La Lasiodiplodia theobromae, también conocida como “muerte regresiva” puede estar latente en los cultivos sin mostrar signos del mal hasta que el estrés fisiológico la activa ocasionando desecación de brotes tiernos de plantas o ramas, entre otros síntomas, pudiendo llevar a la muerte agresiva de la planta.
(Agraria.pe) La Lasiodiplodia theobromae, también conocida como “muerte regresiva”, es una enfermedad muy grave de fácil diseminación que afecta a cultivos diversos como la vid, palta, arándanos y demás, convirtiéndose en un dolor de cabeza para los agricultores.
Anderson Zavaleta Chávez, jefe técnico de Capeagro, señala que este mal puede mantenerse de forma latente y silenciosa en el cultivo para pasar a manifestarse ante un marco de estrés fisiológico con incremento de azúcares.
“Se identifica porque hay desecación de brotes tiernos de la planta o las ramas, aparecen exudaciones blanquecinas que son efectos de la misma planta. Si el ataque es agresivo hay defoliación y muerte agresiva de la planta. Puede afectar a los frutos pues es un parásito débil y oportunista”, reveló.
Para controlar a la terrible “muerte regresiva” una vez que se le ha detectado en los cultivos, el especialista recomendó implementar un plan de manejo integrado que abarque acciones culturales, biológicas así como la aplicación de agroquímicos de ser necesario.
“Capeagro presenta todas estas alternativas. Buscamos reprimir el avance de la enfermedad en el sistema vascular del cultivo. Por ello, Capeagro presenta un fungicida llamado Protexazol, con un ingrediente activo de características físico-químicas (Hymezasol) que hace que el producto tenga efecto rápido y contundente contra la enfermedad”, detalló.
Destacó que su gran solubridad facilita que, al ser aplicado en el suelo, sea rápidamente absorvido por las raíces y lo transporten por todo el sistema vascular de la planta, esto no solo controla el daño sino que regula el crecimiento radicular de la planta.
Otro producto de esta línea, refirió, es Superaz 45 EC (Procloraz), que es un gunficida sistémico que pertenece al grupo de los IBE (Inhibidores de la Biosíntesis de Ergosterol) con acción curativa sobre la enfermedad.
Y, finalmente, como alternativa distinta a los plaguicidas, Capeagro cuenta con Biostop, que es un nutriprotector que activa mecanismos de defensa propios de la planta a través de la resistencia sistémica adquirida.
Zavaleta indicó que Biostop es especialmente importante cuando se necesita utilizar productos que no dejen residuos ya que cuenta con nanotecnología para activar y aceletar la resistencia de la planta, con lo que se puede combatir la “muerte regresiva” así como oidium o la roya, entre otros.
Se trata, resaltó finalmente el ejecutivo de Capeagro, de una alternativa inocua tanto para el hombre como para el cultivo.