(Agraria.pe) La reciente crisis del sector mango, particularmente en las regiones de Piura y Lambayeque, representó un riesgo significativo para los avances alcanzados en la erradicación de la mosca de la fruta en el norte del país. Sin embargo, la actuación conjunta del Servicio Naconal de Sanidad Agraria (Senasa), productores, y autoridades locales logró controlar esta amenaza.
El director General de Sanidad Vegetal del Senasa,Ing. Orlando Dolores Salas, explicó que la sobreoferta de mango y la fuerte caída de los precios impidieron que gran parte de la producción fuera cosechada oportunamente, provocando que muchos frutos permanecieran en el campo o cayeran al suelo, generando condiciones ideales para la reproducción de esta plaga.
“Esta situación encendió las alertas, especialmente en áreas que ya se encontraban en fase avanzada del proceso de erradicación; por ello, los productores y autoridades, con la orientación técnica del Senasa, redoblaron esfuerzos para contener cualquier retroceso”, expresó.
Medidas iniciales
Ante este escenario que se presentó a fines de agosto del año pasado, dijo que todos los actores involucrados intensificaron una serie de medidas, como la realización de campañas de recolección y disposición adecuada de frutos caídos, mediante entierros sanitarios, en coordinación con gobiernos regionales, locales, asociaciones de productores, comunidades agrícolas y ejército del Perú.
Asimismo, la aplicación focalizada e intensiva de cebos y productos fitosanitarios, dirigidos a interrumpir los ciclos biológicos de la plaga; el monitoreo reforzado del índice MTD (Mosca/Trampa/Día) para detectar zonas críticas y actuar de manera in mediata; y la coordinación interinstitucional sostenida con juntas de usuarios, asociaciones y autoridades locales para implementar acciones de control cultural, químico y etológico.
“Esta situación evidencia que, pese a los importantes logros alcanzados, el proceso de erradicación es vulnerable a factores económicos y sociales, y que su sostenibilidad depende no solo del trabajo técnico de Senasa, sino también del compromiso sostenido de los productores y la participación de las autoridades locales. Esta situación representaba una amenaza directa a los avances en la erradica ción de la mosca de la fruta, una de las plagas más agresivas para la fruticultura nacional”, enfatizó.
Acciones primer trimestre 2025
El funcionario dijo que en el primer trimestre de 2025 se reforzó de manera intensiva la vigilancia sanitaria en regiones clave como Piura, Lambayeque y Tumbes, ante el alto riesgo fitosanitario generado por la sobreproducción de mango y el abandono masivo de frutos en campo.
Ante ello, se procedió a la recolección y entierro de frutos caídos, ejecutándo se campañas intensivas para eliminar mangos en descomposición, que actúan como focos de infestación; la aplicación de cebos tóxicos, tratamientos químicos en ciclos de 10 días para interrumpir el ciclo reproductivo de la plaga.
Igualmente, se desplegaron 11.400 trampas en zonas productoras, permi tiendo una vigilancia fitosanitaria precisa mediante el indicador MTD (Mosca/ Trampa/Día); se realizaron jornadas demostrativas en campo para fortalecer la participación de los productores en el manejo integrado de plagas.
“En la región de Lambayeque, se logró el entierro de más de 800 mil toneladas de mango para contener la posible proliferación de la mosca de la fruta y evitar que se convirtiera en una amenaza regional. Estas acciones reflejan el compromiso del Senasa, autoridades regionales y productores agrícolas para preservar la sanidad agraria, garantizar la continuidad de las exportaciones y mitigar los efectos colaterales de la crisis de sobreproducción”, manifestó.
Reducción de plaga en 6 años
Orlando Dolores señaló que en el año 2019 el Senasa puso en marcha un proyecto para apoyar a los agricultores en el control y erradicación de esta plaga de importancia cuarentenaria que afecta a diversos cultivos frutícolas, entre ellos el mango.
Desde entonces, el proyecto ha implementado una estrategia integral basada en vigilancia, control integrado y articulación interinstitucional, logrando resultados altamente positivos.
