En el informe “Tendencias e impactos de la inversión extranjera en la agricultura de los países en desarrollo”, se aprecia que los proyectos de inversión que combinan los puntos fuertes del inversor (capital, experiencia en gestión y comercialización y tecnología) con los de los agricultores locales (mano de obra, tierra, conocimientos locales) son los que tienen mayor éxito
Por: José Carlos León Carrasco
Lima, 14 Noviembre 2012 (Agraria.pe) El éxito de la inversión extranjera -en los países en vía de desarrollo- depende de la implicancia de los agricultores locales, ya que juegan un papel activo controlando sus tierras, lo que permite efectos más positivos sobre la economía local y el desarrollo social, señaló la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Según su informe “Tendencias e impactos de la inversión extranjera en la agricultura de los países en desarrollo”, los proyectos de inversión que combinan los puntos fuertes del inversor (capital, experiencia en gestión y comercialización y tecnología) con los de los agricultores locales (mano de obra, tierra, conocimientos locales) son los que tienen mayor éxito.
En ese sentido, el estudio refiere que los modelos de negocio que dejan a los agricultores con el control de su tierra suponen un incentivo para invertir en mejoras de la tierra, al tiempo que favorecen el desarrollo sostenible, mientras que las inversiones que implican adquisición de tierras a gran escala (en países donde los derechos de la tierra son confusos y precarios), las desventajas superan a los pocos beneficios para la comunidad local.
Posibles problemas cuando se concentra las tierras
Igualmente, el informe indica que en los países en desarrollo la inversión extranjera en tierras agrícolas se ha incrementado notablemente en la última década, siendo las tierras adquiridas las mejores disponibles (suelo de buena calidad y riego), pero los proyectos que inician apuntan a los mercados de exportación o la producción de biocombustibles.
Esto puede suponer una amenaza para la seguridad alimentaria en países de bajos recursos y con déficit de alimentos, especialmente si sustituyen a cultivos alimentarios que eran destinados al mercado local, lo que ocasionaría efectos adversos como la pérdida de ingresos y medios de subsistencia de la población rural, degradación de los recursos naturales (como la tierra, el agua y la biodiversidad), etc.
Al respecto, se desprende del documento, que los modelos inclusivos de negocio requieren la participación de organizaciones locales eficaces que también representen a los grupos que a menudo son marginados, como las mujeres, los jóvenes, los campesinos sin tierra y los trabajadores migrantes, entre otros.
Por ello, el director de la División de Comercio y Mercados de la FAO, David Hallam, dijo que aunque la inversión extranjera directa ha aumentado de manera significativa, especialmente en Asia y Latinoamérica, en la última década, tan sólo un pequeño porcentaje se destina a la agricultura, sin embargo, esto representa una oportunidad, dado el alto potencial de crecimiento, especialmente gracias a los elevados precios de los alimentos a nivel internacional.
Datos
. El informe señala que las leyes nacionales y las instituciones que rigen la inversión agrícola y la tenencia de la tierra son fundamentales para determinar si tales inversiones tienen efectos positivos o negativos.
. Asimismo indica que la inversión agrícola es la estrategia más importante y eficaz para reducir la pobreza en las zonas rurales, el reto para los responsables políticos, organismos de desarrollo y comunidades locales es maximizar los beneficios de la inversión agrícola extranjera y reducir al mínimo sus riesgos.
. La FAO calcula que se necesitan inversiones por valor de más de US$ 80,000 millones al año para mantenerse el ritmo del crecimiento de la población y los ingresos, y alimentar a más de 9,000 millones de personas en el 2050.