Gremio caficultor indicó que las cosechas y siembras corren el riesgo de parar.
(Agraria.pe) Las medidas de emergencia tomadas por el Gobierno para contrarestar el número de afectados por Coronavirus compromete a todos los peruanos a sumarnos a este cruzada, cumpliendo correctamente los roles y responsabilidades políticas y económicas, informó la Junta Nacional del Café (JNC).
Al respecto, destacó que los agricultores de todas las regiones tienen el deber de no dejar de cosechar y atender todos los mercados, sea nacional como internacional, para lo cual es indispensable contar con las herramientas mínimas que aseguren el abastecimiento y acceso a alimentos, la salud y el trabajo.
“Saludamos que ahora se pondere el rol de la agricultura familiar, pero nos desalienta que al mismo tiempo se le niegue efectivos instrumentos para su desempeño, a pesar del su rol estratégico en la seguridad alimentaria”, sostuvo
El gremio señaló que no hay medidas económicas específicas de emergencia para la agricultura familiar, equivalentes a las brindadas a empresas urbanas, entre ellas las establecidas en el DU N°029-2020 (Fondo de Apoyo Empresarial –MYPE) centrado en el empleo urbano, cuando a diario se reciben los pesares y sufrimientos de las familias en el campo y de los productores organizados que buscan desesperadamente salvar vidas.
“Esta exclusión es consecuencia de incompetencias sectoriales, y su política de bloqueo sistemático a la institucionalidad de los productores, obviando el diálogo y concertación de compromisos compartidos de cooperación entre el sector público y privado, especialmente asociado empresarialmente”, manifestó.
Agregó que el presidente de la República, Martín Vizcarra tiene la alta responsabilidad de disponer, con urgencia, un cambio cualitativo en la conducción sectorial, para mediante el diálogo concordar medidas que eviten la agudización de la crisis social en el campo.
“Lo aplicado en el Sector Salud es un buen referente para el sector agrario, toda vez que cosechas y siembras no pueden parar. Actividades como los mercados agrarios rotatorios, con S/ 7.5 millones son interesantes, que deben pasar de meros parches asistencialistas a un programa sostenible, sustentado en estructuras empresariales, transparentes y eficientes, con empoderamiento creciente en la cadena de valor del producto”, sostuvo.
En ese sentido, la JNC demandó convertir esta crisis en una oportunidad para un cambio radical en el sector, que acabe con la improvisación. “Es la organización asociativa y empresarial de los productores familiares una solución estratégica. En nuestro agro tenemos más de 400 cooperativas de pequeños agricultores, que agrupan más de 150 mil familias, con experiencia, infraestructura y capacidad productiva y comercial, dispuestos a sumarse para superar la emergencia sanitaria. Muchas asociaciones y comunidades campesinas también tienen infraestructura para organizar el acopio de las cosechas de los comuneros. Solo la miopía y sectarismos hacen que los ministerios de Agricutura, Produccción y Comercio Exterior las ignoren y no las convoquen”.
Riesgo de cosecha y exportaciones de café
La JNC indicó que una gran incertidumbre se vive en las zonas cafetaleras debido a obstáculos para desplazamiento de los productores a sus fincas, impidiendo, inclusive, el transporte y venta local de café pergamino, bajo el pretexto que “no es producto de primera necesidad”.
A ello se suma la escasez de mano de obra para el pronto inicio de la cosecha, y la iliquidez de fondos para los salarios. “De no resolverse con urgencia estas trabas, habrá menores cosechas, abandono de plantaciones y mayores pérdidas en la economía de las familias cafetaleras”.
Recordó que la producción el año pasado reportó una caída del 12.2% de café verde (245.600 toneladas), en relación al 2018 (280.680 toneladas). Este año la cosecha será menor, de no corregirse el impedimento a labores de cosecha y venta de café pergamino para comprar alimentos.
Agregó que el extremo y asfixiante bloqueo que aplican el MEF y la SBS a cooperativas y productores agrarios, al mantenerlos en el sistema de riesgos, por acreencias a fondos de contingencia de AgroPerú, a pesar de la adecuación cumplida a nuevos convenios de pago con el Minagri, bloquean el cumplimiento de contratos de embarque de café y otros productos, e imposibilitan el acceso a otras fuentes de crédito. “Promueve, con esta conducta, mayor desempleo rural y descalabro de la pequeña agricultura cafetalera. De otro lado, Agrobanco es inexistente en el campo desde hace 4 años”.
En este dramático escenario de crisis e incompetencias, la Junta Nacional del Café demanda una acción gubernamental de corrección administrativa, previsora, solidaria, y de justicia. En ese sentido hizo 6 propuestas:
1. Cooperativas agrarias cafetaleras deben acreditar a sus asociados, en coordinación con autoridades locales, para facilitar y asegurar el desplazamiento oportuno a las áreas de producción, cosecha y comercialización de sus productos.
2. Minagri, Produce y Ministerio del Interior deben instruir a los mandos policiales de todo el país para que brinden facilidades para el transporte de fertilizantes, herramientas y café pergamino, por ser indispensables para asegurar el abastecimiento, fertilización y acopio de la producción, como cumplimiento de contratos de exportación.
3. Superintendencia de Banca y Seguros, (SBS) debe restablecer prontamente la salud financiera de las cooperativas agrarias, como de los productores asociados, con acreencias a fondos de Agroperú, y reestructuradas con Agrobanco, por ser fondos especiales de contingencias, mediante su liberación del sistema de riesgos.
4. Dotar de capital de trabajo a las cooperativas agrarias, a fin de garantizar las cosechas, y asegurar su colocación en mercados internos o del exterior. Además incorporarlas como beneficiarios del DU N° 029-2020, toda vez que asocian a centenares y miles de pequeños productores, que son MYPES rurales, pero sin rentabilidad, cuya exclusión de beneficios establecidos a otros peruanos vulnera derechos constitucionales.
5. Incorporar a las organizaciones cooperativas de diversas líneas de producción, y situadas en regiones del país, a participar en la reconversión del comercio agropecuario, y asegurar una cadena de suministros que favorezca a productores y consumidores.
6. Inmediata reactivación del Consejo Nacional del Café, dotándolo de roles ejecutivos y fondos operativos, a fin de reactivar la caficultura peruana, y de esta manera acabar con la caótica gestión pública en la promoción del café, que anualmente se estima se malgastan más de S/ 200 millones en los diversos niveles de gobierno (nacional, regional y local), según presupuestos reportados en el MEF.