Reveló que, en Piura, principal zona productora de mango para exportación, se registró una drástica reducción de la población de mosca de la fruta. “En el año 2020 se capturaron 144.918 moscas de la fruta y a inicios del 2024 se redujeron a solo 100 ejemplares, con un índice MTD (Mosca/Trampa/Día) de 0.0017, lo que indica una prevalencia extremadamente baja, sin impacto significativo sobre cultivos comerciales como mango, uva y palto”, añadió.
Para fortalecer la sostenibilidad del proyecto, contó que se suscribieron convenios de cooperación y compromisos institucionales, asegurando la participación activa de los actores locales en las acciones de monitoreo y control integrado. “El esfuerzo conjunto permitió consolidar las condiciones fitosanitarias nece sarias para mantener y ampliar el acceso del mango peruano a los merca dos internacionales más exigentes”, acotó.
Acciones continuas y coordinadas
Destacó que el Senasa desempeña un rol clave en la prevención, monitoreo, inspección, vigilan cia, control y erradicación de plagas y enfermedades cuarentenarias, implementando estrategias integradas a nivel nacional. En el caso de la mosca de la fruta, precisó que se ejecutan acciones continuas y coordinadas que incluye la vigilancia permanente mediante la instalación sistemática de trampas y el muestreo de frutos en zonas productoras.
También, el control integrado aplicando diversas técnicas complementarias como el control químico, cultural, etológico y biológico. También las campañas de erradicación y la certificación fitosanitaria. “La mosca de la fruta se encuentra bajo control oficial en diversas regiones del país, con fines de supresión o erradicación. Como resultado de este esfuerzo sostenido, se han declarado áreas libres de esta plaga, especialmente en el sur del país. No obstante, la sostenibilidad de estos logros depende de la continuidad de las acciones preventivas y del compromiso permanente de los actores involucra dos”, sentenció.
Calidad e inocuidad agroalimentaria
De otro lado, el funcionario indicó que el Senasa también cumple un rol fundamental en la promoción de la inocuidad y calidad agroalimentaria, velando por la seguridad de los alimentos agropecuarios primarios y de los piensos, desde la producción hasta su procesamiento primario.
Según la normativa vigente, los proveedores de alimentos son los primeros responsables de garantizar la inocuidad, debiendo suministrar productos sanos y seguros para el consumo. El Senasa y los gobiernos locales tienen la función de supervisar y verificar el cumplimiento de estas condiciones a lo largo de la cadena agroalimentaria.
Para asegurar la inocuidad y promover buenas prácticas, el Senasa supervisa y realiza inspecciones sanitarias, de oficio o por solicitud, en establecimientos de procesamiento primario para verificar el cumplimiento de requisitos sanitarios y operativos.
Además, realiza auditorías de sistemas de producción, evaluando la implementación de manuales de Buenas Prácticas de Producción e Higiene (BPP/BPH) en campo y de los principios del Sistema HACCP/APPCC en plantas procesadoras.
Del mismo modo, ejecuta el Programa Nacional de Monitoreo de Contaminantes, que permite detectar residuos o elementos que puedan afectar la inocuidad de los alimentos agropecuarios y representar un riesgo para la salud pública. Asimismo, emite autorizaciones a establecimientos procesadores primarios que cumplen con los estándares exigidos para operar con seguridad sanitaria.
“También, en el campo de capacitación y asistencia técnica, ofrece jornadas de formación para productores y procesadores sobre prácticas seguras y protocolos higiénicos. Igualmente, trabaja con programas sociales y entidades receptoras de alimentos agropecuarios, asegurando que los productos destinados al consumo cumplan con los estándares de inocuidad.
Precisó que estas acciones refuerzan la misión del Senasa de proteger la salud pública y garantizar la competitividad del sector agropecuario, asegurando que los alimentos lleguen al consumidor en condiciones seguras y con altos estándares de calidad.
Fuente: Peruvian Mango (Revista de APEM)