(Agraria.pe) El 31 de marzo, el fondo de inversión ADQ de Abu Dhabi, tomó el control de Unifrutti, productor y distribuidor frutícola que desde su fundación había estado en manos de la familia De Nadai. El mismo mes, la gigante estadounidense Frutura adquiría la exportadora Subsole; y un año antes, el grupo norteamericano Hancock Natural Resource Group (HNRG) completaba la compra de David del Curto. Todos negocios chilenos que pasaron a manos extranjeras.
Hoy, de las diez principales exportadoras de fruta chilena, cinco están en manos de compañías foráneas: las tres antes ya nombradas, además de Agricom, parte de la multinacional Westfalia Fruit International, y Dole, filial de la estadounidense Dole Food Company. Las top 10 enviaron al exterior 70,8 millones de cajas en la temporada 2021/2022, y de ese monto 34,6 millones lo hizo el grupo de firmas no chilenas: un 48,8% del total.
El peso global de las exportaciones en manos de extranjeros, no obstante, es menor. “Podría ser del orden de un 20% de la fruta”, estima el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura, Cristián Allendes. De las 176 empresas agrupadas en Asoex, solo cinco están en manos de capitales foráneos. De hecho, todas las exportadoras vendieron 246,9 millones de cajas en la última temporada, por lo que las 34,6 millones en manos extranjeras serían apenas el 14% de la fruta.
“Chile es líder en exportaciones de fruta fresca a nivel del hemisferio sur, y si a ello se agrega la condición fitosanitaria, nuestros suelos y la calidad de nuestra fruta fresca, pasa a ser un factor muy atractivo para inversionistas extranjeros que buscan focalizarse en el largo plazo”, asegura el presidente de Asoex, Ronald Bown.
El interés de los fondos
Un año y medio tardaron las negociaciones entre Subsole y Frutura. Hancock partió también lento y tardaron más de doce meses en comprar David del Curto. Los inversionistas extranjeros llevan varios años sumando producción chilena a su portafolio. En 2010, partió el grupo chino Cofco, que adquirió la viña Bisquertt, después se sumarían la bodega china Changyu con la adquisición de las viñas del grupo Bethia; y en 2018 Yanghe, filial del Grupo Jiangsu Yanghe Destillery Co, adquirió el 12,5% de Viña San Pedro Tarapacá. Ahora, no obstante, se agregaron de manera más intensa los fondos de inversión. Apareció así ADQ, Hancock Natural Resource Group y RRG Capital Management, matriz de Frutura. Y pusieron su foco ya no en viñas o en campos, sino que en exportadoras que básicamente compran producción a terceros y tienen una pequeña porción propia. “Se unen a plantas ya funcionando, compran la compañía entera y tienden a mantener al management que logró que la firma fuera lo que es”, explican en la industria. David del Curto, por ejemplo, que cuenta con tres plantas productivas y frigoríficos desde Requínoa hasta Retiro, continúa con el mismo gerente general desde 2015, Fernando Cisternas. En Subsole seguirá Juan Colombo. Y su cofundador y presidente, Miguel Allamand, pasará a ser accionista de Frutura.
El subgerente de Área Agrícola de Tattersall, Hans Holzhauer, cuenta que el interés de parte de inversionistas extranjeros, principalmente norteamericanos, ha aumentado y revela que Tattersall está haciendo el trabajo de traer fondos de inversión a Chile. “Hemos visto que a los fondos se le hace muy atractivo el tema agrícola por la plusvalía que tiene la tierra”. Añade que “el énfasis de los inversionistas ya no está en los objetos financieros, si no en aspectos más sociales y ambientales, y en todo lo que genera la producción agrícola”. Hoy existe la tecnología y la profesionalización de las plantas para competir con los mayores estándares.
Es que la pandemia -y los consiguientes problemas logísticos- ha elevado, además, la necesidad de los países por poner un mayor foco en la seguridad alimentaria y en garantizar productos frescos para su población. “Estamos desarrollando nuestra cartera de productos alimentarios y agrícolas con el objetivo de generar una fuerte rentabilidad financiera y, al mismo tiempo, reforzar la resistencia alimentaria en los EAU”, aseguró el director ejecutivo de Alimentación y Agricultura de ADQ, Gil Adotevi, quien subrayó que su inversión en Unifrutti permitirá complementar toda la cadena de otras compañías que ya poseen.
