(Agraria.pe) Desde tiempos muy remotos de nuestra historia, la calabaza y el zapallo han sido y son parte de nuestra dieta alimenticia. Ambas son especies emblemáticas de la rica agrodiversidad peruana, pues sus variedades han sido cultivadas por los antiguos agricultores preincas de las culturas Mochica y Chimú.
Así lo resaltó el Ministerio del Ambiente (Minam), quien señaló que actualmente existen cuatro especies cultivadas de calabazas y zapallos (Cucurbita) que crecen en diferentes regiones del país y una especie silvestre.
Se trata de las siguientes especies: C. pepo, con variedades como javinca, avinca, coacho y cushi; C. ficifolia, como la calabaza chiclayo, lacayote, chiuche y sambumba; C. maxima, que es la más comercial y cuenta con variedades como el zapallo macre, sambo, cabuco; y C. moschata, con variedades nativas como el loche, lagarto, yunga y chuncho.
También existe la Cucurbita ecuadorensis, especie silvestre conocida como Shisguín que solo se adapta al noroeste de Sudamérica y en el Perú se encuentra únicamente en la región Lambayeque.
Delicias de calabaza y zapallo
El Minam indicó que la calabaza y el zapallo dependen exclusivamente de la polinización que realizan insectos como las abejas, por lo que es importante mantener el equilibrio ecológico que permite la reproducción de estos productos con los cuales se hacen sabrosos potajes, como el locro, la mazamorra o los picarones que se elaboran con la harina del zapallo.
Precisamente, el Ministerio del Ambiente (Minam), a través de su Dirección General de Diversidad Biológica, presentó recientemente el estudio “Línea de base de la diversidad de la calabaza y el zapallo peruano con fines de bioseguridad", el cual constituye un importante aporte al conocimiento de la biodiversidad peruana y es un insumo valioso para el análisis de los riesgos ante la liberación de organismos vivos modificados (OVM) en el país.
La presentación se efectuó el 17 de marzo y en ese marco la viceministra de Desarrollo Estratégico de los Recursos Naturales, Luisa Elena Guinand, resaltó que el citado documento profundiza en el conocimiento de especies que tienen importancia económica, cultural y alimenticia en el país, como son la calabaza y el zapallo.
Agregó que dichos productos están relacionados con la diversidad genética del país, con los diferentes agroecosistemas y con la cultura de las poblaciones que lo cultivan y les sirve de alimento.
Respecto a la línea de base de dichas especies, dijo que la información actualizada permitirá tomar decisiones informadas y elaborar propuestas, programas y proyectos relacionados con la conservación de los recursos genéticos y la agrobiodiversidad en el país.
Por su parte, el director general de Diversidad Biológica del Minam, José Álvarez, sostuvo que en el Perú han sido domesticadas 184 especies de plantas, entre ellas el zapallo y la calabaza, que han cumplido un rol muy importante en la dieta de las comunidades costeras.
Línea de base
La “Línea de base de la diversidad de la calabaza y el zapallo peruano con fines de bioseguridad” fue realizada entre el 2018 y 2020, levantando información en 272 distritos de todas las regiones del país sobre la distribución, diversidad, estado de conservación, aspectos socioeconómicos y culturales y otros rasgos importantes de estas especies.
Esta publicación es un esfuerzo del Minam en el marco de la Ley de Moratoria y su Reglamento con el objetivo de conservar y ampliar el conocimiento de nuestra biodiversidad.
En su contenido también se destaca que la calabaza y el zapallo constituyen un recurso importante para la adaptación al cambio climático, pues pueden cultivarse en distintas regiones y climas, y constituyen fuente de resistencia y tolerancia a plagas y enfermedades.