(Agraria.pe) No es aparente, pero hay un vínculo muy fuerte entre Perú y España desde el mundo de los licores. En lo que hoy es el municipio de Jerez de la Frontera, provincia de Cadiz, surgió un destilado cuyo procesamiento es similar al pisco peruano que conocemos hoy, con una sola diferencia clave, que es el almacenamiento en barricas de madera, lo que le da al licor español una tonalidad distintiva.
Y esa no una similaridad gratuita. Fernando Cillóniz, presidente de la consultora Inform@cción, apunta que, de hecho, antes de la llegada de los españoles a territorio americano la vid no existía en el Perú. Luego, con el desarrollo del destilado ya en esta parte del mundo, se hizo tan popular que se empezó a utilizar como moneda de intercambio por bienes o servicios.
“Los conquistadores trajeron las primeras cepas de uva. Y entre Lima y Tacna, en la región de Ica al sur de Lima, se establecieron los viñedos más importantes, y también en regiones como Moquegua. Hubo una articulación importante entre la costa y sierra, también con el Alto Perú, las minas de Potosí que hoy es parte de Bolivia; en la sierrra peruana se abastecía de este pisco que por cuestiones naturales de la planta solo se da en la costa, ya que las uvas son sensibles a la apertura y no se dan bien en la altura de la sierra sobre los 3.000 metros sobre el nivel del mar”, contó durante su participación en la conferencia Oportunidades y desafíos para el posicionamiento del Pisco en Mardrid, organizado en el marco del ciclo Marcom Talks que organiza la Agencia de Comunicación Asesores y la revista Marcom.
Desde 2005, el Ayuntamiento de Jerez tiene una declaración de hermanamiento con las provincias peruanas de Pisco y Moquegua, lo que para Cillóniz dice mucho del vínculo que entre estas regiones productoras de destilados, algo que ahora se refleja en datos como que España es el segundo mercado más relevante para las exportaciones de pisco peruano, ciertamente con un volumen menor que lo dirigido a Estados Unidos, pero más relevante desde el punto de vista del consumo per cápita.
Un camino a seguir
Y ese es un ejemplo que según el especialista puede seguir el pisco peruano para internacionalizarse. “Nuestro hermano mayor en términos de destilado de uva se llama jerez”. Considera que hay bastante que aprender del licor español y cómo ha logrado ser una presencia ya establecida en los mercados del mundo para incrementar exponentalmente los despachos al mundo de pisco que por ahora promedian 1.6 millones de litros. “Eso parece mucho, pero es ínfimo comparado con los volúmenes que España exporta de jerez, ni qué decir de México con el tequila, Rusia con el vodka o Irlanda con el whisky”, complementó.
Ya de bastante ayuda ha sido la influencia para este objetivo de España y EE.UU. en el sentido de promocionar el destilado con la preparación de cócteles, lo que puede ayudar a que siga el camino de éxito de los licores emblemáticos a nivel global. En esos paladares del mundo se puede aprovechar las características de cada una de las variedades de pisco, desde el quebranta, el italia, el acholado y el mosto verde.
Del lado del Gobierno, Fernando Cillóniz pondera el trabajo que ya hace varios años hace la oficina de promoción Promperú, que lleva al pisco a todas las exposiciones del mundo, un trabajo que ahora se ve reforzado con el proyecto “La Ruta del Pisco en Madrid”, un suplemento completísimo que se difundirá en la capital española a través de un diario clave en dicha ciudad con información de los diversos lugares y rutas donde se puede degustar el destilado de origen peruano.
Este esfuerzo puede ser clave para el resurgir de una industria que fue golpeada severamente durante la pandemia de Covid-19, cuando, a pesar de que las actividades agrícolas en general no pararon, a la producción de pisco sí se le ordenó detenerse en meses que eran claves para cosechar. Con las bodegas cerradas se perdieron grandes volúmenes de uva al no poder procesarse.
Finalmente, el vocero de Inform@cción apuntó que en los últimos cinco años más de 400 empresas peruanas exportaron pisco, con una dispersión que “no es conveniente” para la industria. De ese total, las 10 primeras representan más del 80% de las exportaciones. El gran reto es garantizar la calidad del producto, que esté libre de adulteraciones como lamentablemente ha sucedido, lo que daña mucho al sector. “En Ica y Moquegua se trabajo mucho para eliminar complemetamente la adulteraciones. Debemos posicionarnos como una bebida pura que refleja lo que dice su etiqueta y una campaña de promoción para que tengan la seguridad que no tendrán un producto adulterado”.