(Agraria.pe) La última campaña fue como un shock para la industria arandanera, dado que se desarrolló totalmente diferente a lo que se venía acostumbrado. Responsable de esto fueron las alteraciones provocadas por el fenómeno de El Niño sobre la producción peruana.
El mundo se había acostumbrado a Perú como un proveedor seguro, que aportaba año tras año crecientes volúmenes a los mercados del norte, pero 2023 no fue así. Debido al efecto de El Niño en la primera parte de la campaña, los rendimientos cayeron abruptamente y Perú exportó un 40% menos que en el año previo. Surgieron dos inconvenientes; por un lado, la merma y por el otro la imprevisibilidad. Fue necesario ajustar semana a semana los pronósticos.
Esto explica porqué el sector inicia la nueva campaña con cierta incertidumbre y ansiedad. ¿Cómo se presentará la misma? ¿Se podrán anticipar momentos de escasez o exceso de oferta? ¿Será necesario buscar más de un proveedor para asegurarse la provisión de fruta?
Perú
Por suerte el clima se normalizó. Se registró un invierno frío, incluso más frío de lo esperado. Los cultivos se están recuperando, pero se observa un retraso madurativo marcado, dado que debido a El Niño la poda se realizó varias semanas más tarde de lo habitual.
La nueva campaña comenzó en mayo, pero con volúmenes pequeños que se fueron incrementando lentamente. Hasta mediados de agosto se llegaron a exportar algo más de 12.000 toneladas, esto es un 40% menos que en el 2023 y menos de la mitad que en el 2022. El ritmo pausado se mantendrá durante fin de agosto y septiembre. Recién hacia finales de septiembre se normalizarán los envíos.
Para octubre y noviembre se espera una mayor oferta, con volúmenes que superarán al 2023. También para los últimos meses de campaña (diciembre a febrero) se espera un buen ritmo de embarque, similar al que se dio en la temporada anterior, por lo cual será una campaña más tardía, pero de buen volumen.
Esto se debe a la recuperación de las plantaciones, a lo que se sumarán nuevas superficies de cultivos. Se intensifica el vuelco hacia las genéticas nuevas. Entre las variedades que están adquiriendo cada vez mayor protagonismo están Rocio, Sekoya, Eureka Sunrise, Mágica, Kestrel, Madeira, etcétera.
Ventura, aunque una excelente variedad y la más abundante luego de la Biloxis, sufrió un revés al sufrir fuertemente bajo la ausencia de frío en el 2023. Todo indica que también este año se vio afectada por temperaturas algo más bajas de lo habitual. Por lo cual, actualmente, al evaluar variedades se tiene también en cuenta cómo se comportan frente a alteraciones climáticas; característica en el cual la Ventura no resulta la mejor.
En este momento resulta difícil dar un pronóstico sobre el total a exportar. Los expertos son cautos, ante los erráticos pronósticos que se realizaron el año pasado, sumado a que siguen dándose alteraciones climáticas. Pero todos indican que Perú superará las 226.000 toneladas del 2023/2024. La duda está si se alcanzarán las 286.00 toneladas exportadas en el 2022/2023 o incluso se logrará un nuevo récord con una exportación de 300.000 toneladas.
Fuente: Portal Frutícola