(Agraria.pe) Un equipo de científicos de la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) busca comprobar los posibles beneficios del tocosh, la muña y el aloe vera para combatir a la bacteria causante de la gastritis y del cáncer de estómago. La investigación cuenta con el financiamiento de Innóvate Perú y ya se encuentra haciendo las pruebas clínicas en animales.
El Dr. Alfredo Ibáñez indica que el estudio pretende comprender a profundidad la utilidad del tocosh, la muña, la inca muña y el aloe vera para prevenir y tratar la gastritis, específicamente aquella producida por la presencia de la bacteria Helicobacter Pylori.
"Hay un conocimiento ancestral que indica que estas plantas tienen un beneficio para el tratamiento de la gastritis. El aloe vera es un lubricante que puede ser usado para tratar las inflamaciones", señala Ibáñez, quien asegura que el proyecto intenta demostrar si existe o no un efecto de causalidad, utilizando términos científicos. Es decir, se pretende demostrar la veracidad de las afirmaciones en torno al beneficio del tocosh, la muña y el aloe vera frente a la prevención de la enfermedad gastrointestinal y el combate a la bacteria.
Asimismo, el biólogo señala que, para el estudio, las plantas son sembradas y cosechadas de forma masiva en lugares especiales que aseguran un abastecimiento fluido durante todo el año. Posteriormente, en el Laboratorio de Procesos Industriales de la PUCP las muestras son procesadas y se les extrae el aceite natural o se obtiene un líquido al triturarlas.
Luego de este proceso, se hacen los cultivos respectivos para comprobar si existe algún efecto bactericida (que 'mate' al H. Pyilori) o bacteriostático (que inhibe su reproducción y el crecimiento de las colonias del ser unicelular). Para ello, las muestras (todo el jugo de la planta) "se subdividen en componentes más pequeños y se prueban contra la bacteria".
Cuando se detecta alguna actividad interesante, se refina el proceso de extracción para que los componentes se incrementen y se mejora hasta lograr un producto con una actividad biológica que actúe de forma eficiente sobre la bacteria en cuestión. Además, se llevan a cabo estudios toxicológicos para determinar si este producto puede generar algún daño a quien lo consuma.
El equipo de trabajo también está conformado por el biólogo Hammerly Lino Fuentes Rivera y el ingeniero Erick Álvarez Yanamago (quien hace los preestudios y es el encargado del procesamiento de las muestras). Asimismo, se cuenta con el financiamiento de la empresa Laboratorios Biosana S.A.C. (S/ 39,900) y del programa InnóvatePerú (S/ 398,680) del Ministerio de la Producción, así como con un apoyo no monetario de Biosana y la PUCP (S/ 59,780).
El Helicobacter pylori y el cáncer de estómago
Según la investigación, alrededor del 50% de la población mundial tiene esta bacteria. En Perú, la prevalencia del H. Pylori en la población es del 80%, del cual un 10% puede desarrollar úlceras que podrían generar cáncer de estómago en un futuro. Este microorganismo puede encontrarse en el agua potable y en los alimentos, y su transmisión es vía oral-fecal.
Por el peligro que podría suponer esta bacteria, es importante reconocer que el objetivo de la investigación es tratar de comprobar que el resultado siempre será el mismo frente a la bacteria. En caso el producto no funcione, explicar por qué sucede esto o en qué casos no funciona.
"La revalorización de la medicina tradicional tiene que estar acompañada siempre de ciencia para confiar más en lo que se dice", comenta el biólogo Fuentes, pues, según señala, hay productos naturales que tienen ciertas propiedades pero que carecen de evidencia científica que compruebe su efectividad.
Esta clase de proyectos tiene dos etapas, agrega Ibáñez. En primer lugar, la institución educativa desea conocer lo que sucede y qué beneficios tienen las plantas, mientras que la empresa quiere ver el producto que se desarrollará a partir de este estudio.
"El producto final será, en primer lugar, una publicación para la PUCP. La empresa después podrá transformar el conocimiento en un producto alimenticio, que pueda comercializarse", señala Ibáñez. Esto permitirá que las empresas deseen volver a invertir en futuros estudios similares.
Fuente: Agencia Andina