(Agraria.pe) El Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) conserva más de 14.500 muestras identificadas de cultivos, crianzas y microorganismos, en 46 colecciones de bancos de Germoplasma (para la conservación genética) del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), a fin de investigar y desarrollar nuevas tecnologías que mejoren la calidad de la producción agropecuaria en el Perú.
Estos bancos de Germoplasma, ubicados en 17 regiones del país, poseen 280 especies de cultivos y sus parientes silvestres, así como más de 1,700 alpacas de las razas Huacaya y Suri, que presentan alrededor de 20 tonalidades de color, y 700 llamas de las razas Q´ara y Ch´aku.
Esta riqueza genética es preservada a través de métodos y procesos de conservación que garantizan su resguardo y viabilidad. Las accesiones (muestras identificadas) están registradas en el Sistema de Información de los Recursos Genéticos (Sirge) del INIA, y son permanentemente evaluadas a través de investigaciones enfocadas a la caracterización, valoración agronómica, química y genética.
Los trabajos de investigación que se realizan en estos bancos de Germoplasma, buscan generar nuevas líneas mejoradas, híbridos o variedades de cultivos altamente productivos, y de la mejor calidad genética, nutritiva y comercial que permitan que más de 260,000 pequeños y medianos productores de la Agricultura Familiar mejoren la calidad y competitividad de su producción agropecuaria.
Estos bancos de germoplasma se encuentran distribuidos en los diferentes ecosistemas costeros, andinos y amazónicos del Perú, conformados por los departamentos de Cusco, Cajamarca, Ayacucho, Ica, San Martín, Puno, Lima, Junín, Ucayali, Loreto, Arequipa, Lambayeque, Tumbes, Tacna, Piura, Madre de Dios y Amazonas.
Entre las colecciones establecidas a nivel nacional están las de kiwicha, raíces andinas, ñuña, tuberosas andinas, frutales nativos de sierra, tarwi, ayrampo, papayita serrana, chirimoyo, tuna, guinda, lúcumo, quinua, haba, cañihua, piñón, sacha inchi, plátano, algarrobo, camu camu, café, rocoto, algodón, maracuyá, leguminosas, vid, yuca, ají, tomate, hortalizas nativas, higuerilla, maní, soya, mango, maracuyá y plantas medicinales, entre otros.
En tanto, el Midagri como una estrategia de promover y fortalecer la conservación in situ de los cultivos nativos, ha reconocido hasta la fecha, a través del INIA, cuatro zonas de agrobiodiversidad en las regiones de Cusco (Parque de la Papa, Collasuyo y Marcapata Ccollana) y Puno (Andenes de Cuyocuyo), donde se concentra una alta agrobiodiversidad nativa y sus parientes silvestres; además de la cultura milenaria y paisajes asociadas a esta.
Fuente: Andina