(Agraria.pe) En los últimos cinco años, el consumo global de kiwi ha mostrado un crecimiento sostenido. Según Carlos Cruzat, presidente del Comité del Kiwi de Chile, esta tendencia se debe, en gran parte, a un cambio en los hábitos alimenticios, especialmente entre los consumidores jóvenes, cada vez más preocupados por su bienestar. El kiwi, rico en vitamina C y beneficios digestivos, ha ganado protagonismo tras la pandemia, consolidándose como un alimento funcional muy valorado.
Chile, uno de los principales exportadores del hemisferio sur, proyecta para 2025 la exportación de 140.000 toneladas de kiwi, una cifra inferior a las 230.000 toneladas alcanzadas hace una década debido a la reducción de huertos ocasionada por la PSA y la Moria. Sin embargo, el escenario internacional ofrece oportunidades, ya que en Europa —tradicionalmente uno de los mercados más importantes— la producción también se ha visto afectada por estas enfermedades, generando una menor oferta global y abriendo espacio para fruta chilena.
Con este contexto, el Comité del Kiwi de Chile ha intensificado su estrategia de posicionamiento en India, Brasil, México y Estados Unidos, países donde el consumo per cápita aún es bajo, con menos de 0,5 kilos por persona al año, frente a los 2 a 2,5 kilos que registra Europa. Las campañas se centran en acciones digitales, colaboraciones con influencers y contenido gastronómico, buscando acercar el producto a consumidores que aún no lo incorporan regularmente en su dieta.
Los resultados confirman el potencial de crecimiento. "En Brasil, las exportaciones de kiwi chileno pasaron de 6.000 toneladas a 18.000 toneladas en los últimos años. En India, el salto ha sido significativo, pasando de apenas 800 toneladas hace una década a 15.000 toneladas actualmente. Por su parte, Estados Unidos duplicó el valor de sus compras, al pasar de 200 millones de dólares a 400 millones de dólares anuales en solo cinco años", resalta Cruzat.
A pesar de estos avances, la industria enfrenta importantes retos técnicos. Uno de los principales es conservar la fruta en óptimas condiciones durante seis o siete meses, lo que permite garantizar un suministro constante y cubrir la ventana comercial del hemisferio sur antes de dar paso a la producción del hemisferio norte. "Es fundamental producir fruta más sana y resistente para asegurar que mantenga la misma calidad desde el inicio hasta el final de la temporada", explica Cruzat. A esto se suma la necesidad de optimizar la logística y evitar quiebres de stock que puedan afectar la presencia del kiwi en los mercados internacionales.
"El sudeste asiático también se proyecta como un objetivo de expansión. Actualmente, gran parte del abastecimiento en esa región proviene de Nueva Zelanda, pero los volúmenes son reducidos. Chile busca consolidar su presencia en estos destinos, donde el potencial de crecimiento es considerable", concluye.
Fuente: freshplaza.es