El agro enfrenta la escasez de tres de sus recursos más importantes: mano de obra, agua, y tierras. La masiva migración de jóvenes del campo a las ciudades; la poca capacidad de maniobra para trasvasar aguas sobrantes de cuencas superavitarias a cuencas deficitarias; y el incontenible crecimiento de las ciudades e invasiones de tierras, hacen que la agricultura del presente sea de costos crecientes.
Efectivamente, cada vez es más costoso cultivar la tierra y, en ese contexto, suenan los ineficientes e improductivos. Luego tenemos los desafíos de las plagas, la infraestructura y la tecnología. Nuestro clima es muy bueno para el agro, pero también es bueno para las plagas. En infraestructura estamos ‘re-mal’, a pesar de los ‘jamoneos’ del Gobierno. Y en investigación y desarrollo estamos igual de mal. A pesar de ello, la agricultura moderna de la costa seguirá creciendo. El problema está en la sierra y en la selva. Para ellos, carreteras y más carreteras.