Una visión similar fue la expresada por el CEO de Frutura, David Krause, al sumar Subsole: “Tener una presencia fuerte en Chile es una parte integral en nuestra estrategia de crecimiento”.
“El atractivo de los fondos es que ven que los alimentos, y la fruta particularmente, es de gran consumo a nivel mundial, muy demandada, y las empresas buscan abastecimiento seguro todo el año “, explica Cristián Allendes. De hecho, Frutura antes de sumar Subsole ya había comprado Dayka & Hackett y Agrícola Don Ricardo en Perú, y los activos de Citrícola Salteña en Uruguay, todas las zonas para estar cubiertos el año completo.
Se estima que de aquí al 2050 habrá que duplicar la producción de alimentos para abastecer a las 10 mil millones de personas que habitarán el planeta en ese momento. Y el consenso apunta a que la velocidad de crecimiento de la oferta de productos no alcanzará a compensar la demanda, por lo que avanzar en sumar fruta de contraestación, que es lo que ofrece Chile, genera interés.
En enero, el fondo belga Continental Grain Company también puso foco en Chile y adquirió una participación del segundo mayor exportador de berries local, Agroberries, a través de un aumento de capital en una sociedad matriz creada en Reino Unido. Tras la operación estaba el colaborar con el plan de expansión de la compañía y complementar su red internacional.
Hoy, el 40% de la fruta chilena que se exporta va a Estados Unidos y un 20%, a China.
A ello se suma la alta rentabilidad que ofrecen este tipo de inversiones. “Los activos agrícolas no han bajado de precio”, señala la SNA. De hecho, en algunas zonas el precio de la tierra se ha duplicado en los últimos años.
“Para los portafolios de inversiones, la agricultura, a través de la inversión en la tierra, es un activo real y tangible, que puede servir como cobertura a la inflación, además de ser un generador de flujos de caja”, subraya el portal de la página de la administradora Activa, que posee Sembrador Capital de Riesgo, con fondos cuyos compromisos de capital ascienden a US$ 286 millones.
Y si bien existe una mayor incertidumbre a raíz del proceso constituyente, los compradores están acostumbrados a este tipo de vicisitudes, destacan en el agro. “El negocio de las exportaciones no depende de lo que pase en el país, si no en el mundo. Acá solo necesitamos que nos dejen trabajar, que las aguas las dejen seguir usando, que no nos expropien y no vemos que esas cosas vayan a pasar”, subrayan en el sector.
En julio del año pasado, Hancock publicó un informe de 26 páginas respecto a las oportunidades de inversión que ofrecía la agricultura chilena. En él valoraban la ubicación geográfica del país que permite obtener fruta en meses donde el otro lado del mundo no produce, sus Tratados de Libre Comercio con más del 90% del PIB mundial, su infraestructura y especies. Sin embargo, relataba los riesgos: nueva Constitución, reformas sociales y tributarias, además del crecimiento económico. Sus conclusiones finales eran: “A medida que el país busca un acceso más equitativo a las oportunidades económicas y sociales para todos los chilenos, la economía de mercado, el libre comercio y apertura a la inversión se espera que continúen”. “Los motores que sustentan la ventaja competitiva de Chile en la producción y exportación de cultivos de alto valor permitirán un mayor desarrollo en mercados en crecimiento a medida que la demanda mundial crezca, y Chile está preparado para suministrar alimentos producidos de forma sostenible”, añadieron.
El presidente de Fedefruta, Jorge Valenzuela, complementa: “Encuentro una buena noticia que estén mirando oportunidades de inversión en Chile, incluso con toda la incertidumbre que hay arriba de la mesa con este tema constituyente y medidas extremas de medio ambiente”.
Y si bien en el sector insisten en que la incertidumbre no ha golpeado los precios, sí reconocen que hay un mayor número de propiedades a la venta. “En épocas de incertidumbre también hay oportunidad para entrar en nuevos negocios”, dicen en Fedefruta. A todo ello se agrega otro factor, dicen especialistas en fusiones y adquisiciones: el tipo de cambio -cada dólar se transa a más pesos que hace unos años- disminuye los costos para los inversionistas extranjeros y mejora los retornos para los vendedores chilenos. En la SNA, eso sí, le restan dramatismo al riesgo político: “Las negociaciones de estas ventas empezaron bastante antes de lo que vemos ahora en la Convención. (Los propietarios) venden por una oportunidad comercial y hacer que su empresa sea más rentable”, añaden.
Fuente: latercera.com