(Agraria.pe) La formación académica de los profesionales vinculados con la agricultura de exportación es uno de los pilares para su crecimiento en un contexto no solo comercial, sino político y social que enfrenta grandes desafíos. Instituciones como ESAN están abordando esta necesidad con programas como su Maestría en Agronegocios. Luis Quirós Rossi, decano de este programa en esta institución académica, explica su perspectiva sobre los retos que este trabajo implica y su impacto para el país.
¿Cuáles son los principales desafíos que enfrenta la formación académica de los profesionales en el campo de los agronegocios?
De un tiempo atrás, el mercado viene captando profesionales de diferentes especialidades que se integran al sector agrario en empresas de exportación y que están empezado a aprender algunas cosas técnicas, pero lo que más está importando en este momento es la gestión. Por otro lado, tienes profesionales técnicos -agrónomos, zootecnistas- que más bien en el sector han quedado un poco atrás porque en la formación del pasado hubo mucha falta de temas de gestión, habilidades blandas, administración, recursos humanos, logística, marketing, temas comerciales. No hemos tenido eso en nuestra formación en pregrado y ahí es donde han empezado a tallar otras profesiones.
Yo estuve en el trabajo en pregrado y vi también que hay universidades que siguen formando ingenieros agrónomos netamente técnicos. Se han agregado algunas carreras y cursos de gestión, pero son pocos, la formación sigue siendo técnica, y cuando salen de las aulas siguen alimentando esa brecha. Desde ESAN lo que hemos identificado hace un tiempo es esto y formamos profesionales en aquello que falta, temas de marketing, marcas, temas comerciales, reconocimiento de mercado, experiencia del cliente, habilidades blandas. El plan de estudios de la maestría de ESAN en Agronegocios tiene ese componente interesante de tocar lo técnico superficialmente, y luego entrar netamente en lo que son temas de gestión para el sector agrario.
¿Cómo se trabaja desde la academia para que el profesional que se forma tenga la vinculación de tener un impacto positivo en lo social?
La formación del agrónomo, del zootecnista, tiene mucho componente social. Por lo menos tres cursos de componentes social que hacen que hacen que el profesional se vuelva muy humano y cuando salen al campo existe esa vena interna que también la he vivido cuando he hecho prácticas y he trabajado en el campo; hay ese deseo de querer hacer algo más por el agricultor. Pero esto es hasta cierto punto, porque tiene que haber un campo, la vena de querer hacer algo puede ser una mirada paternalista, de tratar al agricultor como si no pudiera hacer más por sí mismo, y eso ya cambió. El agricultor hoy es empresario, claro que hay pequeños agricultores, pero en las empresas grandes también se trabajan acciones de responsabilidad social que no son como antes que era darle al agricultor un techo, agua, una pequeña huerta, ahora estas tratan mejor al agricultor y le dan formación para que entren en las cadenas productivas y tengan mercado para vender.
La visión es que el agricultor no solo sea proveedor de una fruta, que la pone en un saco, y viene otra persona a llevárselo para su negocio. El agricultor hoy está entrando en esta cadena y las empresas grandes ayuda mucho en esto porque los ven como socios. Si soy una empresa grande y tengo 100 hectáreas, veo que en mi zona de influencia hasta 10 o 20 agricultores con una o media hectárea cada uno, y les ayudo con asistencia técnica, semillas, fertilizante, y los inserto a mi producción. Somos socios y llegamos así a mercados más grandes, es un ‘ganar-ganar’ para todos.
¿Qué énfasis le dan desde su perspectiva al trabajo en aspectos de tendencias del mercado hoy como la sostenibilidad, mejora sanitaria, trazabilidad?
La responsabilidad con el planeta es importante para los agronegocios. Hay una frase que me gusta que es ‘sin planeta no hay negocios’. Si nos dedicamos a destruir el planeta en un futuro cercano no generaremos mayores recursos, debemos convertirnos en socios del planeta y tener respeto cumpliendo normas internacionales como GlobalGAP y otras similares que justamente acompañan esto, el respecto al ambiente, a la sostenibilidad, al precio justo, al trabajo justo. Es un grupo de acciones que hacen que el agro sea un negocio que crece enormemente sin dejar de lado el crecimiento de los que están al costado. No es como la industria del pasado que empieza a despuntar y deja de lado a todo el mundo. Aquí el sector agrario está creciendo como un bloque, es verdad que hay pequeños a los que les cuesta más, pero todo quieren crecer en un bloque, porque además tiene el tema de marca país, cómo queda una empresa grande que tiene un cliente en Alemania si luego viene un chiquito y le vende y falla en la calidad del producto, en el empaque, en los tiempos de entrega; se afecta no la marca del exportador sino la marca país. Esto es un trabajo delicado y todos deben estar en la misma línea.
Específicamente, ¿cuáles son los puntos clave de la oferta educativa de la Maestría en Agronegocios de ESAN?
Tenemos un tema importante, que son los Transformative Executive Journeys, que son cursos transversales a todas las maestrías para habilidades blandas, gestión de marca personal, negociación, manejo de conflictos, networking, autoconocimiento, inteligencia emocional, gestión del tiempo. Y lo que tiene de excelente ESAN es que en la maestría se conoce gente del MBA y demás, con un networking increíble.
Luego tienes cursos en cuatro periodos donde se tocan temas de economía, administración costos, presupuesto, dirección de marketing, finanzas, dirección del talento, investigación de mercados, innovación, emprendimientos, dirección comercial. A esto se suman temas específicos como Smart Agro o Agrobusiness Management Game, que es una tecnología interesante para manejar casos del sector, y esto hace que los estudiantes se integren a través de la tecnología en una inmersión a la realidad a través de juegos de gestión.
¿Qué novedades finales le gustaría compartir?
Hemos cerrado un convenio con la Universidad Zamorano para crear programas de doble certificación internacional. Es una universidad reconocida internacionalmente con la que entregamos conocimientos frescos y dinámicos en este programa. Además, cerramos un convenio con el Colegio de Ingenieros, con el Capítulo de Agrónomos y Zootecnistas, para darles precios especiales para la Maestría en Agronegocios. No solo queremos formar, sino impulsar al sector más allá de donde está en este momento para aprovechar este ‘salto con garrocha’ que está dando, que de ser el segundo motor de la economía pueda quizá ser el primero. Desde ESAN acompañamos esta formación para que los profesionales lideren los agronegocios en el país.