(Agraria.pe) Con la llegada del invierno en la costa peruana, inicia una de las prácticas más críticas en la gestión de los cultivos de exportación: la poda. En las empresas agroexportadoras, este proceso no solo es una rutina agronómica, sino una decisión clave que impacta directamente en la calidad del producto final.
Así lo define el analista alimentario Jorge Niño de Guzmán, qien apunta que en cultivos como arándano, palto y uva de mesa, la poda debe ser más estratégica que nunca. “Los efectos del cambio climático –especialmente los inviernos más cálidos y secos de lo habitual– exigen adaptar las técnicas para lograr una buena diferenciación floral, aireación y calidad de fruta”, explica.
Además, destacó algunos puntos clave a considerar esta temporada según el tipo de cultivo:
.Arándano: Con el aumento de la superficie sembrada en Perú y la presión de los mercados internacionales, la calidad será el principal diferenciador. Las empresas deben enfocarse en podas selectivas, eliminando material improductivo, regulando la carga y priorizando la entrada de luz para obtener fruta de mejor calibre, sabor y condición de postcosecha.
.Palto: La poda debe permitir manejar adecuadamente el tamaño del árbol, optimizar la relación hoja/fruto y garantizar una adecuada inducción floral, especialmente considerando los inviernos cada vez más erráticos.
.Uva de mesa: El manejo de la poda es fundamental para uniformar la brotación y lograr racimos de calidad premium. Con mercados cada vez más competitivos, no se trata de producir más, sino de producir mejor.
“En un contexto de cambio climático, mercados exigentes y altos costos logísticos, la calidad de fruta debe ser la prioridad absoluta. La poda no es solo una práctica cultural, es una decisión estratégica que impacta directamente en la rentabilidad y sostenibilidad del negocio”, concluyó.
