola
