Especialista advierte que el mayor impacto se sentirá en regiones con producción en zonas bajas como San Martín.
(Agraria.pe) El cambio climático es una realidad que este año ya nos ha pasado factura. La producción de café en las distintas regiones se redujo entre un 10% y 20%, revela David Gonzales. Al respecto, el Estado aún está a tiempo de lanzar una estrategia a futuro que permita que los caficultores no sean los más perjudicados.
Las condiciones climáticas cada vez son más cambiantes y la regularidad con la que funcionaba el clima, las lluvias y los cambios de temperatura se han vuelto un poco impredecibles y, en algunos casos, extremos. Este año hubo un retraso en las lluvias que ha ocasionado algunos retrasos en la producción, sumándose a los serios problemas de corte de comunicación de inicios de año en la costa. Resultado de eso es que la productividad en algunos casos bajó, en otros la calidad se afectó y en otros la regularidad de las cosechas se corrió algún tiempo. Cosechas que debían empezar a salir en abril se han postergado hasta mayo o junio.
¿Qué regiones fueron las más afectadas?
En general, todas. La mayor vulnerabilidad está en aquellas regiones cuya producción está en zonas bajas, sobre todo en el nororiente del Perú. Por ejemplo en San Martín, la producción de café está por debajo de los 1.000 metros sobre el nivel del mar.
¿Hay un estimado de cuánto café se produce por hectárea y cuánto bajó producto del cambio climático?
En términos generales, la productividad peruana es muy baja. Se calcula entre los 12 y 15 quintales por hectárea. Perú tiene la productividad más baja de los diez primeros productores de café en el mundo. En algunas regiones, la productividad puede alcanzar 25 o 30 quintales, y en otras como Puno, que son condiciones más agrestes, es de 8 quintales. Se calcula que el cambio climático va a reducir la producción entre un 10% o 20%, sin contar que hace tres años la roya se bajó a 50% o 60% de la producción o a 100% en algunas zonas.Aún así el ministro de Agricultura mostró su confianza en superar los US$ 800 millones en exportación de café.
Es una cifra que ya está cambiando. Hace un par de meses, la Organización Internacional del Café redujo la proyección de lo que Perú podía exportar de 4,5 millones de sacos a 4 millones. Nosotros también bajamos nuestra proyección a casi 3,9 millones de sacos de 60 kilos. El volumen no va a crecer, ojalá que el precio sí pueda subir. En términos físicos, no hay volumen para alcanzar la meta.
¿Qué acciones se están planteando para reducir el impacto del cambio climático en la cosecha de café?
El nivel de impacto en las distintas zonas obliga a tener por lo menos cinco estrategias en el corto plazo: una para zonas donde el cambio climático no va a ser intenso; otra para zonas donde el cambio climático será intenso y se deben pensar en otras variedades de café distinto para poder sobrevivir en el futuro; estrategias para quienes están en zonas donde la producción no va a mejorar y se le debe brindar un portafolio de cultivos para que puedan mantenerse; estrategias para las zonas donde el café no va a ser rentable por las condiciones climáticas; además una última para evitar la cosecha en zonas de comunidades nativas o áreas naturales protegidas.
Viendo al cambio climático como un riesgo, ¿qué tanto peligro corremos en este momento?
Estamos a tiempo de tomar medidas. La roya ha obligado a que tengamos una estrategia más articulada y técnica de cómo afrontar los problemas del sector. Las expectativas del mercado, que crecen tanto, obligan a que la inversión que se realice tenga un criterio sostenible y tenga al cambio climático como una variable. Hay una suerte de necesidad, de oportunidad local e internacional para poderlo hacer. El tema es lograr una estrategia donde cooperativas, empresas y Estado empujen a un mismo sitio.
Fuente: larepublica.pe