(Agraria.pe) La economía está viéndose afectada a nivel global desde hace meses por una ola inflacionaria generalizada, intensificada por, entre otros factores, la escalada en los costes de la energía y por las disrupciones de las cadenas de suministro globales provocadas por los atascos que encadenan los buques portacontenedores en los océanos de todo el planeta.
Industrias como el banano, una de las frutas más económicas y más consumidas en el mundo, y muy dependiente de las exportaciones, están viéndose muy golpeadas por esta situación, cuya solución, que hasta ahora no se vislumbraba en el horizonte, podría demorarse aún más tras el condenable paso que ha dado Rusia con el ataque a Ucrania, que hace prever que esta ola inflacionista en la que estamos inmersos se acentuará.
“En la temporada 2019/2020, el Covid-19 ya fue trágico para la industria del banano por todos los gastos que generó. El sector siguió trabajando, pero para ello tuvo que implementar medidas de protección para los trabajadores, pruebas rápidas de detección Covid-19, vigilancia médica, protocolos sanitarios… incrementando los costos de producción de la fruta de una manera drástica”, explica Kelvin Atoche, gerente de la Asociación de Pequeños Productores de Banano Orgánico Samán y Anexos (APPBOSA).
“Esperábamos que el 2021 fuera un año de recuperación económica e inversiones para nuestra actividad, pero en ese momento llegaron los efectos pospandemia y la subida de precios de los insumos (cajas de cartón, insumos plásticos, pallets, entre otros), que se intensificaron a partir de agosto, cuando la situación se volvió caótica con la crisis de disponibilidad de espacios navieros y costos de los fletes marítimos”. Cabe tener en cuenta, como recuerda Atoche, que los costos de operación logística y fletes marítimos de Perú son de los más caros de la región, con diferencias de hasta de US$ 0.50 por caja respecto a otros exportadores sudamericanos. “A todo eso, además, se sumó en Perú una situación política no deseada que también contribuyó al incremento de costos”.
“El cambio que el Gobierno impulsó en el régimen laboral agrario (2019- 2020) ha supuesto un incremento de unos US$ 0.30 centavos por caja de banano producida. Esto se suma a un incremento de US$ 0.50 – US$ 0.60 derivados de la subida del costo de los insumos como las cajas de cartón e insumos plásticos, y a US$ 0.15 más por caja en relación con las operaciones logísticas locales, por lo que en conjunto el incremento que se ha producido por caja en un año ha sido de más de un dólar”.
“Nuestro banano tiene las certificaciones orgánicas, GlobalGap y Fair Trade. El Comercio Justo había acordado para este año un incremento de US$ 0.50 por caja de 18.14 kg de fruta, hasta alcanzar los US$ 12.85. Con este incremento pensábamos que íbamos a ayudar mucho a los productores, para compensar sus incrementos de costos de producción en el cultivo debido al incremento del 100% de los fertilizantes, lo cual no es posible hacerlo, es así que los costos de producción y exportación con todos estos incrementos en la cadena en la actualidad de una caja de banano en Perú pasan los US$ 13.00”, subraya Kelvin Atoche.
“Es una situación muy caótica porque nunca se habían dado tantos incrementos en tan poco tiempo. Pero eso no es todo, muchos importadores están adquiriendo bastante fruta orgánica de Perú, y la están pagando a US$ 10.50, una diferencia de US$ 2.35 con respecto a Fair Trade. En APPBOSA hemos estado vendiendo de un 25% a un 30% de nuestro volumen a ese precio. Los costos no se pagan, pero teníamos que vender la fruta disponible y el volumen de ventas de fruta Fair Trade se ha ausentado o se ha reducido en el Perú en los primeros meses del año; esperamos que esta situación del mercado pueda mejorar en los próximos meses”.
Mayor estabilidad de precios en Asia y Canadá
Esta situación de precios es mucho más acusada en Europa, subraya Kelvin Atoche, un importante destino para la fruta de América del Sur y de América Central en general, y en particular para el banano, existiendo una gran competencia en este mercado.
“En APPBOSA exportamos a Corea del Sur, donde nos mantenemos con el mismo pecio. También exportamos a Canadá, donde tampoco ha habido una afectación en el precio, incluso se paga más que en Europa por la fruta Comercio Justo”.
“Por ello, estamos fortaleciendo las relaciones para incrementar los volúmenes allá, así como con los países nórdicos. También estamos trabajando con Promperú para avanzar en la cadena y buscar nuevos nichos de mercados que ofrezcan precios justos por nuestra fruta”.
Microproductores de banano orgánico
“La realidad de los pequeños productores del Perú es una realidad muy distinta a la realidad de los pequeños productores de otros países de la región, donde los pequeños productores tienen entre 5 a 15 hectáreas por cada productor o familia, mientras que en Perú los pequeños productores de banano orgánico tienen entre 0.25 a 2 hectáreas, siendo el promedio general de 0.7 hectáreas por cada productor o familia, de manera que, en comparación, podríamos decir que somos microproductores, siendo nuestra agricultura una agricultura de subsistencia”.
“Cabe mencionar que por el año 2013 ya se le había solicitado una propuesta de política especial para microproductores de banano orgánico de Perú”, señala Kelvin. “La situación crítica de mercado y de incrementos de costos en la cadena se estima provocará efectos negativos para la estabilidad y sostenibilidad social y económica de los microproductores y sus organizaciones”.
“Se tiene conocimiento que existe fuerte demanda de banano orgánico con comercio justo, por la buena reputación que nos hemos ganado los microproductores de Perú ofreciendo un banano orgánico de calidad, y que este banano sigue y seguirá siendo producido por microproductores, quienes tienen toda la confianza de superar esta situación crítica trabajando siempre unidos y con apoyo de importadores, supermercados y consumidores finales del comercio justo”.
Pitahaya, limón, mango o arándanos se perfilan como alternativas
La producción de banano comenzó en la década de los 90 del siglo pasado, con productores que iniciaron este cultivo para vender la fruta en el mercado local, y en los años 97-98 el Estado promovió la producción de banano orgánico para la exportación, señala Kelvin Atoche. La asociación cooperativa APPBOSA nació con la unión de un centenar de productores en el año 2003 entregando fruta a Dole.
En el año 2004 se certificó como Comercio Justo y, gracias a la inversión que les supuso esa certificación, que les ayudó a capacitar a sus productores y a implementar los sistemas de control internos exigidos, en el 2007 APPBOSA logró su propia certificación orgánica. Esto le permitió fortalecer su capacidad de negociación con las exportadoras y comenzar a enviar fruta de manera independiente.
“Fuimos la primera cooperativa exportadora del Valle”, destaca Kelvin. “APPBOSA sirvió como modelo para otras concesiones en Perú, para que se pudieran independizar de las empresas exportadoras intermediarias”.
Sin embargo, el incremento de costes podría ser determinante en esta industria de continuar en el tiempo esta situación, que, como destaca Kelvin, es insostenible. “Entre 2015 y 2018 hubo un gran incremento de ingresos de fundos o plantaciones de banano, pero desde el año pasado ya muchos productores empezaron a tumbar sus plantaciones. Se ve una tendencia a cambiar sus cultivos, y a la pitahaya, el limón, el mango de exportación o los arándanos se perfilan como alternativas más rentables”.
Fuente: Fresh Plaza