La contaminación del recurso hídrico ya es un problema que está siendo advertido por los mercados configurando un escenario complicado para los productores. La ANA toma medidas al respecto, pero el trabajo por hacer es inconmensurable.
(Agraria.pe) Las exigencias de inocuidad en la producción de alimentos para la agroexportación serán cada vez más rigurosas e incluirán inspecciones in situ de veedores que examinarán la calidad del agua que se utiliza para la producción. Así lo explicó Abelardo De la Torre, jefe de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), durante su participación en un reciente foro de Conveagro.
“La ANA tiene un estudio de todas las cuencas del Perú, principalmente ríos, con más de un millón de análisis hechos con la mejor tecnología y laboratorios que garantizan que los valores son certeros. Así se ha establecido que 47 ríos en el país son en los que hay que trabajar más seriamente para combatir la contaminación. La calidad del agua está afectada y eso pone en peligro la agroexportación. Ya en eventos internacionales en los que he participado se ha anunciado que pronto vendrán auditores internacionales para ver con qué agua se está produciendo para exportar, y eso podría frenar las exportaciones”, explicó.
Como medidas para evitar este escenario, De la Torre contó que el Gobierno ha autorizado a la ANA a tomar un endeudamiento por US$ 100 millones con el BID, que se sumarán a los de recursos propios de la institución, para iniciar las primeras medidas de mitigación, aunque el costo de revertir la situación actual ciertamente es gigantesco y tomará varios años.
Otro punto a atacar es el descontrolado desarrollo urbano, que no ha ido aparejado con un sistema de tratamiento de aguas residuales, cada vez mayores. “Hemos tenido un crecimiento enorme en desarrollo urbano, pero no se han tratado las aguas residuales por el alto costo, los municipios siempre dicen que les resulta dificultoso. Tenemos solo poco más de 20% de las aguas residuales tratadas, estamos contaminando”.
Creación de cuencas
En otro momento, el funcionario detalló que la ANA tiene como objetivo diseñar un total de 29 cuencas de gestión en todo el país para racionalizar el uso de los recursos y aprovechar que varias están naturalmente relacionadas, como es el caso de Chillón-Rímac-Lurín. “Ica, por ejemplo, tiene que unirse en Huancavelica con Alto Pampas, tiene que planificarse como una sola cuenca. Igual en Puno intentamos con Moquegua y Tambo (Arequipa)… de las 29 cuencas propuestas 16 ya están funcionando, instaladas. Esto es una planificación integral que incluye a todos los usuarios de agua de las cuencas, comunidades, usuarios agrarios, no agrarios”, refirió.
Destacó que la creación de cada consejo de cuenca ha sido muy formal y que solo nombrar a sus integrantes ha demorado más de un año. Un esfuerzo que ha demandado de la ANA inversiones importantes para garantizar la instalación de estas instancias de forma permanente, con el flujo de información necesario para formular un plan de gestión que puede resultar muy costoso, pero que es una labor ineludible.