(Agraria.pe) La arveja o guisante peruano, un cultivo de alto impacto socioeconómico que involucra a más de 20,000 familias rurales, se encuentra en una encrucijada estratégica en el 2025, buscando consolidar el espectacular crecimiento alcanzado durante el 2024 frente a una intensa presión competitiva en el mercado internacional, caracterizada por la volatilidad de precios.
En esta arena global, los principales modelos de exportación están dominados por la producción a gran escala: Canadá lidera el comercio mundial de arveja seca, empleando un modelo industrial basado en vastas extensiones y contratos con traders orientados al mercado de proteína vegetal y los envíos masivos a China. Rusia y Ucrania replican esquemas de producción a gran escala y bajos costos, siendo Rusia un competidor cada vez más fuerte, que incrementó significativamente sus despachos a China en el 2024, alterando las rutas comerciales tradicionales.
El mercado europeo de guisantes de vaina comestible —el principal nicho peruano— enfrenta la competencia de Zimbabue, que ofrece precios mucho más bajos, especialmente entre julio y septiembre, y de Egipto, cuya sobreproducción en el periodo 2024-2025 (impulsada por un aumento del 20-25% en la superficie cultivada) colapsó el mercado, aunque se prevé una reducción de las áreas sembradas para el 2026.
Para el Perú, el 2024 fue un año histórico, con exportaciones que alcanzaron las 14,447 toneladas por un valor de US$ 47.9 millones. Sin embargo, el desempeño parcial del 2025 refleja la presión competitiva: hasta septiembre del 2025, los envíos sumaron cerca de 12,901 toneladas por US$ 36 millones, lo que significó un crecimiento de 6% en volumen, pero una caída de 8% en valor.
En el plano logístico, la campaña 2025 ha sido más “tradicional” tras la turbulencia del 2024, cuando la llegada de nuevos actores, incitados por el hundimiento de precios en Estados Unidos, saturó el mercado europeo. De hecho, los volúmenes exportados por el Perú hacia Europa disminuyeron un 23% respecto del mismo periodo del año anterior, aunque se espera una duplicación de las importaciones europeas a partir de la semana 38 (principios de octubre), debido al retraso en los picos de producción ocasionado por temperaturas nocturnas excesivamente bajas y alta humedad.
A pesar de los desafíos climáticos iniciales —que redujeron a la mitad los volúmenes tempranos—, la fortaleza del modelo peruano radica en la regularidad de su calidad, la fiabilidad del transporte marítimo y la duración excepcional de su temporada, aspectos que permiten garantizar volúmenes y racionalizar las cadenas de suministro durante casi dos tercios del año.
El modelo productivo peruano presenta una estructura mixta, en la que una gran cantidad de pequeños productores familiares proveen la materia prima, mientras que las agroindustrias y packers concentran el acopio, procesamiento (congelado y conservas) y exportación, asegurando las certificaciones necesarias como BPA/BPM y los requisitos de Senasa, además de buscar certificaciones GlobalG.A.P. u orgánicas para nichos premium.
Las perspectivas para la arveja peruana en el 2025 y los años siguientes se sustentan en tendencias globales como la creciente demanda de ingredientes vegetales (proteínas para productos plant-based) y la exigencia de sostenibilidad y trazabilidad en los mercados premium (Unión Europea y Japón). Las principales amenazas son la volatilidad crónica de los precios, impulsada por la competencia de bajos costos de Rusia y Canadá, y los riesgos fitosanitarios y climáticos.
Para que los actores peruanos capitalicen el potencial de crecimiento demostrado en el 2024 y enfrenten las caídas de precios del 2025, resulta crucial implementar estrategias de alto valor agregado. Se recomienda a productores y asociaciones avanzar hacia la consolidación formal y la integración vertical mediante contratos de cultivo con packers que aseguren precios estables y financiamiento para la capacitación en Buenas Prácticas Agrícolas (BPA).
Las empresas exportadoras deben priorizar la diferenciación por calidad e invertir en mayor procesamiento local (congelado premium y conservas) para capturar un mayor margen. Es imperativo escalar las certificaciones de calidad y trazabilidad (GlobalG.A.P., orgánico) para acceder a los nichos premium de la Unión Europea y Japón.
En términos de diversificación de mercados, aunque la Unión Europea sigue siendo clave, se debe priorizar la apertura y consolidación de canales en China e India, mercados de gran demanda y alto potencial para esta partida, además de explorar oportunidades en Medio Oriente y el Sudeste Asiático. Finalmente, las autoridades peruanas (MIDAGRI, Senasa) deben apoyar programas de seguros climáticos, fortalecer la inteligencia comercial para monitorear los movimientos de commodities provenientes de Rusia y Canadá, y respaldar campañas de branding “Origen Perú” para diferenciar la oferta en ferias internacionales, capitalizando la fiabilidad logística que ya constituye un valor añadido reconocido por los compradores internacionales.