Desde las elecciones en Brasil, el rol de los agentes de bolsa y la desaparición del sistema de cuotas que regulaba las existencias en el mercado, son varios los elementos que explican los bajos valores de los últimos años.
(Agraria.pe) Uno de los cultivos centrales del Perú es el café, y por mucho tiempo ha sido uno de nuestros productos bandera para la exportación. Sin embargo, en los últimos tiempos está enfrentando, además de los terribles efectos de la roya, una inestabilidad en los mercados internacionales que hace vulnerable a toda la cadena productiva.
Los factores que ocasionan estos padecimientos no son exclusivos de nuestro país, como lo explica José Leivobich, vocero de la Federación de Cafetaleros de Colombia, quien refiriere que el café arábigo de América Central y del Sur siempre ha sido de mejor calidad y tenido en mayor consideración en los mercados que el café robusta de África y Asia.
A pesar de ello, dice, desde hace 40 años se ve una línea decreciente en los precios internacionales del grano, llegando a mínimos históricos que son preocupantes. “En la coyuntura actual estamos con unos precios que no son los más bajos de toda la historia pero que muchas veces no alcanzan para cubrir los costos de producción de una actividad como el cultivo de café que es permanente, no algo que se haga de manera esporádica o que el agricultor pueda dejar rápidamente por otras actividades; el café es el proyecto de vida de muchas familias”, sostiene.
Convertido en un commodity, el precio del café se mide día a día, lo que tiene a la expectativa a productores de todo el mundo con un nivel de volatilidad que osciló en un rango de 20% a 30% en los años ochenta y subió a niveles de casi 40% a finales del siglo pasado. Es una situación que muchas cooperativas enfrentan y por la cual buscan cubrirse en bolsas de futuro que les permiten asegurar precios mínimos para las cosechas venideras.
Pero estas precauciones no bastan, advierte Leivobich, pues han entrado en juego otros factores para la formación del precio a corto plazo como la tasa de cambio del real brasileño frente al dólar (Brasil es el principal productor del mundo), así como el impacto de su cosecha.
Explica en ese sentido que la cosecha 2018-2019 de Brasil ha sido récord en toda su historia, lo que hace que los agentes estén a la expectativa de en qué momento saldrá todo ese volumen al mercado internacional.
“Qué pasa con la tasa de cambio del real brasilero frente al dólar, que cotiza en la Bolsa de Nueva York con los cafés suaves, arábigos. El fenómeno sucedió además en los últimos meses con la crisis política de Brasil, lo que creó incertidumbre y luego expectativa con las elecciones. Esa incertidumbre había generado una devaluación de la moneda brasilera frente al dólar, pérdida de confianza de agentes financieros frente a la economía brasilera… cuando se devalúa la moneda local de un commodity como el café cada libra o saco del café que colocamos en el mercado internacional en dólares va a representar mayores ingresos para los productores brasileros que fijaban y negociaban toda la cosecha anticipadamente y tumbaron los precios del mercado internacional”, detalla.
Este factor brasileño se detuvo una vez que hubo elecciones en Brasil, con lo que se frenó la devaluación del real y ha ayudado a mejorar en algo los precios.
Producción y existencias
El especialista del gremio cafetalero colombiano también reseña que entre 2017 y 2018 se mostró un exceso de oferta mundial de café en un entorno creciente de consumo que va a un ritmo de 2% anual en medio de incertidumbres climáticas.
Esta situación cambiaría el próximo año ya que los niveles de producción mundial serían menos abundantes, lo que ayudará a que mejoren los precios también.
También pide recordar que hubo un cambio fundamental en la industria mundial y fue que durante décadas había un pacto de cuotas entre los consumidores de mercados grandes como Europa, Estados Unidos y Japón con los productores para acordar límites a la caída de precios, de tal manera que los agricultores no produzcan a pérdida.
Este acuerdo, que se extinguió a mediados de 1989, permitía a los productores retener café y modular el precio, pero hoy los precios son manejados por los países compradores que manejan la mayor parte del inventario, dándole a ellos la ventaja para negociar.
Finalmente, apunta que la participación de especuladores y agentes en la bolsa ha trepado a representar un 45% en dicho entorno, cuando pocos años atrás alcanzaba solo el 13%. Si bien sus acciones no determinan estructuralmente el precio del café, sí pueden profundizar su caída o subida en el corto plazo.