La campaña de arroz ha iniciado en varias zonas productoras al norte del Perú. Para lograr un buen inicio y asegurar la cosecha, la nutrición del cultivo es fundamental; sin embargo, los agricultores acostumbran a fertilizar únicamente con nitrógeno porque contribuye a alcanzar los potenciales de producción con las mayores respuestas en número de hojas, espigas por panojas y un adecuado llenado de grano.
Luis Felipe Julca, agrónomo de Yara Perú, comenta que entre los productores de arroz existe la interrogante si es necesario aplicar otros nutrientes. “En campo nos preguntan, ¿es necesario aplicar fósforo en la fertilización del cultivo de arroz? ¿el desarrollo de las plantas será el mismo si optamos por una alternativa a este nutriente? Desde hace muchos años, había una creencia universal de que el arroz necesitaba únicamente nitrógeno para lograr un desarrollo óptimo y altos rendimientos. Así lo demostraban diversos resultados de investigaciones de década atrás. Sin embargo, hoy, muchos productores que mantienen esta práctica se sorprenden al no obtener los mismos rendimientos que las campañas pasadas. La respuesta a esta incógnita yace en la disponibilidad del fósforo”.
Cuando el agricultor inunda sus tierras, hace que el fósforo, presente en el suelo de manera parietal, esté disponible para que la planta lo tome. Sin embargo, con el paso de las campañas agrícolas, este fósforo natural se fue haciendo cada vez más ausente. Entonces, esos campos de arroz presentan deficiencias en fósforo y la sola aplicación de nitrógeno no es suficiente para que sostener buenos rendimientos.
La deficiencia de fósforo se manifiesta durante los primeros estados de desarrollo de las plantas como una coloración más oscura y un crecimiento menor de aquellas plantas conducidas bajo una fertilización balanceada.
Esta deficiencia también puede manifestarse en las etapas fenológicas avanzadas, observándose plantas de escaso vigor, con hojas erectas de color verde intenso y con un menor número de macollos.
Para el especialista de Yara, el fósforo debe ser aplicado en su totalidad previo a la siembra, incorporado con el último batido, o en su defecto, en la primera fertilización. “No vamos a encontrar efectos marcados si partimos la fertilización, puesto que la planta utiliza el fósforo principalmente en sus primeros estados de desarrollo (INIA, 1988). Aprovechando estos conceptos teóricos, y corroborándolos en campos demostrativos, en Yara hemos desarrollado planes de fertilización que aportan este nutriente de forma eficiente, evitando su deficiencia e incidiendo en el desarrollo y productividad del cultivo”, concluye Julca.
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