El boom agroexportador era esperado desde hace buen tiempo y hoy es una realidad, sin embargo, se requiere desarrollar diversos aspectos que aún le restan competitividad a la oferta peruana.
(Agraria.pe) El desarrollo de la agroexportación peruana, si bien se remonta a los últimos 20 años, era una realidad que se esperaba desde mucho tiempo atrás, y no solo por agentes internos. Pablo Quijadría, viceministro de Políticas Agrarias del Ministerio de Agricultura y Riego (Miangri), recuerda que hace mucho más de dos décadas, en Chile se creó una oficina dedicada a la observación del desarrollo agrícola peruano, como una manera de prever los movimientos de un protagonista que estaba a punto de despertarse y tomar un lugar preponderante en los mercados internacionales.
“Hace más de 20 años, antes de que el boom peruano se diera, la Sociedad Nacional Agrícola de Chile creó una oficina que se llamaba El Observatorio del Perú, porque desde esa época ya sabían que con las condiciones agroecológicas de Perú, en algún momento iba a convertirse en un actor importante, y eso ha venido ocurriendo cuando una revisa la publicaciones permanentes. Perú es considerado hoy uno de los actores y competidores importantes”, refirió.
Hoy, con el reto de la reconstrucción a partir de los daños causados por el Niño Costero, Quijandría señala que es necesario que el nuevo sistema de infraestructuras que surja sea mucho mejor que el que había antes del evento climático, sobre todo en cuanto a vías de comunicación, puertos y facilidades de salida para los productos.
Otro punto para apuntalar la competitividad es el de la simplificación de procesos. El funcionario recordó que el actual gobierno está realizando un estudio de simplificación administrativa para estar a la par de otros países agroexportadores donde en una sola ventanilla y en un promedio de 30 minutos se realizan todas las operaciones necesarias de exportación, sin necesidad de peregrinar por varias oficinas.
Además, hizo hincapié en la necesidad de generar políticas de trazabilidad para la producción de alimentos, una exigencia generalizada de los mercados internacionales y que es una presión constante para los exportadores locales.
Incluir a la pequeña agricultura
En cuanto a la pequeña agricultura, el viceministro observó que se trata de otras de las grandes áreas de trabajo del Minagri y con la cual cumple un rol de transferencia tecnológica y dinamizador de la economía con una vinculación a la agroexportación.
“Vemos el modelo más importante que es la agricultura por contrato, donde una empresa, un packing, trabaja con pequeños agricultores para completar sus volúmenes de producción. Pero ese trabajo está acompañado de asistencia técnica, semillas, análisis de suelos, apoyos que permiten al pequeño agricultor ser un socio ágil y con gran capacidad de ofrecer y entregar sus productos”, explicó.
Finalmente, Pablo Quijandría dijo confiar en que con programas estatales como Serviagro, Sierra Azul, y el apoyo permanente de Agroideas, Sierra y Selva Exportadora y el programa de irrigaciones, se podrá mantener el proceso de desarrollo agrícola con visión en nuevas opciones de productos.
“Hace varios años en un trabajo de campo en Chile con pequeños agricultores exportares, nos dijeron que ya que ahora sabían podar y fertilizar, necesitaban acceso a los mercados, saber qué sucede en Holanda, Estados Unidos; y que cualquier cambio que se diera en una fruta a ellos les tomaba cinco años ponerse al día. Tener el mensaje temprano en el cambio de preferencia de productos a ellos les permitía seguir siendo competitivos en el mercado. Esos son los modelos que tenemos que ir buscado”, finalizó.