(Agraria.pe) La crisis de los fertilizantes también está alcanzando negativamente a los ganaderos en Perú. En lo que va del año la producción de maíz chala, parte de la dieta del ganado vacuno, se redujo en 15% en la costa, pasando de 60 a 40 toneladas producto del alto precio de la urea. Un hecho que explica porqué la producción láctea se redujo en dos de las tres principales cuencas lecheras del país.
Las cuencas de Cajamarca, Arequipa y Lima aportan en conjunto el 50% de la producción de leche fresca nacional. Durante el 2021, terminaron con incrementos de 2.90%, 0.05% y 0.67%, respectivamente, según datos del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). Pero durante el primer trimestre del 2022, Cajamarca y Arequipa registran una evolución negativa.
En marzo último, por ejemplo, la producción de leche fresca a nivel nacional creció en 0.98%, pero en las regiones de Cajamarca y Arequipa decrecieron en 1.13% y 0.74%, respectivamente.
La crisis del fertilizante tiene una relación directa con la ganadería -explica Ricardo Guillén, gerente de la cooperativa de productos lácteos Renacer Andino, en Cajamarca, porque depende de insumos como la soya y el maíz -en su mayoría importados-, así como el maíz chala, este último se cultiva a nivel local. “Si el gobierno va a comprar fertilizantes para cubrir solo el 30% de la demanda agrícola entonces tendremos problemas”, advierte.
Si bien el volumen de importación de torta de soya se ha mantenido, el precio ha subido ligeramente en 4% a marzo de este año, según Agrodata.pe. En tanto, la importación de maíz amarillo registró una reducción durante los primeros cuatro meses del año, pero en mayo, de manera preliminar, se registra un incremento de 4.5%. Por el lado del precio, se ha venido acelerando y llegó a US$ 400 por tonelada.
Giani Simoni, presidente del Consejo Regional de la Leche en Arequipa, señaló respecto a la soya que la importación informal desde Bolivia es la que ha comenzado a predominar y, adicionalmente, los volúmenes que llegan al país son los previstos considerando que las cuencas ya no cuentan con el mismo número de ganando que antes: hasta fines del 2020 su región producía cerca de un millón de litros al día, ahora solo es la mitad.
La Cooperativa Renacer Andino también ha proyectado que este año solo alcanzará a acopiar el 80% de leche de lo que habían estimado para todo el 2022, lo que significará reducir la producción de quesos y otros derivados.
En este contexto, ¿los precios podrían incrementarse? Los productores no creen que en los próximos meses mejore el precio de la leche en granjas y precisan que no depende de ellos el precio al consumidor final. Respecto a la carne, mencionan que la situación económica de los hogares no permitiría un incremento abrupto.
Reorientando el negocio
Simoni como Guillén mencionaron que ante la crisis de insumos, muchos ganaderos medianos y pequeños han sacrificado ganado para la venta de carne local. Otros, en tanto, han empezado a apostar su limitada inversión en inseminación de sus vacas con razas como Angus, para introducirse al negocio de carnes que está dirigido principalmente a Lima.
“Ya el sector ganadero lechero se contrajo 20% a nivel nacional y como alternativas de desarrollo lo único que nos queda es seguir capacitando a los productores para optimizar los gastos y, a la larga, posiblemente evaluar la reconversión, hacia producción de carne de res como está sucediendo en la selva. Si bien hoy Argentina y Brasil son grandes abastecedores de carne al mercado peruano, la crisis alimentaria podría reducir sus envíos, se daría una oportunidad”, señala Simoni.
En tanto, Guillén espera que la norma aprobada por el gobierno para que la industria láctea compre más leche nacional tenga el efecto esperado y que, a mediano plazo, se sumen otras estrategias que permitan elevar la competitividad de la producción lechera, considerado que aún hay una demanda insatisfecha local de derivados que es cubierta por la importación.
Fuente: Gestión