Antes del inicio de cada campaña de cultivo, los agricultores y las agroindustrias planifican la compra de semillas, insumos agrícolas -como pesticidas y fertilizantes- y velan por el acceso al agua con el propósito de asegurar una cosecha exitosa que se traduzca en la rentabilidad esperada.
Para Gonzalo Casavilca, experto agrónomo de Yara, el manejo integral y cuidadoso del cultivo es, sin duda, un factor trascendental para cumplir con los objetivos; sin embargo, existe un factor externo incontrolable que, año a año, dificulta más las labores del campo y perjudica a los cultivos. Nos referimos al clima.
“Si bien la intensidad del calor o las precipitaciones es variable, lo cierto es que cada vez es más constante debido al impacto del cambio climático. Las personas que se dedican al campo más de 20 años atrás pueden dar fe que, por más cuidadoso que sea el manejo de su cultivo, la productividad tiende a disminuir o incrementa la proliferación de plagas o enfermedades”, señala.
Las condiciones climáticas como el calor, las sequías, las precipitaciones e inundaciones excesivas tienen influencia directa sobre la cantidad y calidad de los productos cosechados y esto determina la rentabilidad obtenida. Además, aumentan la incidencia de plagas y enfermedades lo que supone un mayor daño a los cultivos y una mayor competencia por los recursos del suelo y del agua.
Tomemos el caso del cultivo de arroz en la costa norte del Perú. Este año se desataron temperaturas fuera de lo normal llegando a los 39°C. Durante el periodo vegetativo del arroz, las altas temperaturas determinaron una reducción entre el 25 y 30% de la producción. También permitió la aparición de hongos y otras plagas que no solo devastaron los arrozales, sino que también ocasionaron el aumento de los costos de producción para su control.
¿Qué podemos hacer?
Es muy importante saber adaptarse al cambio climático y hacer un manejo integral y anticipado de nutrición de los cultivos. Una adecuada nutrición balanceada puede ayudar a reducir los efectos de las tempestades del clima, porque, cuando hay balance de macro y micronutrientes, los cultivos están mejor preparados para tolerar las fuertes variaciones del clima.
Una fertilización balanceada permite:
- Buen desarrollo radicular, base para lograr una buena producción.
- Adecuado desarrollo foliar.
- Si se dan las condiciones anteriores, nuestras etapas productivas (inducción, diferenciación, floración y cuaja), deberían ser adecuadas para garantizar una buena producción.
El calcio, por ejemplo, es uno de los elementos que juega un papel preponderante en la protección y adecuación de los cultivos al cambio climático por su acción estructural en la planta, reducción del estrés, crecimiento radicular, etc.
El Zinc es otro elemento muy importante, al ser promotor de una de las principales hormonas vegetales (Auxinas) y porque tiene un papel fundamental en el balance hormonal, que es afectado por condiciones ambientales extremas.
Recomendaciones de Yara En caso de altas precipitaciones:
1. Prestar atención. Es importante estar siempre atento a las alertas climatológicas y las indicaciones de instituciones competentes. Esto ayudará a tomar precauciones, a programar la siembra y así, evitar pérdidas mayores.
2. Cuidado integral. La limpieza oportuna de los canales, la poda y el retiro de la maleza es fundamental a modo de precaución. Para el caso de la agroindustria es recomendable levantar las defensas ribereñas con anticipación.
3. Nutrición. Una adecuada nutrición hace que los frutos ya formados sean menos susceptibles a contraer algún tipo de enfermedad. Del mismo modo, una nutrición basada en calcio y potasio hace a la planta más resistente a condiciones climáticas adversas.
4. Monitoreo. No pierda de vista los insectos y plagas que se pueden propagar durante esta época. Además, aplique a tiempo los tratamientos fitosanitarios que corresponda.
Para períodos de sequía:1. Precaución: Estar siempre atento a las alertas climatológicas.
2. Preparación: ante la disminución de lluvias cuente con sistemas de riego adecuados o tenga reservas de agua que le permitan tener hidratados sus cultivos
3. Nutrición: en período de sequía es fundamental garantizar una nutrición balanceada con especial énfasis en los nutrientes que ayudan a los cultivos a regular y mejorar el manejo del agua como el zinc, el calcio, el boro y el magnesio. El potasio ayudará a la hidratación del cultivo.
4. Monitoreo: No pierda de vista los insectos y plagas. Controlarlos de inmediato.
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