(Agraria.pe) Perú podría alcanzar un récord en exportaciones de uva fresca en 2025, con proyecciones que sitúan el valor por encima de los US$1.900 millones, impulsado por el predominio de variedades sin semilla y el creciente peso del país como formador de precios internacionales en el mercado.
Así lo anticipa la Dirección de Estudios Económicos del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (MIDAGRI), que atribuye este potencial desempeño a la innovación genética, la eficiencia logística y la capacidad del sector para adaptarse a los desafíos climáticos recientes. De esta manera, el país afianza su lugar como marcador de precios y centro de referencia en la exportación global de uva fresca.
Es importante mencionar que la campaña de exportaciones peruanas comprende los meses de setiembre a marzo/abrildel siguiente año. En ese sentido, en la campaña 2023/2024 declinaron las exportaciones en 13,7% en volumen por efectos del Fenómeno de El Niño, pero en valor se mantuvo creciente con 8,4%. Mientras que en la campaña que acaba de cerrar 2024/2025 se ha recuperado plenamente las exportaciones, creciendo en 33,2% (661,2 mil toneladas) y en valor 23,6% (US$1.877 millones).
El avance de las uvas sin semilla en la oferta peruana
El crecimiento del sector de la uva de mesa en Perú ha transformado el panorama del comercio agrícola nacional. Entre 2015 y 2025, la producción nacional pasó de 597.900 toneladas a más de 1,09 millones de toneladas. En los últimos ciclos, el país desplazó a exportadores históricos como Chile, Estados Unidos e Italia, y se posiciona para consolidar un nuevo liderazgo mundial en volumen y valor exportado.
Estas son las cinco variedades principales presentadas para exportación: Sweet Globe, Sweet Celebration, Allison y Autumn Crisp, todas sin pepas y con creciente aceptación en los mercados más exigentes, además de la uva con pepa Red Globe, que representa un 25% del total exportado. El predominio de uvas sin semilla responde a tendencias internacionales claras, en un segmento que ha elevado el perfil competitivo de Perú.
Según César Armando Romero, especialista del MIDAGRI en mercados y comercio exterior, cerca del 75% del total exportado ya es seedless. “Esto permite producir a través de la prueba, porque algunas no se pueden adecuar a determinadas características geográficas de un país muy variable como el nuestro, pero otras variedades, sí”, indicó Romero a Infobae Perú. Subrayó además que “en el mundo está dando la hora la uva sin semilla”, marcando una clara tendencia en la preferencia de los consumidores internacionales.
El país cultiva más de 60 variedades diferentes, aunque solo 5 o 6 lideran la exportación por respuesta de mercado y adaptación comercial. En vinos y piscos, la producción incluye tanto variedades criollas como Quebranta y tipos europeos entre los que destacan Cabernet Sauvignon, Moscatel, Italia y Chardonnay.
Precios internacionales, máximos históricos y el rol formador de Perú
El precio internacional de la uva peruana mantiene una curva ascendente. Datos oficiales del MIDAGRI señalan que el precio promedio anual FOB subió de US$1,54 por kilogramo en 2015 a US$2,97 por kilogramo en 2024. El modelo proyecta que para 2025 el precio se acerque a US$3,27 por kilogramo, entre los valores más altos de la historia para este producto.
“Perú se ha convertido en un marcador internacional para la formación de precios de la uva fresca, desplazando el peso ejercido históricamente por otros grandes exportadores”, asegura el experto. También es necesario mencionar que los períodos de escasez global por el cambio climático han reforzado el posicionamiento peruano y sostenido cotizaciones premium en los principales mercados.
Si las proyecciones se cumplen, las exportaciones nacionales de uva fresca superarían las 760.000 toneladas y el valor del comercio rebasaría los US$1.900 millones para finales de 2025. Durante la presente década, el crecimiento promedio anual fue de 17% en valor y 15% en volumen, según datos recogidos por Infobae Perú.
Vale mencionar que, durante 2023 y parte de 2024, el fenómeno El Niño afectó los rendimientos y redujo el volumen exportado, pero el alza en los precios internacionales permitió sostener el valor comercial. Las proyecciones para 2025 sugieren una recuperación completa tras el restablecimiento de condiciones climáticas y suministro de agua para riego.
Diversificación comercial y concentración de destinos: ¿quiénes comen uva peruana?
La cadena logística y la infraestructura portuaria son clave para sostener la posición internacional del sector. El 99,5% de los envíos se realiza por vía marítima, lo que obliga a mantener inversiones constantes en sistemas de frío, embalaje y gestión poscosecha. El Puerto de Chancay se perfila como elemento estratégico, al reducir tiempos y costos logísticos en el acceso a Asia y facilitar la competitividad global. Otros puertos como Paracas y tecnologías de refrigeración refuerzan la cadena de valor agroexportadora, que busca mantener estándares de calidad acordes a mercados premium.
De acuerdo con reportes recogidos por Infobae Perú, Estados Unidos absorbe cerca del 51% del valor exportado, seguido de Países Bajos, México, Reino Unido, Canadá, Hong Kong y Taiwán. Aunque el sector exporta a unos 55 mercados, buena parte del valor se concentra en una decena de destinos. Los esfuerzos institucionales apuntan a ampliar la diversificación y reducir la exposición a riesgos de concentración geográfica, incrementando presencia en Asia y América Latina mediante campañas de promoción y apertura fitosanitaria.
Concentración empresarial y participación de pymes: perspectivas 2025 y retos pendientes
La estructura del sector exportador de uvas en Perú evidencia una marcada concentración en torno a un reducido grupo de grandes empresas. Según los datos del MIDAGRI, diez compañías —entre las que resaltan Sociedad Agrícola Rapel, Ecosac Agrícola, El Pedregal, Camposol y Drokasa— concentran más del 53% del valor total exportado.
Este dominio garantiza economías de escala y eficiencia logística, pero a la vez plantea desafíos para la diversificación productiva y la competencia interna. Si bien el número de empresas participantes crece cada año, las pymes y cooperativas aún enfrentan barreras de acceso a mercados internacionales, financiamiento y adopción de innovaciones tecnológicas.
Finalmente, los riesgos climáticos, la variabilidad de precios globales y la dependencia de pocos compradores persisten como amenazas estructurales. La necesidad de diversificar mercados, tanto en Asia como en Europa y América Latina, es urgente para reducir la exposición a fluctuaciones de demanda en Estados Unidos, el principal destino de la uva peruana.
Además, fortalecer los sistemas de alerta climática, ampliar el acceso a infraestructura hídrica y estimular la innovación varietal resultan acciones clave para garantizar la sostenibilidad y competitividad del sector a largo plazo. El reto fundamental es combinar el crecimiento de los grandes exportadores con la inclusión de pequeños productores en la cadena internacional, para consolidar el liderazgo de Perú como marcador global de precios y calidad.
Fuente: infobae.com