(Agraria.pe) Este año, Agronegocios La Grama, uno de los principales exportadores de jengibre orgánico del Perú, cumplirá 19 años. Es un periodo largo en el que la empresa fundada por Rodrigo Bedoya, Janos Kada y Diego del Solar, tres agrónomos graduados de la Universidad Nacional Agraria La Molina, vieron una oportunidad de mercado y volcaron en ella todo su conocimiento y experiencia.
Janos Kadar, cofundador y gerente general de la empresa, recuerda que esta historia comenzó en un restaurante chifa, donde los tres amigos acordaron hacer realidad el sueño compartido de exportar productos orgánicos. En ese objetivo, un paso crucial fue el contacto con Jaime castro Mendivil, quien los ayudó a conocer al primer importador que confió en su jengibre. “En ese entonces, el mundo no sabía que Perú producía jengibre, y nosotros tampoco sabíamos en qué nos estábamos metiendo”, confiesa Kadar.
El resultado ha sido hasta el momento largamente satisfactorio, convirtiéndose en una industria real y protagonista de primer orden. De hecho, apunta, este cultivo se ha convertido en el sustento de miles de familias, está ubicado entre los 10 principales productos agroindustriales exportados por el Perú, convirtió a nuestro país en el segundo exportador de jengibre a nivel mundial y el primero en el segmento de jengibre orgánico; además, ha logrado presencia en los supermercados más exigentes del mundo.
No todo es color de rosa
Sin embargo, el ejecutivo matiza que hay un gran mal en el sector, que es extensivo al país, que es la informalidad y que se ve reflejeado en situaciones como los exportadores que cuentan con un solo trabajador en planilla, o exportadores que envían jengibre al exterior como si hubiera sido procesado en sus propias instalaciones o en plantas autorizadas de terceros, cuando no es verdad.
También se encuentran casos de plantas que no cumplen con los estándares de inocuidad ni trazabilidad; y compradores que voluntariamente ignoran los costos detrás de los bajos precios que pagan, entre otros.
“Estamos por cumplir 19 años desde que Agronegocios La Grama envió la primera caja de jengibre peruano al mundo. La industria ha evolucionado. Pero la informalidad se ha profundizado. Y lo más alarmante: a muchos no se les mueve un pelo. No se dan cuenta del daño que están haciendo. Del riesgo real de destruir lo que tanto esfuerzo ha costado construir”, llamó la atención el ejecutivo.
Por ello, resaltó que cree en la libertad de trabajo y se alegra de ver que el jengibre ayuda a crecer a muchas familias, pero también se tiene que creer en la verdad, la justicia, la honestidad, la integridad, el respeto y la inclusión.
“Todos tenemos derecho. La competencia siempre suma: nos obliga a mejorar. Pero no existe justificación para no hacer las cosas de la manera correcta. Si queremos transformar los sectores rurales, generar empleo digno, y competir en mercados exigentes. Tenemos que dejar de normalizar lo informal”, concluyó.
(Crédito imagen: Janos Kadar)