Cuando se construye una carretera aumenta la competitividad de la economía. Los agricultores llegan al mercado más rápido y con menores costos.
Cuando se construye una carretera aumenta la competitividad de la economía. Los agricultores llegan al mercado más rápido y con menores costos. Los turistas también llegan a sus destinos más rápidamente y seguros. Todo fluye mejor y las regiones implicadas progresan, generándose el círculo virtuoso que todo pueblo o ciudad debe buscar. Sin embargo, lo que estamos viendo cada vez más en el país es la toma masiva de las bermas de las carreteras para instalar puestos de venta de todo tipo de productos o servicios. El problema es que, lejos de prohibir esas invasiones, las autoridades locales –so pretexto de salvaguardar la seguridad de la ciudadanía– instalan semáforos en plena carretera para forzar a los vehículos a disminuir la velocidad, con lo cual se desnaturaliza el sentido de las carreteras, que es agilizar el tránsito de mercaderías y personas. Muy mal eso de poner semáforos en las carreteras. Estamos perdiendo competitividad.
Peru21.pe