Existen productos que activan los mecanismos activos y pasivos de los cultivos para que puedan defenderse ante ataques de plagas, hongos, bacterias e incluso malas condiciones del clima.
(Agraria.pe) Como un organismo vivo que es, la planta ha evolucionado durante mucho tiempo para desarrollar sus propios mecanismos de defensa ante ataques de plagas o enfermedades que la puedan mermar. Sin embargo, cuando la convertimos en un cultivo de producción esta se ve en la necesidad de recanalizar esa energía hacia el desarrollo de los frutos, lo que puede atrofiar sus mecanismos protectores y hacerla proclive a los ataques. Devolverle esa capacidad es uno de los retos de la industria de protección de cultivos de hoy.
Jorge Alamo, jefe de la Línea de Nutrición y Biológicos de Capeagro, explicó a este respecto que toda planta cuenta con dos mecanismos de defensa importantes, uno activo y otro pasivo. El primero se enfoca en las estrategias químicas o endógenas de la planta, en tanto que el segundo va más hacia el aspecto morfológico de ella.
“En los mecanismos pasivos tenemos una alternativa que son productos que ayudan a que la planta desarrolle capacidades protectoras, son mecanismos morfolígicos. En cuanto a los mecanismos activos, tenemos soluciones que activan el Sistema de Resistencia Adquirida”, sostuvo.
En el caso de los mecanismos pasivos, una de estas soluciones es Efersil, un producto desarrollado con nanotecnología que contiene ácido ortosilícico, el cual es asimilado por la planta para formar una capa protectora en la cutícula y defenderse ante insectos o plagas que intenten alterarla. Esta misma propuesta permite además que el cultivo esté mejor protegido ante temperaturas adversas como el frío o el calor, sin dejar de lado que ayuda a que la planta desarrolle una buena arquitectura y mejore su capacidad fotosintética.
Al otro lado, Biostop se encuadra dentro de los mecanismos activos -refirió Alamo-, ya que activa el Sistema de Resistencia Adquirida para que el cultivo pueda defenderse de, por ejemplo, el ataque de hongos. En esta misma línea está Geomysin, que también trabaja sobre este punto y ayuda a repeler las bacterias. El trío de soluciones de esta línea se completa con No+Virus, un producto desarrollado también con nanotecnología, que activa mecanismos contra los virus.
“Es sabido que las plagas y enfermedades, así como el propio ambiente, limitan la producción. Un estudio encontró que solo cosechamos el 24% del potencial genético de una planta; el 65% se limita por factores ambientales; y el 11% por factores biológicos. Nosotros, al estimular el sistema de defensa de la planta, vamos a reducir ese porcentaje de pérdida por factores biológicos y ambientales, mejorando la calidad y producción”, agregó en cuanto a los resultado de la aplicación de estos productos.
Apto para todo cultivo
El ejecutivo de Capeagro refirió asimismo que este portafolio de soluciones -que ya tiene entre dos y tres años en el mercado, con gran acogida- es apto para toda clase de cultivos en cualquiera de sus etapas, ya que son productos obtenidos de fuentes naturales con nanoteclogía que les permiten ser versátiles y concentrar ingredientes activos. Resaltó por ello que No+Virus, Geomysin y Efersil cuentan con certificación orgánica.
Consultado sobre si Capeagro está enfocado en el vínculo con la agroindustria o pequeños productores, Jorge Alamo subrayó que trabajan con ambos segmentos y que cuentan con distribución en costa, sierra y selva. Recordó a ese propósito que Efersil y Biostop han entrado muy bien en agroindustria, en tanto que No+Virus se ha convertido en un protagonista de primera línea para los productores de papaya que tenían un grave problema con la virosis y no encontraban alternativas para combatirla. Por su parte, Geomysin destaca en la lucha contra bacteriosis de arroz y en cultivos de banano.
“Estos son productos desarrollados con nanotecnología, lo que les permite expresar cualidades diferentes de sus activos. Además, cuentan con mayor concentración en menos dosis y provienen de fuentes naturales. Otros productos trabajan sobre el patógeno, nosotros trabajamos sobre la planta para que desarrolle sus propios mecanismos para defenderse, con lo que no afecta su producción. El futuro de la agricultura va a que la planta se defienda sola, que haya una producción limpia que no afecte al consumidor ni al medio ambiente”, concluyó.