(Agraria.pe) Países de América Latina y el Caribe mostraron en la apertura de la COP 29 el potencial de su agricultura para responder a través de soluciones basadas en la naturaleza. a los desafíos de la crisis climática y los eventos extremos que provoca con mayor frecuencia e intensidad.
En un evento oficial en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, que convoca a miles de personas en Bakú, la capital de Azerbaiyán, la región expuso los avances que ha realizado para reducir su vulnerabilidad ante eventos meteorológicos extremos y dotar de mayor resiliencia a su producción agropecuaria, vital para la seguridad alimentaria global.
La COP 29 es el mayor foro ambiental del mundo y sirve para que los países discutan y negocien sus compromisos para la transformación de sus modos de producción y consumo.
El panel fue organizado por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), junto al Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE) y RCC Caribbean, organización creada en el marco de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático para dar apoyo a los pequeños estados insulares, que son particularmente vulnerables.
Participaron el científico Rattan Lal, considerado la mayor autoridad mundial en ciencias del suelo; José Abelardo Mai, Ministro de Agricultura y Seguridad Alimentaria de Belice; el ex Director General de la Organización Mundial del Comercio (OMC) y miembro de la red Grupo de Países Productores del Sur (GPS), Roberto Azevedo; Luis Pocasangre, Director General del CATIE; Alejandro Martínez, Director de Water-Smart Agriculture de la agencia Catholic Relief Services; Clifford Martínez, Coordinador de Manejo del Agua, del Ministerio de Agricultura de Belice y Manuel Otero, Director General del IICA. El moderador fue Muhammad Ibrahim, director de Cooperación Técnica del IICA
Incentivar a los agricultores
La producción y los medios de vida de los agricultores en América Latina y el Caribe se ven afectados por sequías, inundaciones, huracanes y otros eventos que son cada vez más frecuentes y más extremos. En ese contexto, las soluciones basadas en la naturaleza y los diseños financieros innovadores se han mostrado efectivos para mejorar la adaptación a esos fenómenos y reducir los daños y pérdidas.
Rattan Lal, quien lidera junto al IICA desde 2020 el programa Suelos Vivos en las Américas, dijo en ese sentido que los productores deben ser incentivados para adoptar buenas prácticas que potencien el rol de la agricultura como solución al cambio climático.
“Pagar por el secuestro de carbono en el suelo sería una excelente medida. Los 700 millones de agricultores que hay en el mundo merecen recibir un precio justo por la contribución que realizan. Esto no es imposible de hacer. ¿De dónde va a salir el dinero? Una parte puede salir de la industria del tabaco y otra parte puede venir del sector privado. También el resto de la sociedad puede hacer un aporte. Somos 8.200 millones de personas y tenemos una gran responsabilidad con el planeta”, dijo Lal, Embajador de Buena Voluntad del IICA y Premio Mundial de la Alimentación 2020 por sus extraordinarias contribuciones a la seguridad alimentaria.
“Los agricultores son los principales actores de la producción y el cuidado ambiental, por lo que se deben impulsar políticas públicas que los recompensen”, agregó.
Roberto Azevedo hizo hincapié en que las soluciones para el cambio climático deben realizarse en escala. “Lo que haga un país o una región no va a mover la aguja planetaria. Debemos realizar un enfoque global y tener a todo el mundo a bordo. De otra manera, nuestro esfuerzo no servirá para nada”, dijo.
El experimentado Azevedo, quien también ha ocupado importantes posiciones en el sector privado, advirtió que la transición hacia una economía verde no va a suceder sin costos. “La verdadera financiación -subrayó- no vendrá de donaciones y subsidios, sino de incentivos y regulaciones. En esa línea, es fundamental que surja un verdadero mercado global de carbono”.
Azevedo también llamó la atención sobre el rol de la agricultura como solución: “Ningún otro sector además la agricultura puede secuestrar carbono. ¿Vamos a usarla o vamos a continuar culpándola? Tenemos que traerla a bordo siendo inteligentes, construyendo una ecuación económica que realmente sea efectiva para encarrilar la transición”.
El ministro Mai contó los grandes avances en adaptación que ha realizado Belice, nación centroamericana con costas sobre el Mar Caribe, donde el impacto del cambio climático es una realidad cotidiana.
“La economía de nuestro país depende en gran medida del sector agropecuario. En ganadería hemos avanzado con la selección de forrajes adecuados y la elección de razas de animales tolerantes a las condiciones ásperas que estamos viviendo. También hemos invertido en temas como la plantación de árboles y nuevas tecnologías en sistemas de almacenamiento de agua y riego”, contó.
