(Agraria.pe) De acuerdo con el informe El día después: La recuperación comercial de América Latina y el Caribe tras la pandemia, del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el mayor valor de las exportaciones de bienes de la región estuvo determinado por un repunte sustancial de los precios y un aumento menor de los flujos reales, mientras que las ventas de servicios continuaron contrayéndose.
Si bien desde junio del 2021 se observaron algunas señales de desaceleración en la recuperación, las proyecciones para el segundo semestre del año indican la permanencia de la tendencia alcista en las exportaciones de la región.
El valor de las exportaciones de bienes de América Latina y el Caribe, que se había contraído 9.2% en el 2020, experimentó una recuperación interanual de 31.2% en el primer semestre de este año y se ubicó 11% por encima del mismo período del 2019, indicando la superación de los niveles previos a la pandemia, según el documento.
No obstante, los volúmenes exportados están aún por debajo de los máximos anteriores al shock del covid-19 en varios países de la región, particularmente en aquellos cuyas exportaciones están concentradas en industrias extractivas.
Efecto precios
De acuerdo con el organismo multilateral, las exportaciones de América Latina y el Caribe rebotaron 31.2% en el primer semestre del 2021, un ritmo similar al de las importaciones de los países en desarrollo. Luego de bajar 3.2% en el 2020, el aumento de los precios de exportación de la región (17.6%) aportó casi el 60% de la expansión interanual del valor de las ventas externas del primer semestre del 2021.
Así, el aumento de los precios fue acompañado por un repunte de las cantidades (11.5%). Comparado con el promedio mundial, los precios de exportación tuvieron una contribución mayor en la recuperación comercial de América Latina y el Caribe y la expansión de las cantidades exportadas fue menor.
Después de alcanzar un mínimo en abril del 2020, el índice general de precios de las materias primas se recuperó rápidamente y en diciembre ya había superado el nivel prepandemia.
En promedio, las cotizaciones de productos básicos se redujeron 9.9% durante el 2020, con una evolución diferenciada entre la energía (–29.9%) y el indicador que la excluye, que subió 6.7% por el incremento de precios de los metales, parcialmente compensado por una leve baja de los productos agrícolas.
En el primer semestre de este año, el índice general se expandió 47% interanual, con una recuperación de 74.3% de la energía y de 32.3% del resto de los productos, con un aumento mayor de los metales que de los agrícolas.
El informe revela que el índice de metales superó rápidamente los niveles prepandemia, por la recuperación de la actividad industrial global y de China, en particular, a lo que se sumó la limitación de la oferta por disrupciones debidas a la pandemia en las operaciones de algunas minas.
En promedio, el índice subió 14.5% durante el 2020 y se aceleró 39.2% en el primer semestre del 2021, con una evolución diferenciada entre los principales productos.
En nuestra región, durante el 2020 los precios de exportación habían caído 3.2%. En Brasil descendieron 4.2%, en el resto de Sudamérica 5% y en México 2.2%. En cambio, en Centroamérica subieron 1.2%.
En el primer semestre de este año, los precios de exportación de América Latina se recuperaron 17.6%. La subida de precios fue mayor en Brasil (26.2%) y el resto de Sudamérica (35.5%) que en México (4.1%) y El Salvador (4.4%).
Factores
De acuerdo con el BID, luego de la primera fase de la pandemia, varios factores impulsaron las cotizaciones de las materias primas: la recuperación del crecimiento mundial, la demanda china, las bajas tasas de interés globales y la depreciación del dólar estadounidense.
“En general, las bajas tasas de interés en Estados Unidos se asocian al debilitamiento del dólar y al ascenso de las cotizaciones de los productos básicos, ya que están denominadas en esta moneda”, refirió la entidad multilateral.
Por un lado, agregó, los amplios paquetes de estímulo fiscal y monetario implementados en las economías avanzadas el año pasado generaron una importante mejora de las perspectivas para la actividad económica global, que fueron reforzadas por el avance de las campañas de vacunación.
Por el otro, la búsqueda de activos con mayor rentabilidad en un contexto de bajos retornos y exceso de liquidez global motivó la inversión financiera en materias primas. “A ello se sumaron restricciones de oferta de petróleo por parte de los principales productores, de ciertos metales por disrupciones en la producción y menores cosechas de los principales bienes agrícolas por eventos climáticos”, precisó.
En ese marco, el BID aseveró que algunos analistas comenzaron a vislumbrar el inicio de un nuevo superciclo de productos primarios.
No obstante, la entidad enfatizó que es probable que varios de estos factores alcistas no se sostengan por un tiempo prolongado, considerando que los estímulos tanto fiscales como monetarios se irán reduciendo gradualmente.
“Las bajas tasas de interés podrían eventualmente verse afectadas por la evolución de la inflación en Estados Unidos, que se incrementó transitoriamente (especialmente en bienes durables) por encima del objetivo de 2% anual debido a restricciones de oferta por la rápida reapertura de la economía”, subrayó.
De todos modos, refirió, el momento en que los estímulos estadounidenses comenzarán a reducirse dependerá probablemente más de la recuperación del empleo que de los datos de inflación.
Fuente: El Peruano