16 mayo 2024 | 09:10 am Por: Redacción

El trabajo pendiente de incrementar la demanda mundial de uva de mesa

El trabajo pendiente de incrementar la demanda mundial de uva de mesa

Por: Alejandro Cabrera, ex gerente general de Provid

(Agraria.pe) Durante las últimas 2 campañas de exportación de uva de mesa peruana, es decir, desde agosto 2022 hasta febrero del 2024, nos hemos visto expuestos a innumerables desafíos que hemos tenido que afrontar. La mayoría de ellos, de carácter externo, como es el caso de fenómenos climatológicos (Niña en el 2022, Niño Costero en 2023), poco controlables, así como también situaciones políticas (golpe de estado del 2022, inestabilidad política de autoridades en cargo) y sociales (paros de transportistas, paros, tomas y bloqueo de carreteras), complementadas de una operatividad logística que en las semanas pico de nuestra temporada, nos enfrenta a nuevos retos operativos relacionados a la capacidad real del país para hacer frente a los volúmenes que el Perú hoy produce y exporta en uva de mesa.

Toda esta problemática es importante poder visualizarla y expresarla en su real dimensión: ¿Son estos fenómenos temas atípicos, aislados y puntales para nuestra realidad? ¿Solo han ocurrido durante los últimos 2 años y tenemos la seguridad que no se volverán a presentar? Consideramos que seríamos muy ingenuos si pensamos que estos hechos, son cosa del pasado y que no se volverán a presentar en nuestra temporada. Por el contrario, pensamos que esta será realmente la nueva norma para nuestra realidad, en donde los fenómenos climáticos cada vez nos impactaran de manera más inmediata entre campaña y campaña, y en donde mientras nuestras autoridades no escuchen nuestra voz y el sentir de la agricultura del país, seguiremos expuestos de manera recurrente a cambios políticos, inestabilidad gubernamental, potenciales toma de carreteras y bloqueos, y sin una infraestructura portuaria y logística que este a la altura de lo que hoy es el Perú en el comercio mundial de frutas: el principal exportador en términos de volumen de uvas de mesa y arándanos; el segundo de paltas y espárragos, y uno de los primeros lugares de mangos, cítricos y granadas.

A pesar de este contexto poco auspicio, nuestro país y nuestra industria ha sabido hacerle frente a este entorno, logrando exportar durante la temporada 2022-2023 más de 71,4 millones de cajas 8.2 kg, por más de US$ 1.500.000.000, generando más de 100.000 puestos formales y directos a lo largo de las 8 regiones productoras de más de 56 variedades de uva de mesa que el Perú produce y exporta a más de 55 destinos internacionales. Y si bien es cierto, en la presente temporada 2023-2024, que aun no termina, tendremos una caída en el volumen exportado que puede llegar a ser inclusive superior al 10% que proyectamos como gremio en noviembre 2023, estamos seguros de que, pasado este temporal, saldremos más fuertes y fortalecidos, y retornaremos a la senda del crecimiento en la próxima temporada.

Regresar a la senda del crecimiento, por otro lado, también nos debería alertar ante un potencial nuevo reto para nuestra industria, ¿Está realmente preparado el mundo para una mayor oferta de uva de mesa? Esta temporada, el mundo ha recibido una menor oferta de uva, debido a menores volúmenes, y no solo desde Perú, a raíz de las condiciones climáticas, pero de no haber estas, es un hecho que el volumen ofertado será cada vez mayor. Una mayor oferta, no viene necesariamente de la mano de una mayor demanda, y si eso no ocurre, la variable precio es la que se ve afectada. Y al verse afectada la variable precio, se corren riesgos de dejar de ser una industria sostenible y sostenida en el tiempo. Trabajar, entonces, por un incremento de la demanda de la uva de mesa, a nivel mundial, es el gran reto pendiente para nuestra industria, y debe involucrar un trabajo articulado junto con otros orígenes, así como también, con los países más importantes en la producción y en el consumo de la uva de mesa a nivel mundial.

Fuente: Redagrícola

 

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