(Agraria.pe) Las cerezas chilenas, un motor económico para la fruticultura del país, han sufrido este año una importante caída en los precios. "El mercado no resistió el volumen enviado a China. Crecimos un 50%, pero un 50% de 80 millones de cajas. A diferencia de otros años, donde el crecimiento era menor y el mercado podía absorber la oferta, esta vez la sobreproducción impactó severamente los precios, con una caída del 50%, afectando seriamente a productores, exportadores e importadores", según Luis Ahumada, director de Los Olmos.
Otro evento crítico de la temporada fue el retraso en la llegada de un barco que transportaba 1.300 contenedores de cerezas, por una gran falla mecánica. "Debían haber llegado el 19 de enero, pero arribó el 17 de febrero", comenta Ahumada. Este retraso compromete la calidad de la fruta, que no podrá comercializarse como fresca y probablemente se deba destruir. "Tendremos que negociar soluciones con la compañía naviera y, dado que se trata de Maersk, confiamos en encontrar la mejor opción para ambas partes", agregó.
Para hacer frente a estos desafíos, Los Olmos ha decidido adaptarse con estrategias claras: reducir las producciones por hectárea, priorizar fruta de mayor calibre y mejorar la firmeza de la misma. "China solo va a tolerar fruta de muy alta calidad", afirma Ahumada. Además, están explorando una diversificación de mercados, con el objetivo de no depender exclusivamente del mercado chino.
"El próximo año será una prueba de unidad para toda la industria, donde cada actor deberá aportar y respetar los acuerdos que se tomen en beneficio del sector. Las cerezas han sido y seguirán siendo un pilar en la fruticultura chilena, por lo que la cooperación será fundamental para su estabilidad y crecimiento", advierte.
"En el caso de las uvas, la empresa ha experimentado en temporadas pasadas un crecimiento anual de entre un 15% y 30%, con exportaciones principalmente a Europa, Norteamérica y Asia, y expansión hacia Latinoamérica. Las uvas se están recuperando tras los efectos de la pandemia y los problemas logísticos generados en las temporadas 2021 y 2022, con precios que han experimentado un aumento considerable. No obstante, el panorama sigue presentando dificultades, como el aumento de costos, control de plagas y la necesidad de mejorar la eficiencia productiva, la calidad y la competencia con otros países productores del hemisferio sur", explica.
El mercado de la uva de mesa ha logrado una recuperación tras dos años difíciles. "El año pasado fue el mejor en precios de los últimos 15 años, con un aumento del 30-40%", destaca el director. Sin embargo, la uva sigue siendo un producto desafiante, con altos costos de producción y nuevos problemas fitosanitarios, como la Drosophila suzukii, que incrementan los costos de manejo.
A pesar de estos obstáculos, Ahumada mantiene una actitud optimista respecto al futuro. "Si hacemos bien las cosas, 2025 puede ser un año razonable bueno para la uva de mesa. Cada año es distinto, por lo que debemos estar preparados para aquello que la experiencia nos indica y, al mismo tiempo, debemos estar muy atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor cada día, para poder enfrentarlo de la mejor manera", concluye.
(freshplaza.es)