(Agraria.pe) “El Perú tiene un potencial agrícola inmenso gracias a su diversidad de microclimas y suelos. Sin embargo, muchas de las semillas de cultivos de exportación como arándanos, paltas y frambuesas provienen de otros países y no están completamente adaptadas a nuestras condiciones. Como resultado, aunque algunas logran crecer, no alcanzan su máximo rendimiento”, señala Mario Salazar, presidente del directorio de Agrícola y Ganadera Chavín de Huántar.
En este escenario, es donde plantea que la inteligencia artificial (IA) aplicada a la genética de cultivos podría marcar un antes y un después en nuestra agricultura de exportación.
“Empresas como Heritage Agriculture de Google X están utilizando IA para identificar y modificar genes claves, optimizando las plantas para que sean más productivas y resilientes en entornos específicos. Con la creciente democratización de la IA gracias a tecnologías de código abierto como DeepSeek, el Perú tiene una oportunidad única para aplicar estos avances y transformar su sector agrícola”, refiere.
“¿Cómo podría aprovechar el Perú la IA en la agricultura?”, se pregunta. Y las ideas que propone son claras:
Desarrollo de semillas adaptadas a nuestros microclimas
Mediante algoritmos avanzados, se pueden identificar y editar genes para crear variedades de cultivos que maximicen su rendimiento en las condiciones específicas de cada región del país.
Predicción de rendimientos con modelos de IA
Las herramientas de IA permiten simular cómo responderán las plantas en diferentes entornos antes de sembrarlas, reduciendo costos y aumentando la eficiencia de los cultivos.
Optimización del uso de recursos
Con IA, podemos predecir necesidades de riego, fertilización y control de plagas con precisión, reduciendo desperdicio y mejorando la sostenibilidad.
Oportunidades para el Gobierno y Empresarios
Gobierno: Invertir en centros de investigación agrícola con IA, incentivar startups AgTech y crear políticas para fomentar la biotecnología aplicada a la producción sostenible.
Empresas: Formar alianzas con compañías tecnológicas, adoptar modelos predictivos en cultivos y apostar por la innovación en genética agrícola.
Academia: Promover programas de formación en IA aplicada a la agroindustria y fomentar el desarrollo de talento local en bioinformática y biotecnología.
“La inteligencia artificial no es solo el futuro de la agricultura, es el presente. Si logramos desarrollar cultivos adaptados a nuestros microclimas, podríamos sembrar en prácticamente todo el país con máxima eficiencia y calidad de exportación”, concluye Mario Salazar.
