Por Raul Injoque, PhD
Director Académico Administración y Agronegocios UPC
El sector agropecuario está en un proceso de reconversión muy dinámico que permite al Perú ser competitivo en los mercados globales. De acuerdo al Banco Mundial, esta dinámica muestra un crecimiento sostenido de 3.3% entre el 2000 y el 2015 impulsado en gran parte por la rápida expansión del sector exportador.
Las exportaciones agrícolas no tradicionales aumentaron en valor de US$ 758 millones en el 2000 a más de US$ 5,78 billones en el 2016, con lo que han crecido a una tasa promedio anual de 12,5%. Debido a este crecimiento la agricultura se ha convertido en el segundo generador de divisas para el país llegando a US$ 9,200 Millones en el año 2017. Es más, las exportaciones agrícolas estuvieron acompañadas de una rápida diversificación del rango de productos pasándose de exportar 470 productos agrícolas en el año 2002 a 629 en el año 2016. La expansión geográfica jugó un rol muy importante en el crecimiento dado que de exportar a 99 países en el año 2000 se pasó a exportar a 142 en el 2016.
La contribución de este sector va más allá del valor de la producción agraria; los vínculos progresivos y regresivos de la cadena de valor de producción de alimentos incorporan a segmentos como son los proveedores de insumos y servicios para la producción en campo, los procesadores de alimentos, y los canales de comercialización y distribución así como una gran oportunidad para los servicios de investigación y el desarrollo no sólo técnico sinó también de inteligencia de marcados. De acuerdo al Banco Mundial el valor del PBI Agroalimentario peruano es alrededor de 11,3% y considerando la inversión en riego tecnificado y la expansión de la frontera agrícola su importancia aumentará.
El sector agropecuario es muy intensivo en el uso de mano de obra y se estima que el 26% del trabajo en el Perú está relacionado a esta actividad. De acuerdo al Banco Mundial, los esfuerzos de formalización del gobierno lograron cristalizar un crecimiento sostenido de empleo formal en la agroindustria llegando al estado de pleno empleo en departamentos como Ica, Lambayeque y La Libertad. El otro lado de la moneda se refleja en la sierra donde la mayoría del sector agropecuario está vinculado a la agricultura de subsistencia.
El mercado de tierras es una variable relativamente nueva en el Perú, dado que a raíz del cambió a la Constitución de 1993 el régimen de tenencia de tierras permitió el ingreso de sociedades anónimas al campo. Este cambio sumado a la ley de Promoción del Sector Agrario (Ley 27360) dio un fuerte impulso a las grandes inversiones en irrigación y tecnología. Estas iniciativas apuntan a irrigar en los siguientes años 140 000 has y se estima generarán más de 300 000 empleos.
El crecimiento de este sector viene impulsado por una demanda creciente debido al cambio de hábitos alimenticios en la sociedad globalmente; el consumidor global incrementó el gasto de alimentación fuera del hogar y el consumo de alimentos con propiedades funcionales que ayudan a una vida más saludable. Estas tendencias garantizan una demanda creciente y orgánica de productos.
El Perú tiene una ubicación geográfica única que lo hace competitivo naturalmente frente a otros países. Sin embargo hay variables de infraestructura, certificaciones y regulatorias que deben corregirse para asegurar el desarrollo de cadenas de valor y lograr la expansión sostenida de las exportaciones. La infraestructura de irrigación y transporte que el gobierno promueve, las instalaciones de procesamiento, almacenamiento y logística provenientes de la actividad privada deben ser acompañadas también por mejoras continuas en la coordinación con los mercados globales y el cumplimiento de los estándares de calidad y seguridad si el país quiere seguir creciendo en el segmento de agroindustria. Además será necesario que los empresarios sepan y logren comunicar los grandes aportes que generan a la economía familiar en la zona de influencia, en la región y para el país en vías de solidificar la cultura de la inversión privada responsable.
Este crecimiento agresivo de la agricultura corporativa ha despertado el nacimiento de empresas de servicio así como la expansión de las empresas agrícolas con la consecuente creación de nuevas áreas y puestos de trabajo especializado. La gestión de los agronegocios requiere de profesionales que conozcan el idioma de la cadena de valor de alimentos para poder gestionarla a través de todos los eslabones.
En los pasados cinco años una nueva clase de profesional ha comenzado a incursionar en las empresas del sector demostrando curvas de aprendizaje más cortas y resultados concretos. Este nuevo profesional es el bachiller en Agronegocios. Nuestra estadística indica que el 50% de los egresados están trabajando en el sector y muchos de ellos en posiciones expectantes de crecimiento con responsabilidad internacional.
De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (más conocida por la sigla FAO en Inglés) la población mundial llegará a alrededor de 9.5 billones de personas hacia el año 2050. Esto significa que para alimentarla adecuadamente se necesitará duplicar los niveles de producción de alimento actuales. Los agronegocios peruanos están creciendo debido a esta demanda y su horizonte es muy atractivo. Las empresas agroindustriales necesitarán capital humano para gestionarlas. La carrera llamada a llenar este espacio es Agronegocios.