(Agraria.pe) Productos como la lúcuma, maracuyá, chirimoya y piña orgánica han cobrado relevancia, no necesariamente por sus volúmenes, sino por su potencial de diferenciación en segmentos especializados.
Para empresas como Mariposa Andina, con operaciones en la zona andina y amazónica del país, el desarrollo de una oferta congelada diversificada ha sido fundamental. Estas frutas no solo responden a tendencias de salud y conveniencia, sino también a valores como trazabilidad, procesamiento rápido y perfiles sensoriales distintivos.
Maracuyá: versatilidad y ventajas sensoriales
"El maracuyá representa actualmente el mayor volumen de exportación de la empresa. Se comercializa en pulpa con o sin semillas y en mitades congeladas, estas últimas muy valoradas en el sector hotelero y de food service por su practicidad. A pesar de la competencia de países asiáticos, el producto peruano mantiene una ventaja competitiva asociada a su perfil organoléptico. Nuestros clientes nos dicen que el sabor del maracuyá peruano es más intenso, más oloroso", comenta Graciela Trujillo, directora ejecutiva de la empresa. Esta percepción ha permitido mantener su posicionamiento en mercados como Estados Unidos y Europa.
Piña orgánica congelada: foco en certificaciones
Uno de los desarrollos más recientes en la planta ha sido la incorporación de la piña MD2 orgánica. "El producto se procesa en una línea exclusiva certificada desde la recepción hasta el despacho, lo que permite atender nichos exigentes en cuanto a inocuidad y trazabilidad. Los destinos principales son Estados Unidos y Europa. El enfoque en certificaciones como FSSC 22000, Kosher, orgánica y próximamente SMETA ha sido central para sostener relaciones comerciales estables en este segmento, menos expuesto a la volatilidad de los commodities convencionales", explica.
Lúcuma congelada: entre estacionalidad y valor nostálgico
Aunque más limitada en escala, la lúcuma congelada mantiene una demanda constante en mercados como Chile y Estados Unidos, donde el consumo está ligado al recuerdo y la identidad gastronómica. "El proceso de cosecha escalonada —en el que un mismo árbol puede tener frutos en distintos estados de madurez— encarece su producción, lo que exige formatos eficientes y planificación cuidadosa. Aun así, la lúcuma sigue siendo un ingrediente solicitado por su sabor característico en productos como helados, smoothies o postres procesados", puntualiza.
Chirimoya: interés creciente en Asia
La chirimoya congelada, en forma de pulpa, ha comenzado a generar interés fuera de América Latina. Japón y Corea han recibido muestras y están desarrollando aplicaciones para panadería y pastelería. "Es un proceso lento, pero con potencial. A nivel operativo, el modelo de la empresa permite adquirir toda la fruta disponible de sus productores locales —desde la primera hasta la última unidad—, lo que garantiza continuidad en la cadena productiva y un procesamiento inmediato para preservar las características de la fruta", señala Trujillo.
En cuanto a los precios de exportación, se mantienen estables: "La lúcuma y la chirimoya rondan los 4 dólares el kilo, dependiendo del empaque. La piña tiene precios sujetos a la estacionalidad y la demanda internacional. Factores como el tamaño del empaque también inciden: cuanto más pequeño el formato, más alto el costo por kilo, por mano de obra y material", indica.
"Los productos se exportan en formato flexible, desde cilindros industriales hasta empaques de 100 gramos, adaptándose a los requerimientos de marca y gramaje del cliente. También se comercializan contenedores mixtos, según necesidad. La empresa proyecta un crecimiento del 30% en sus exportaciones para este año, acompañado por inversiones en ampliación de líneas, logística y personal", concluye.
Fuente: Fresh Plaza