Pocasangre dio detalles de cómo el CATIE trabaja con soluciones basadas en la naturaleza en Guatemala, El Salvador y Honduras, a partir de un entendimiento profundo de las demandas locales. “Podemos mejorar la adaptación al cambio climático a partir de un diagnóstico adecuado de la situación de cada comunidad y un conocimiento de las limitaciones. No hay una sola solución que sirva para todas las regiones o países”, afirmó.
Muhammad Ibrahim, por su lado, señaló que los casos contados de atención de emergencias climáticas y de construcción de resiliencia habían puesto de manifiesto la fortaleza de la agricultura de América Latina y el Caribe, donde el sector no solo es sostén de la seguridad alimentaria sino es también una pieza clave del desarrollo económico y social.
Manuel Otero consideró que en la región se viven dos paradojas. La primera es que es la más importante exportadora de alimentos, pero al mismo tiempo es la más vulnerable a los efectos del cambio climático. La segunda es que América Latina y el Caribe tiene la más vasta dotación de recursos naturales, pero recibe escaso financiamiento internacional para la conservación ambiental.
“Nuestro sector agrícola está en un proceso de transformación. Necesitamos una nueva generación de políticas públicas para acelerar esa transformación, con las soluciones basadas en la naturaleza, la ciencia, la innovación y los agricultores como protagonistas”, dijo.
"Por supuesto que la transformación del sector agrícola de nuestra región ya está en marcha y la estamos haciendo lo más rápido posible. Pero necesitamos que nuestros agricultores tengan mejor acceso a la financiación y a las nuevas tecnologías para que el proceso cobre aún mayor velocidad", manifestó.
AECID y el IICA trazan agenda para intensificar acciones conjuntas que refuercen resiliencia en el agro latinoamericano y caribeño
Nuevos puntos de encuentro con foco en el apoyo a la transformación de la agricultura de las Américas, acceso de los pequeños agricultores a las tecnologías e innovaciones, y construcción de resiliencia en el sector agropecuario latinoamericano y caribeño. Ese fue el marco definido por el director de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), Antón Leis García, y por el director general del IICA, Manuel Otero, para incrementar la ya extensa colaboración entre las dos agencias.
Leis García; su Jefa de Gabinete, Victoria Tur Gómez; y la jefa del Departamento de Cooperación Sectorial de la AECID, Miriam Ciscar; visitaron el pabellón Casa de la Agricultura Sostenible de las Américas, que el IICA instaló junto a sus socios del sector privado y sus 34 Estados Miembros en Bakú, Azerbaiyán, donde se realiza la edición anual de la Conferencia de las Partes (COP29), la cumbre anual de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC).
Otero, por su parte, fue acompañado en la reunión por Kattia Fajardo, gerente de Acción Climática y Sostenibilidad Agropecuaria del IICA; y por Federico Sancho, gerente de Planificación, Monitoreo y Evaluación del organismo.
El pabellón fue instalado en el máximo foro mundial de negociación ambiental gracias al esfuerzo compartido del organismo hemisférico con socios del sector privado y público como un ámbito colaborativo y de puertas abiertas con el objetivo de que los 34 países del continente americano y sus agricultores hagan escuchar su voz y mostrarán los importantes avances que vienen realizando en sus zonas rurales para contribuir a la mitigación del cambio climático y construir resiliencia frente a sequías, inundaciones y otros eventos naturales cada vez son más frecuentes y extremos.
Actualmente la AECID y el IICA mantienen una intensa actividad de trabajo conjunto ejecutando diversos proyectos de cooperación internacional especialmente en países como El Salvador, Paraguay y Bolivia, además de trabajar en proyectos regionales en el Corredor Seco Centroamericano, una de las zonas más vulnerables del mundo, tanto en términos sociales como climáticos.
En total son 12 acciones concretas de trabajo conjunto entre las dos instituciones: Adaptación, mecanismos de financiamiento innovadores, descarbonización de la agricultura y la ganadería, fortalecimiento institucional e identificación de tendencias sobre el sector agropecuario hacia el futuro fueron algunos de los temas identificados por García y Otero para incorporar a la agenda de trabajo AECID-IICA.
Otero informó a Leis García la intensa actividad institucional del IICA, mientras que el director de la AECID detalló a la máxima autoridad del IICA los planes de repotenciar la actividad de la Cooperación Española.
El pabellón del IICA en la COP será escenario de más de 50 eventos políticos y técnicos, en los que se hará énfasis en las soluciones basadas en ciencia e innovación para la crisis climática en un sector como el agropecuario, el único que puede secuestrar carbono en el suelo, y contribuir de esa manera a la mitigación, al tiempo que juega un papel indispensable en la seguridad alimentaria.