(Agraria.pe) Una vuelta a los ciclos naturales de la agricultura, donde se revalora la capacidad productiva de los cultivos sin mayores aditivos para lograr un balance que beneficie a todo el ecosistema. Es la propuesta de Sebastiaan Saverys, presidente de Perú Justo y Orgánico para los productores peruanos de toda escala.
Desde su punto de vista “hay opiniones y preconceptos equivocados sobre los cultivos orgánicos y su impacto en el mundo”, lo que puede frenar una necesaria transición hacia una agricultura sostenible. De hecho, considera que el sistema actual de producción de alimentos a nivel global causa mucho daño al planeta, generando la degradación de ecosistemas, injusticia social, impactos negativos en la salud humana y contribuye al calentamiento global. “Estamos convencidos de que el planeta puede proveer todo lo que necesitamos y para más gente, de manera mucho más sotenible, y eso lo debemos hacer pensando en nuevos paradigmas, no solo que lo sostenible u orgánico sea otro certificado más”, define.
Saverys defiende que la idea de que las frutas y verduras orgánicas no tienen el mismo nivel nutricional que las convencionales porque están expuestas a plagas y enfermedades es falsa, y que es la base por la que el sistema se acostumbró a usar productos sintéticos como pesticidas, fungicidas, herbicidas y fertilizantes. “Discrepo de esta opinión: hace miles de millones de años la naturaleza, las plantas, viven en perfecta armonía con su entorno y en los últimos 70 años se nos ha ocurrido aplicar urea al suelo y pesticidas para matar plagas o enfermedades. Tal vez no nos damos cuenta que la aplicación de fertilizantes no debería ser necesaria”, complementa.
Toda la historia previa de la agricultura antes de la industria señalaría que las plantas encuentran en la naturaleza los micro y macronutrientes que requieren. De hecho, el 80% del aire es nitrógeno y la planta utiliza bacterias fijadoras de nitrógeno para asimilarlo. “La aplicación de urea a la planta no es más que la consecuencia de unos científicos alemanes que tras la Segunda Guerra Mundial no supieron qué hacer con su capacidad de producción de amonio, y en vez de hacer explosivos empezaron a acostumbrar a la planta a necesitar fertilizantes industriales”, cuenta.
Esta forma de producir estaría generando un desbalance donde se podría estar perdiendo elementos vitales como microorganismos, bacterias, hongos, que son agentes necesarios para la vida. En esa línea, para el vocero de Perú Justo y Orgánico es necesario hacer lo que ya las plantas hacen de por sí, captar dióxido de carbono y convertirlo en carbohidratos para todos, garantizando la sobrevivencia de todos los organismos benéficos.
Para ir hacia este objetivo, la organización se ha aliado con AGAP en busca de fórmulas que desarrollen esta visión en Perú, donde una gran cantidad de cultivos están en manos de pequeños productores que no están acostumbrados a tecnificarse, aunque podrían mostrarse dispuestos a hacerlo si tuvieran un apoyo que los guíe con este marco sostenible como meta final.
Sebastiaan Saverys proyecta que con la misma eficacia que Perú pudo posicionarse como líder mundial en diversos productos de agroexportación, puede ser líder en el cambio de mentalidad para ir con más decisión hacia una agricultura y alimentación sostenible. Un proceso análogo a las energía renovables que hace un par de décadas eran consideradas idealistas, pero hoy son una realidad que va cobrando mayor protagonismo. “Demostremos que lo orgánico es posible, una mejor oportunidad para distribución del agua, la tierra, acceso a mercado. Para demostrar que todo lo que hemos hecho en Perú en 40 años, podemos seguir haciéndolo en los próximos 40 años también”.