(Agraria.pe) Nació en el caserío de El Papayo, en las alturas del distrito de Lalaquiz (Huancabamba, Piura). Creció entre cafetales, ayudando a su familia y, desde muy joven, llegó a la Cooperativa Agraria Norandino, buscando una oportunidad como muchos otros, pero allí encontró además una vocación, una pasión y un camino de vida.
Ese camino de vida fue el de la catación de café gracias a su interés por sus aromas, sus sabores y a interpretar el lenguaje silencioso de los granos tostados. Es una vía que lo ha llevado, con los años, a convertirse en uno de los mejores catadores a nivel internacional, participando en giras en Canadá, Estados Unidos y Europa, llevando consigo la calidad del café peruano y el valor del modelo cooperativo.
“Esta historia, por más única que parezca, no es un caso aislado. Rodolfo es parte de una generación de jóvenes campesinos que, gracias al acompañamiento de Norandino, han transformado sus vidas y profesiones. La cooperativa no solo exporta café: cultiva esperanza, construye futuro, da herramientas para que el talento -ese que abunda en cada rincón olvidado del país- tenga el lugar que merece”, destacó Norandino.
“Nos sentimos orgullosos de historias como la de Rodolfo. Son una muestra clara de que, con compromiso y apoyo, la juventud rural puede abrirse paso y triunfar en escenarios globales”, agregó Santiago Paz, gerente de exportaciones de la empresa.
Y es que Rodolfo Cruz no es solo un catador. Es un testimonio vivo de lo que puede lograrse cuando se unen el trabajo, el talento y las oportunidades. Es la prueba de que desde los lugares más remotos pueden salir los mejores embajadores. “Y es, sin duda, un recordatorio poderoso de que los sueños grandes también nacen en pequeños caseríos como El Papayo”, enfatizó la organización.