(Agraria.pe) En lo profundo de la Amazonía peruana, las cooperativas de cacao resisten y renuevan el modelo agrícola con comercio justo y producción orgánica. Christophe Eberhart, cofundador de la cooperativa francesa Ethiquable, se encuentra inmerso en una gira por diversas comunidades productoras, aprovechando tres semanas del verano europeo para dialogar y aprender de quienes cultivan el cacao y el café, símbolos de la agricultura sostenible en Perú.
“Se necesita tiempo para llegar a los confines de los valles del Piamonte amazónico, en el corazón de la inmensidad andina del Perú”, asegura Eberhart, quien resalta la dimensión de un país que cubre un área 2,5 veces superior a la de Francia.
Perú: Origen emblemático del Comercio Justo
Para Eberthart, Perú representa el origen emblemático del comercio justo, tierra de café y cacao de alta calidad producido por una multitud de pequeños agricultores, muchos de ellos organizados en cooperativas. “Perú es para nosotros el origen emblemático del comercio justo, el café y el cacao de alta calidad”, afirma. El país produce 4,5 millones de sacos de café arábica de altura y ostenta el liderazgo mundial en café orgánico.
En cuanto al cacao, Perú es un semillero genético, como lo demuestran recientes estudios arqueológicos. La producción nacional alcanza 180.000 toneladas y posiciona al país como el segundo exportador mundial de cacao orgánico y el principal origen de cacao fino y aromático. “Esto se debe a la presencia de muchas variedades nativas, 17 de las cuales son peruanas de un total de 21 identificadas por los últimos trabajos de investigación”, subraya, citando los avances científicos en el genoma de los árboles de cacao.
Fortaleza del Sistema Cooperativo
El sistema cooperativo peruano está más avanzado que en otros países de la región: aproximadamente el 20% de la producción de café y cacao se exporta mediante cooperativas de agricultores. Por ello, Christophe Eberhart destaca la sólida historia del cooperativismo local: “Las cooperativas, nacidas en la década de 1950 como parte del movimiento de reforma agraria, han sobrevivido a crisis y políticas adversas, reinventándose gracias a una generación de agricultores mejor capacitada”, explica.
Durante la década de los 90, “las cooperativas sufrieron por las políticas ultraliberales y el retiro del Estado”, asegura. Sin embargo, una nueva ola de iniciativas ha surgido de las cenizas de estas organizaciones, apostando por el comercio justo y los certificados orgánicos para acceder a mercados internacionales. “Han confiado en el comercio justo y orgánico para acceder a mercados lucrativos”, afirma Eberhart.
Desafíos frente a la agroindustria
A pesar de los logros, el sector enfrenta desafíos, especialmente por la falta de apoyo estatal a las cooperativas y la agricultura familiar. “Las políticas públicas no apoyan a las cooperativas ni a la agricultura a pequeña escala. El Estado promueve la agroindustria exportadora en la costa del Pacífico y dirige el financiamiento, las leyes de tierras y los grandes proyectos de riego en esta dirección”, lamenta Eberhart.
Por ello, el sector campesino debe confiar en sí mismo y en sus propias iniciativas de resistencia. “Es precisamente aquí donde nacen las iniciativas de resistencia”, sostiene el cofundador de Ethiquable. Como ejemplo, menciona a la cooperativa Norandino, que “ha sabido combinar raíces locales y herramientas de procesamiento modernas, centrándose en los mercados especializados”.
Un futuro construido por productores
La visita de Eberhart a Perú es una muestra del compromiso internacional con el modelo cooperativo y el comercio justo. En medio de la expansión de la agroindustria, las cooperativas peruanas de cacao y café reafirman su papel como guardianes de la biodiversidad, la equidad y la calidad en el corazón de los Andes.
(Foto: Norandino)